Capítulo 20

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Había pasado una semana desde que el grupo había recibido la noticia del noviazgo de Ace y Law. Y una semana era el tiempo exacto que llevaban sin tener noticias de Sanji. Cada vez que planeaban algún encuentro o salida, el rubio se excusaba diciendo que tenía que trabajar hasta tarde. Todos sabían que algo había pasado entre él y Zoro pero casi nadie sabía qué era lo que había sucedido con exactitud.

El espadachín volvía a mostrarse tosco y desagradable. Como antes de que Sanji apareciera en sus vidas. Sin embargo, nadie se atrevía a echarle en cara nada debido a la tristeza implícita en su rostro. Por alguna razón, las pocas veces que el peliverde aparecía en algún plan propuesto, nadie tenía el valor suficiente para mencionar al cocinero.

Nadie, excepto...

-¡Qué honor verte aparecer! Ultimamente quedar contigo es casi imposible. - Le regañó Nami.

-He venido porque Franky dijo que invitaría a alcohol para celebrar que su empresa tiene una nueva sede. - Respondió indiferente.

-¿Nadie ha avisado a Sanji? ¡Estoy segura de que le encantaría este lugar! -Añadió muy consciente de sus palabras mientras observaba el poder que tenían en el peliverde.

-Le avisé pero apuesto a que adivinais lo que me dijo...

-Me encantaría pero tengo trabajo hasta tarde. Otra vez será. - Dijeron todos al unísono decepcionados.

Todos excepto Zoro, que simplemente desvió su mirada del resto.

La pelinaranja observó con detenimiento el comportamiento del espadachín. Sabía bien las razones que tenían así a su amigo y aunque entendía que el rubio había hecho mal y comprendía más que de sobra la actitud de Zoro, algo dentro de ella le decía que debía dar un pequeño empujoncito a sus amigos. A fin de cuentas, todo era un desastre en esos momentos así que...

¿Cómo podía ser peor?

Aprovechó que todos estaban distraídos en diferentes conversaciones para acercarse al peliverde con sigilo. Se sentó junto a él lo más alejada del resto que pudo y observó cómo el otro ni siquiera se había inmutado por su presencia allí.

-Oí Zoro...

-No quiero saberlo. -Soltó tajante al ver por fin a su amiga.

-¿Q-qué? ¡Si aún no he dicho nada!

-Sé que tú y Robin pasáis tiempo con el cejas de caracol y seguramente sepais más que mucha gente aquí presente pero solo lo repetiré una vez más. Sea lo que sea que tengas que decir... No quiero saberlo.

-Sé que estás dolido pero-

-¿Dolido? -Una sarcástica carcajada hizo que por un segundo todos parasen lo que estaban haciendo para observar al espadachín.

Al ver que éste fulminó a cada uno de sus amigos con la mirada, el grupo volvió a lo suyo con rapidez. No sabían de qué demonios hablaba Zoro con Nami pero desde luego, nadie quería meterse en esa conversación.

-No estoy dolido Nami. Estoy rabioso. Me siento la persona más estúpida del planeta. Ese idiota sólo quería reírse de mí y yo se lo permití.

-Es mi amigo y le quiero pero es cierto que debía contártelo así que entiendo que estés enfadado. Yo estaría colérica. Y sé que no quieres saber nada, pero te equivocas.

-¿Ah?

-Sanji jamás quiso reírse de ti. Puede que al principio... ¡Pero eso es porque tú fuiste un verdadero gilipollas primero! Además él no te mintió, solo aprovechó tu confusión.

-Nami... -Gruñó el mayor.

-Lo que quiero decir. -La aludida continuó interrumpiendo al mayor. -Iba a contártelo. Se sentía fatal por mentirte y quería decirte la verdad.

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