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Iván

-Fui a la estética esta mañana, ¿lo notaste?.- Camila, la chica de la universidad con la que salía, colocó un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Era tan bonita y delicada como una muñeca de porcelana. Me encantaba.

-Sí, sí, claro. Tu cabello luce hermoso.- Sostuve uno de sus cabellos dorados, pero ella se apartó con una expresión ofendida.

-¿Mi cabello? No le hice nada a mi cabello.- Chasqueó su lengua.- Dios, sabía que no lo notarías.

Abrí y cerré mi boca sin saber que decir, cuando alguien se posicionó junto a nuestra mesa. Alto, guapo y muy, muy deslumbrante.

Rodrigo...

Esperen, ¿Rodrigo?

¿Qué hacía aquí?

-Oh, iván, mi amigo, ¿eres tú? No te había visto entrar.- Rodrigo sonrió abiertamente.

Acaricié el interior de mi mejilla con la punta de mi lengua recordándome que mi madre me enseñó buenos modales.

-Deberías revisar tu vista. Tal vez tu ego gigante te dificulta la visión.- Sonreí fingidamente.

Sí, mandé a la mierda los modales.

Camila hundió su entrecejo confundida por mi comportamiento y en ese momento Rodrigo pareció reparar en ello.

-Oh, cielos, ¿pero como no te ví llegar a ti si eres la chica más hermosa que mis humildes ojos han tenido la dicha de ver?.- Rodrigo me empujó y tomó asiento junto a mí.

Lo miré como si estuviera loco.

¿Qué estaba haciendo este pervertido? ¿No que era gay? ¿Por qué le halagaba tanto a ella? Sin duda no me gustaba para nada.

Camila le agradeció con un sonrojo cubriéndole las mejillas y es que Rodrigo si era más guapo que yo el hijo de puta.

-Oh, no puedo creerlo.- Rodrigo tomó delicadamente la pequeña mano de Camila.- Tus uñas son una maravilla y combinan a la perfección con tus ojos.

-Las hice esta mañana de hecho.- Camila sonrió aún más.

-Sólo un tonto no las notaría.- Rodrigo me miró y yo puse mis ojos en blanco.

-Gracias...- Camila esperó por él.

-Rodrigo.

-Que nombre tan elegante.

-Es gay.- Me metí en su conversación y Camila abrió sus ojos.

-Bisexual.- Corrigió él con una sonrisa seductora.

-Bisexual con demasiada inclinación a los hombres.

-Sí, hasta que recuerdo que mi amigo Iván también es uno.- Contraatacó pero suavizó su expresión con Camila.- , pero tu belleza me mantiene en equilibrio.

Camila rió hechizada por Rodrigo y yo apreté mi puño sintiendo un malestar asentándose en mi estómago.

¿Celos? ¿Tan rápido sentía celos de Camila? Pero si la conocía hace una semana.

-¿Y a donde irán después de aquí?

-Al cine.- Respondí cortante.

-Pues tu Camila te ves como alguien muy romántica, tu outfit lo dice todo.- Rodrigo señaló su bonito conjunto.- ¿Tal vez quieres algo de amor?

Camila asintió frenéticamente, pero se quedó callada ante mi seriedad.

-Ya compré las entradas. Será de terror y punto.

-Por favor, el día esta muy bonito y no creo que te hayas vestido tan preciosa para estar encerrada en una sala oscura, ¿verdad? ¿Que te parece ir a una fiesta?.- Rodrigo invito con una alegría contagiosa.- Yo invito todo, los tragos, la comida, lo que quieran.

-¿Una fiesta? ¡Me encantaría!.- Camila sonrío mirando a Rodrigo como si fuera el hombre más maravilloso que pudo haber conocido.

Como si fuera un sueño cuando para mí no era más que una pesadilla.

-No iremos a ninguna fiesta.

-¡Por favor!.- Camila me suplicó.

-Suficiente.- Determiné y tomé a Rodrigo bruscamente del brazo para llevarlo arrastrado a los baños.

Probablemente Camila no entendía ni mierda, pero no podía permitir que Rodrigo continúe con su absurdo juego.

-¿Qué mierda haces?.- Interrogué apenas pusimos un pie adentro.

Rodrigo se hizo el inocente y sentí más deseos de golpearlo.

¿Cómo podía actuar tan descarado? Joder, quería hacerle tantas cosas.

-Sólo intento complacer a tu novia, ahora entiendo porque las relaciones te duran tan poco.- Bufó.

-No te metas en mis asuntos, lo que hago fuera del departamento no te incumbe.- Lo empujé y conseguí que retroceda.- Déjame en paz.

-Sólo intento ayudar.

-¿Cómo? ¿Halagando a mi chica?

Rodrigo sonríe y vuelve a dar los pasos que retrocedió quedándose muy cerca, tan cerca que el calor de su cuerpo envolvía el mío.

-¿Así que es eso?.- Rodrigo inclinó su cabeza, sus ojos fijos en mis labios como si delineara su forma.- ¿Estás celoso?

-No estoy celoso de ti.- Apreté mis dientes.

-Pero yo no estaba hablando de mí.

En seguida me percaté de lo que había dicho y quise retractarme, pero claro, ya era demasiado tarde.

¡Mierda!

-S-solo déjame en paz.- Nuevamente lo empujé y me dirigí a la puerta.

-¡Ey, Iván!.- Rodrigo me llamó y giré sobre mis pies en su dirección.

-¿Qué?

Rodrigo avanzó y me dijo:

-No eres el único que tiene celos.

Sin más, se marchó dejándome con más dudas que respuestas.

¿Qué quería decir?

Boobs || rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora