Capítulo 65 ▪En El Mismo Mundo▪ (3)

49 2 0
                                    

Este capítulo está dedicado para tí, Aaron💚

Inhale el aroma de su colonia; tan original, sentí la calidez de su cuerpo y su cálida respiración de mi cuello, me estremecí, él sabía que ese era uno de mis puntos débiles, pero no dije nada, ya que de cierta manera estar así con él me tranquilizaba. Y me gustaba, adoraba que estuviera tan cerca de ahí, hacía que todos mis sentidos se pusieran alerta e hiciera lo hiciera siempre terminaba en lo mismo; mis sentidos explotaban, la temperatura se elevaba e inevitablemente sus caricas me llevaban a las nubes.
Escuché el sonido de su respiración, mientras sentía como su pecho subía y bajaba por debajo de mi mano derecha.
Me alejé algunos centímetros para contemplarlo con tranquilidad, su perfecto rostro enmarcado por sus pobladas cejas, sus largas y rizadas pestañas, su delgada nariz, sus delgados pero carnosos labios.
Se veía increiblemente pacífico, tan callado, tan tranquilo, tan perfecto, tan él.
Y la última parte era la mejor, porque él no era el tipo de chico típico que ocultaba cosas, ni el que se trataba aprovechar de mí en las peores situaciones, él me ayudaba en mis trabajos hasta donde pudiera y si no podía me motivaba a seguir adelante, me decía que yo podía, me hacía sentir de una manera tan especial, tan indescriptible. Con una caricia, incluso hasta la más inocente, podía hacer que mi corazón latiera rápido, con un beso podía hacer que esas famosas mariposas revolotearan en mi estómago, que hasta el más mínimo jugueteo con sus dedos causara un coquilleo, que mi piel fría se tornara cálida a segundos de su tacto, que a cualquier roce mis sentidos se dispararan, me hacía sentir cosas que nunca antes había sentido, que mi parte más cálida saliera a la luz (incluso cuando no sabía que esa parte de mí existía, escondida en un rincón de mi corazón) y que mi corazón latiera a mil por hora.
Sin darme cuenta una gran sonrisa se dibujó en mi rostro, un calor muy familiar en mí inundó mis mejillas pintándolas color carmesí y, a juzgar por los síntomas anteriores, mis pupilas debieron haberse dilatado y en mi mirada debió haber aparecido un inusual y especial brillo, cosa que solo pasaba cuando hablaba, veía o escuchaba algo relacionado con él.
Él era el único que podía hacerme sentir de esa manera, tanto que sé que aún las palabras se quedan muy cortas como para describirlo.
Suspiré tranquilamente y comencé a pasar las yemas de mis dedos por el límite de sus mejillas, después continúe con la actividad al límite de su rostro hasta llegar a su barbilla.
Me mordí el labio al sentirlo acomodarse a mí lado; había ladeado la posición de su rostro a mi cuello, escondiéndolo debajo de mi mandíbula, apegando más su nariz y sus labios a la tibia piel de mi cuerpo, por lo tanto su respiración causaba sensaciones cada vez más fuertes en mí.
Entre abrí los labios buscando de manera inmediata oxígeno, que a pesar de que mis pulmones funcionaban a la perfección y que sabía bien que no padecía de algún problema médico relacionado con ésto, me hacía falta por la situación presente.
Mis brazos rodearon su cuerpo que me brinda calor y seguridad en las noches, mientras mis dedos paseaban de arriba a abajo a lo largo de su espalda, no podía evitarlo, me gustaba acariciarlo, mientras dormía o mientras estábamos acurrucados, pero realmente amaba mucho más besar su rostro que cualquier otra cosa, aunque una vez que empezaba sabia que no habría vuelta atrás, era como la más dulce y profunda adicción que he tenido en la vida, sobre todo porque esta adicción no tenía absolutamente nada malo, por el contrario, me hacía recordar lo que es sentir estar con vida.
Y fue ahí cuando lo comprendí; todos estos años, todos los sentimientos antes experimentados, todas las acciones por parte de ambos, era algo nuevo, único y en definitiva, muy especial. Y no sólo eso, esta conexión, estas sensaciones, estos sentimientos solo los pudo haber sacado a la luz uno; desde el rincón más oculto de mi corazón, de ahí surgió el amor más puro y solo él pudo encontrarlo, solo él pudo ganárselo, solo él pudo hacer que la mejor faceta de mí saliera a flote. Siempre él sacaba lo mejor de mí, como si de alguna extraña manera no hiciera esfuerzo alguno y encontrará una parte nueva de mí. Eso es lo que pasa cuando amas en verdad; el amor puede desarrollar actitudes y sentimientos nuevos, desde el más puro hasta el más dañino, nos guste o no, siempre existirán diferencias, incluyendo a la más mínima, pero es completamente normal, porque sin ellas todo sería aburrido; las parejas estarían en un nivel estándar, es decir, un nivel intermedio y eso sería malo, porque de ser así ¿cómo podrías disfrutar de los mejores momentos?, o ¿cómo podrías hacer una retroalimentación sobre algún tema?, ¿cómo aprenderíamos?, ¿cómo sentiríamos?
El amor es maravilloso, con sus altas y bajas, en las buenas y en las malas, porque sin esas pequeñas diferencias no podríamos ser creciendo como persona y como pareja, sin ellas no mejoraríamos. El amor te puede llevar a que tu corazón lata a mil por hora, que tu cuerpo tiemble al tenerlo cerca, que el calor inunde tus mejillas, que tu mirada brille y tus pupilas se dilaten, que al pensar en esa persona una sonrisa se dibuje en su rostro sin importar la circuntancia, que hasta el más mínimo roce se multiplique y te haga sentir como si millones de mariposas revolotearan en tu estómago, que a pesar de sus actos lo sigas amando con la misma intensidad que todos los días.
Eso es el amor y puedo decir que realmente después de muchos años, puedo decir que lo he encontrado. Lo siento cada vez que lo veo, cada vez que le demuestro mi afecto, cada vez que se lo digo, el amor está presente hasta en cada detalle, ya que en el amor no hay detalle mínimo, porque todos los detalles son importantes sin importar su tamaño. Por eso y mucho más puedo sentirme orgullosa en decir; lo logré, finalmente, sé lo que es vivir el amor con cada una de sus letras.

―Te amo, Harry ―susurré dejando un casto beso en su cabeza.

―Te amo, Alison.

Mundos Diferentes ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora