Suspiré mientras jugaba con mi anillo de compromiso y sostenía esa pequeña pequeña caja alargada con la prueba dentro.
Tenía que hacerlo.
Mordí mi labio superior sintiendo como la respiración me fallaba, los nervios me invadían por completo, la curiosidad de un momento a otro bajó tal cual globo con helio y de repente me encontré pensando si podría hacer esto bien, si es que salía que sí.
Y Harry, oh Harry.
Ni hablar de él, le entusiasmaba demasiado la idea. Si todo salía bien nos mudaríamos a Londres el próximo fin de semana, porque querría celebrarlo. Eso ponía mi corazón a mil por hora, porque tendríamos que cambiar nuestro estilo de vida por completo pero definitivamente, no podría negar que en realidad deseaba esto con cada átomo de mi ser, así que, en un momento de valentía volteé la prueba y me encontré mirando los resultados.
Dos semanas
¿Dos semanas?
¡Dos semanas!
―¡Harry! ―grité cubriéndome la boca con las manos mientras que mis ojos se llenaban de cálidas lágrimas que morían por salir por mis mejillas, sonreí con nerviosismo y emoción.
Abrí la puerta del baño de nuestra recámara principal y bajé las escaleras con cuidado, cada paso de cada sabía que tenía que hacerlo con más cuidado, cada desicion que tomaba ahora tenía que pensarla dos veces.
Caminé hasta la cocina donde el olor me indicó que él estaba enfocado en preparar alimento para ambos. Suspiré, ¿acaso quería matarme? Estaba horneando lasagna, mi favorita.
Entre con pasos cortos pero firmes a la cocina sintiendo como mis nervios aumentaban, los latidos de mi corazón eran cada vez más y más fuertes, como si de alguna manera quisiera salirse de mi pecho. Pasé saliva, sonreí a mi esposo y lo abracé por la cintura.
―Hey ―saludó alegremente mientras sentía como su pecho vibraba por su risa al tiempo que tomaba mis manos y se daba la vuelta para poder quedar frente a frente.
El último single de nuestra banda británica favorita estilo pop rock sonaba, la melodía suave sonaba a un sonido considerable, pero no lo suficiente como para molestarme. Al contrario, calmaba mis nervios.
Me dió una amplia sonrisa, se acercó a mí, podía sentir su cálida respiración combinándose con la mía, pero se quedó quieto.
Fruncí el ceño confundida, intenté encontrar las palabras correctas para decirle la noticia, pero por más que las buscaba y buscaba no podía encontrarlas.
Sentí sus manos pasar a mi cintura y cuando menos los esperé me robó un beso. Otro. Y otro. Me besó una vez más, pero éste fue más suave al principio, segundos después se volvió más y más profundo. Sus labios jugueteando con los míos lo más cerca que nos lo permitían nuestras bocas, la adrenalina inundando mi cuerpo, mi corazón latiendo como loco.
Se sentía tan bien.
De un momento a otro no nos podíamos dejar el uno a el otro, nuestras cabezas estaban ladeadas, nuestros labios se movían desesperados uno por el otro, sus manos acariciaban mi espalda de arriba a abajo y con cada minuto, cada segundo más me convertía en mantequilla en sus manos.
Me robó un suspiro, mis piernas flaqueaban y mis manos inconsientemente se encontraban rodeando su cuello, reposé mi cabeza en su hombro por un momento mientras retomaba la respiración. Tenía que decírselo, en este momento. No quería arruirnarlo porque diablos, no quería que se detuviera, pero sino lo mencionaba ahora no podría hacerlo después.
―Te amo ―susurró acunándome en sus brazos para después depositar un beso en mi frente.
Sonreí ampliamente y besé su mejilla.
―Te amo ―declaré disfrutando el estar así con él, sin duda era el chico más maravilloso del universo, no podría haber alguien mejor que él. Lo amo tanto.
―Harry ―lo llamé y antes de que él pudiera pronunciar palabra alguna, lo dije. ―Estoy embarazada.
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Mundos Diferentes ®
Teen FictionHarry Styles, sinónimo de alcohol, tatuajes y diversión, hasta que su tía hace que su vida de un giro de 180 grados. ___ Payne, psiquiatra, doctora de Harry, sin contar que ella es el tipo de chica ideal de él. Poco a poco ambos van sintiendo una g...