Rodrigo
No entendía que le sucedía a Iván.
Después de la fiesta, él se había levantado de la cama con una cara de pocos amigos e hizo hasta lo imposible por no dirigirme la palabra.
Me preguntaba si había hecho algo mal o si tal vez seguía disgustado conmigo por haberlo follado, lo cual me confundía en cierta parte porque pensaba que él lo había disfrutado tanto como yo.
Y es que sí, el sexo con Iván fue el mejor que pude haber tenido. No por la cantidad de veces que lo hicimos o por la diversidad de posiciones como con los muchachos que me había follado anteriormente, sino porque fue con él.
Por ser Iván a quien sentía contra mis dedos, por ser él quien me deleitaba con su aroma a jabón y con sus dulces gemidos.
Iván siempre sería mi favorito hiciera lo que hiciera pues me gustaba de la cabeza a los pies. Me enloquecía hasta el más mínimo detalle en su cuerpo.
Me gustaba y la noche anterior llegué a pensar que quizás yo también a él, sin embargo, su actitud de esta mañana me decía todo lo contrario.
-¡Tadahh!.- Le sorprendí con una carita feliz hecha de huevos y tocino.- Nada mal para un principiante, ¿eh?
Últimamente me estaba esforzando demasiado en mis habilidades culinarias ya que descubrí que en realidad la cocina no era toda una ciencia y que si algo salía mal, lo peor que podría pasar era que mi estómago sufriría las consecuencias.
Además no quería seguir molestando a Iván en cada momento del día porque tuviera hambre y a él le disgustaba cuando ordenaba comida porque supuestamente era un desperdicio de dinero pues teníamos todos los ingredientes que quisiéramos tener en mi cocina.
Iván que se adentraba a la cocina miró el plato inexpresivo.
-Eso tiene un millón de calorías, lo sabes, ¿no?.- Me evitó y guió sus pasos al refrigerador.- El último juego está cerca y no quiero sudar grasa.
Miré su espalda con tristeza mientras él se servía jugo de naranja.
-Sí, tienes razón.- Deslicé el plato a un lado y tomé con una sonrisa el canasto de ropa limpia ubicado sobre el mesón.- También aprendí a usar la lavadora y esta vez no mezclé la ropa roja con la blanca. Ya tengo suficientes camisas rosas, créeme.
-¿Aprendiste a distinguir colores?
Genial, tienes la habilidad de un niño de tres años, es estupendo.- El sarcasmo en su voz no pasó desapercibido.-¿Qué te pasó en la mano?.- Observé con cautela su mano vendada.
-Nada que sea de tu incumbencia.
-¿Por qué me hablas de esa forma?
-No sé a que te refieres.- Se encogió de hombros bebiendo de su jugo.
-Estás siendo muy frío.- Murmuré mirando mis zapatos.- Pensé que te haría feliz saber que estoy progresando en esto de ser más independiente.
-Rodrigo, ¿Qué mierda quieres de mí?.- Alzó su voz.- ¿Qué te felicite con un beso? ¡Si quieres un puto novio, ve y consíguelo!
Cada palabra que decía era una apuñalada en mi pecho.
-Imaginaba que tal vez seguías molesto por lo de anoche.
-Molesto, no.- Él dejó su desayuno y avanzó hacía mí con los puños apretados.- ¡Estoy furioso! Sólo te puse dos reglas que debías acatar en nuestro trato para sentirme aún con algo de dignidad y las rompiste a ambas. No sólo impediste que tuviera la follada de mi vida con la chica que deseaba, sino que fuiste tan egoísta que me usaste como quisiste.
-¡Yo sólo me dejé llevar por mis sentimientos!.- Me defendí con la voz temblorosa.
-Genial, esa será mi justificación cuando te golpee por volver a intentar tocarme.- Dijo sin más y golpeó su hombro con el mío al marcharse quizás al departamento de sus amigos.Probablemente esta noche saldría con ellos ya que sería sábado en la noche.
¿Realmente se había aprovechado de la vulnerabilidad de Iván?
Caí sentado en mi sofá y recordé los ojitos aguados de Iván al abrirle la puerta la primera vez que vino aquí.
Él estaba asustado, aterrado y con frío, estresado por el torneo y los exámenes.Y yo pude haberlo dejado vivir aquí a cambio de nada, pero no, tuve que sacarle provecho a la situación, tuve que dejarme llevar por la atracción que sentía por él y sus hermosos pechos.
Froté mi rostro con mi palma y suspiré reconociendo mi error.
Iván tenía razones de sobra para odiarme y yo estaría dispuesto a pedirle perdón así que sin más tomé mi chaqueta y le envié un mensaje a Pedrito para preguntarle a donde irían esta noche.
Él sabría dónde podría encontrar a Iván.
Maratón 2/3.
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Boobs || rodrivan
Random-¿Iván, puedo tocar tus pechos? -¡Rodrigo, te he dicho que no soy una mujer! Dónde Rodrigo tiene una gran obsesión con los "pechos" de Iván. ☆ adaptación autorizada por @hollye2018 de @-popstarr | contenido +18. ☆ rodrigo top | iván bottom.