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Rodrigo

-No te creo.

-Te estoy diciendo la verdad, Tomás.

-¿En serio quieres que crea que Iván te deja manosearlo a cambio de dejar que viva contigo?

Le hice una señal de que baje el volumen de su voz intercalando mi mirada entre nuestra mesa y lás demás personas en la cafetería más popular del campus universitario.

Tomás se sonrojó y yo me acerqué aún más a él apoyando mis antebrazos en la mesa.

-Es cien por ciento real.- Le aseguré con una sonrisa triunfante.

-Pruébalo.- Él entrecerró sus ojos y llevó sus labios al sorbete de su malteada.

-¿Y como se supone que haré eso?.- Le pregunté haciendo lo mismo con mi café helado.

-No lo sé, fotografíalo desnudo o algo así.

-Ya quisieras tener ese privilegio.

-Tienes razón, que envidia.- Tomás hizo un puchero haciendo alarde de sus gruesos labios.- ¿Cómo consigues siempre a los chicos más buenos?

-Es un don, cariño, si fueras tan atractivo como yo lo entenderías.- Presumí echando mi sedoso cabello hacía atrás.

-Sabes que te está usando, ¿no?

-Tomás, puede si quiere limpiarse los zapatos conmigo, no me importa mientras me permita tocarlo.- Miré embobado un punto fijo.- Su cuerpo es.. mierda, es arte, simplemente arte.

- Dime que no se te paró.

-Ja, ja. Para tu información, jamás me he tocado pensando en Iván, ¿y sabes por qué? Porque no necesito de mi imaginación cuando puedo tener las piernas del verdadero rodeándome la cintura.

-Eres tan sucio.- Tomás rió y me lanzó una de las palomitas del tazón que estábamos comiendo.

-Lo dices como si tu mente fuera un cielo con nubecitas, los dos sabemos que con el dinero que tienen nuestros padres podemos tener de rodillas al chico que deseemos y más si tienen el nivel económico de alguien como Iván.

A pesar de que Iván era muy popular por su hermosa apariencia, todos sabían que no tenía tanto dinero como nosotros. Sólo era un pobre diablo que tuvo suerte de ser guapo y buen atleta porque sino no sería nadie. Ni las chicas con las que salía se atrevían a presentarlo a sus padres millonarios.

Vamos, si no tuviera unos bonitos pechos ni yo me hubiera fijado en alguien tan insignificante.

-No presumas tanto o algún día caerás ante uno de esos pobretanos.- Tomás canturreó sonriente como siempre.

-Cuando ese día llegue será porque mi pene se cansó de joder tantos traseros y eso jamás sucederá porque el sexo me encanta.- Digo sin pudor alguno.- Tengo tanta suerte de tener acceso a los mejores placeres de la vida : dinero y sexo. No voy a desaprovecharlo.

-Pues coincido contigo, el sexo es mejor y el día en que dejemos de follar ambos nos internaremos en un psiquiátrico porque si que estaremos locos.- Tomás afirma.

Boobs || rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora