Capitulo 49 ▪En el mismo mundo▪

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Ya está comprometida Harry, entiende, ella se casará.

Harry miró inexpresivamente a la mujer mucho mayor que él, que, se suponía que ella siempre lo apoyaría, pero claramente esa no es la verdad.

Harry negó.

Sus rizos estaban revueltos, su cabello lucía grasoso, sucio y olía a alcohol, algo que a kilómetros de distancia cualquiera podría notar.

Ya no era Harry, no el Harry de el cual __ se enamoró, no, ahora era todo lo contrario.

―Deja de decirme mentiras.

Ella fingió estar ofendida.

―¿Yo? ―rió falsamente.―Por el amor de Dios, soy tu tía, yo sólo quiero tu bien, Harry.

―Ya, estoy harto. ¿Cómo te enteraste de que __ estaba embarazada?

La mujer de cabello castaño oscuro se quedó quieta en su lugar, no movió ni un solo músculo.

Ella no esperaba que Harry tuviera el valor suficiente para preguntarle aquello, ella pensó que haría que se olvidara de ella, pero no, todo lo contrario. Sí, a pesar de que Harry tiene novia y la "ama" aún sigue queriendo a __, demasiado.

―Ella publicó una foto de su prueba de embarazo en todas las redes sociales ¿acaso olvidas que ella era una famosa modelo? Todos se enteraron de inmediato, claro, excepto tú.

Harry gruñó.

*Flash back; hace siete meses.

La chica morena tenía juntas sus manos cubriendo su cara mientras sollozaba silenciosamente, con una caja de una prueba de embarazo, la cual ya había sido usada y desechada.

―Estoy embarazada ―pensó en voz alta, preguntándose que sería de su vida de ahora en adelante.

《Sólo tengo quince años. Quince años y con un bebé. ¿Qué podré hacer?》pensó.

Una señora de cabello castaño oscuro, ojos color esmeralda, alta y delgada se sentó en la mesa frente a ella sin decir palabra alguna, la chica quitó sus manos de su cara, limpió sus lágrimas con brusquedad y miró a la señora.

―¿Hola? ―pregunto la chica temerosa  al ver a la señora desconocida frente suyo.

―Sé de tu problema. Hagamos un trato, yo te doy esto ―sacó unas llaves de su bolsa. ―Hay una casa en el centro de la ciudad, es muy grande, estilo rústico, supongo que ya la habrás visto.

La chica asintió y la sombra de una sonrisa se asomó por su rostro.

Intentó tomarlas, pero la señora alejó las llaves con el llavero de el "Big Ben" lejos de su alcance y siguió hablando.

―Pero tú tienes que hacerte esta prueba ―rebusco en su gran bolsa de piel color morado hasta que encontró la cajita blanca, la sacó  y la puso sobre la mesa. ―Si tú te haces esto ―miró la caja. ―Esa casa será tuya.

―Pero si yo ya sé que estoy embarazada.

―¿Trato?

La chica tomó la caja de la mesa, se levantó de la silla y caminó hacia el baño.

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