Capítulo 13

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Abrió los ojos de mala gana al escuchar el estridente sonido de la alarma de su móvil. A pesar de que odiaba despertar de forma tan abrupta, era incapaz de reaccionar a las melodías que el aparato traía preestablecidas así que se había visto obligado a elegir como alarma la canción más ruidosa que había encontrado. Apagó el teléfono para volver a disfrutar del silencio mientras se masajeaba los ojos. Daba gracias al cielo porque fuera viernes ya que no le quedaba mucho para poder disfrutar de un par de días de descanso antes de volver a la rutina. Se levantó y se dirigió al baño para lavarse la cara pero no tardó mucho en volver a escuchar cómo su móvil comenzaba a sonar. 

Esta vez se trataba de una llamada y al ver de quién se trataba atendió sin dudarlo.

-¿A qué debo el honor de tu llamada? -Preguntó bromeando.

-¡Zoro! Llamo para asegurarme de que has leído los mensajes y que aparecerás esta noche. -Respondió la voz de su amigo.

-¿Ah? ¿Qué mensajes? -Zoro frunció el ceño confundido.

Se escuchó un largo suspiro al otro lado de la línea. -Lo sabía. Nunca lees nada de lo que la gente escribe. -Le reprochó Ace. -Esta noche saldremos a cenar. Es la primera vez en mucho tiempo que todos libramos mañana y no podíamos dejar pasar la oportunidad de

-¿De emborracharos para que como siempre tengamos que llevaros a casa uno por uno?

Zoro escuchó cómo su amigo tronaba la lengua. -Por lo que he oído Sanji tuvo que ser tu niñero la última vez así que mejor cierra la boca, idiota. -Se burló el bombero. -¿Entonces vas a venir?

-Bastardo... Está bien. Iré. Ahora deja de hacerme perder el tiempo o llegaré tarde al trabajo.

-No es mi culpa que seas incapaz de levantarte de la cama como el resto de las personas Zoro. Te mandaré luego la hora y la dirección. ¡No te pierdas! -Se carcajeó el pecoso antes de colgar.

Zoro sintió cómo un tic aparecía en su ojo izquierdo al escuchar las palabras de su amigo. Maldita sea ¿Cómo se atrevía a hablarle así? Si fuera cualquier otro estaba seguro de que no lo habría permitido.

¿Ni siquiera a Sanji?

Aquella pregunta apareció en su mente de forma fugaz haciendo que fuera inevitable que comenzar a pensar en el rubio. Ace había dicho que todos estarían aquella noche así que eso significaba que el cocinero estaba incluido en el plan. La semana había sido más atareada de lo había imaginado y por eso aún no habían podido reunirse como acordaron. El peliverde no pudo evitar recordar la conversación que habían mantenido la noche anterior mientras una sonrisa se dibujaba en su cara.


*Flashback*

De Sanji A las 22:31

Demonios marimo, esta semana está siendo de locos y no he tenido ni un segundo de descanso pero no he olvidado que tenemos una comida pendiente.

Zoro sonrió al leer aquel mensaje. A pesar de que él también estaba hasta arriba de trabajo aquella semana, llevaba días pensando en Sanji y en si le hablaría o no para verse como le había dicho anteriormente. No pudo evitar sentirse algo avergonzado al darse cuenta de lo emocionado que estaba en esos momentos.

De Zoro A las 22:40

No te preocupes cejillas, yo tampoco he parado estos días y tampoco lo he olvidado. ¿Cómo voy a dejar pasar la oportunidad de probar tu deliciosa comida de nuevo?

Los nervios se apoderaron del espadachín en cuanto envió el último mensaje. ¿Y si había sonado demasiado desesperado? ¿Y si Sanji pensaba cosas que no eran? Aunque si se paraba a pensarlo detenidamente...

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