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Rodrigo


-¡Aquí estás!.- Iván apareció en los vestidores y me encontró sentado en la banca.- ¿Qué haces aquí? El juego está a punto de empezar.

-Yo...yo no lo sé.- Jugué con mis manos, mi mirada puesta en el suelo.

Iván suspiró y tomó asiento junto a mí. Por un segundo me permití apreciar lo sexy que se veía con el uniforme del equipo puesto.

Toda una fantasía húmeda y si no estuviera tan nervioso, le estaría haciendo todo menos decirle que me gustaba.

-¿Me contarás que sucede?.- Interrumpió mis pensamientos.

-Es una tontería.

-Sea lo que sea, te escucharé.- Aseguró.

-Bien.- Suspiré.- Es sólo que temo decepcionar al equipo y a ti. Es decir, se que hemos entrenado duro, pero no puedo evitar sentirme..

-Presionado.

Iván terminó por mí y yo asentí.

-Mi padre es una gran estrella y yo...- Meneé mi cabeza.-, jamás podré igualarme a él.

De manera inesperada, iván me rodeó  la espalda con su brazo.

-No tienes porque hacerlo, las únicas expectativas que debes cumplir son las tuyas, Rodri. No temas defraudar a nadie.

-¿Tampoco a mi querido capitán?.- Murmuré y fijé mi mirada en él.

Iván bufó.

-Sabes que odio perder, pero si eso sucede sólo intentaré quedarme con lo bueno.

-¿Y que es lo bueno?

Iván, algo indeciso, deslizó su mano hasta lograr tomar la mía.

-Esto.- Y sonrío, malditamente me dedicó esa preciosa sonrisa.

Tragué en seco, él estaba tan cerca que su aliento se mezclaba con el mío, pero claro debía arruinarlo.

-Gracias por entenderme, aunque que me dieras otro incentivo no me molestaría.- Dije con mis ojos recorriendo su cuerpo.- Tal vez tocar tus pechos antes del partido me de buena suerte.

Iván soltó una carcajada.

-¿Cómo puedes transformar una situación tierna a una sexual con tanta facilidad?

-Por favor, sólo unos besos.- Supliqué haciendo piquito.

Me abalancé sobré él y él me esquivaba igual de juguetón.

-Que no.

Iván reía empujándome con sus brazos y cuando se descuido metí mi cabeza bajo su camiseta. Comencé a hacerle cosquillas y él tambíen a mí.

-Ay, ya tenemos que...- Su hermosa risa embelesaba mis oídos.

-¡Rodrigo Carrera!.- Aquel grito nos obligó a tomar distancia.

La figura de mi padre entró a los vestidores, su expresión enfadada nos dejó helados. Como siempre se veía guapo e imponente.

-¿Papá?

-¡Sebastián Carrera!.- Iván abrió su boca impresionado y dió un salto.- ¡No puede ser! Soy un gran fan...

Sebastián le ordenó callar alzando su mano.

-¿Me podrías dejar a solas con mi hijo?.- Ni siquiera se atrevió a mirarlo.

No quería ni imaginar las cosas que pensaba sobre Iván, probablemente que era una de las tantas zorras con las que me revolcaba.

-Ah, si, si.- Iván hizo una reverencia.- Lo siento mucho.

Iván me vió una última vez con sus ojos iluminados de felicidad antes de irse dejándome a solas con mi padre.

En el exterior se escuchaban murmullos pues probablemente había dejado una oleada de fanáticos esperando.

-Tenías que ser el centro de atención, ¿no?.- Le pregunté sin ánimos.

Cada vez que tenía un partido importante era igual, su presencia y el entusiasmo que causaba con la misma terminaba por desconcentrarme.

-¿Ese es tu novio?

-Que te importa.

-Hijo, entiendo que tus gustos sean...diferentes a lo que es común aquí. Sólo te pido que seas discreto, ¿qué sucedía si era otra persona la que entraba aquí y te encontraba con esa...

-Cuidado con como te refieres a Iván, se merece el mismo respeto que tú, ¿me oíste?.- Le advertí y apreté mis puños.- Y sobre mis gustos, el único que se avergüenza eres tú, yo ya superé ese nivel hace mucho, padre. Te has quedado en el pasado.

-¿Y tu novio? ¿No siente vergüenza?

Quise decir que no, quería gritarle que si era mi novio y que nos amábamos, pero nada de eso era cierto.

-Eso no te incumbe.

-Como te dije, tus gustos me importan muy poco, pero si me vas a avergonzar de esa forma, al menos deja que me sienta orgulloso de como juegas. No falles, eres un Carrera.- Remarcó aquello como si fuera algo extraordinario.

-Pues lamento decirte que las únicas expectativas que debo cumplir son las mías.- Determiné y lo dejé con la palabra en la boca antes de salir.

Fue inevitable no sonreír como un estúpido. Me sentía liberado después de haber dicho todo eso y por primera vez, no me sentí bajo tanta presión.

Y todo era gracias a Iván y el poder de la tranquilidad que tenía su voz.

Me incorporé a la cancha y a donde estaban los jugadores dispersos. Con una energía vibrante, intenté sujetar a Iván de la mano para contarle lo sucedido y él me miró con el ceño fruncido apartándose de mi agarre.

-Mucha gente, ¿recuerdas?.- Chasqueó su lengua y se cruzó de brazos.

-C-claro, lo olvidé.- Relamí mis labios y miré hacía el frente sintiendo una sensación nada placentera en el pecho.

¿Y tu novio? ¿No siente vergüenza?

Volví mi vista hacía Iván y presencié como le lanzaba besos a las porristas que le sonreían.

Tal vez había estado viviendo mucho tiempo en una burbuja y olvidaba que este amor era unilateral.

Boobs || rodrivanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora