Capítulo 3

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Zoro no había prestado mucha atención a la llegada del "querido" amigo de Nami. La verdad es que llevaba un tiempo concentrado en su bebida antes de que él apareciese en el local y comenzaba a distorsionar un poco las imágenes. Se había quedado pensando tras observar la escena que habían protagonizado Ace y Law. Siempre que estaban juntos en grupo actuaban así y no tenía ni idea de cómo serían entre ellos cuando se encontraban a solas, pero una parte de él se moría de curiosidad. Sabía que no había nada entre sus amigos pero demonios. 

¿Es que eran estúpidos?

Aun así sabía que era el alcohol el que le llevaba a tener unas ganas tremendas de empujarlos a ambos y llevarles a una habitación para encerrarlos dentro a solas. Sin embargo, no todo el mundo era tan directo como él y había aprendido a respetarlo así que no le quedaba otra que relajarse y centrarse en sus asuntos. 

El sake.

Cuando escuchó la voz del nuevo burlándose de la cara del cirujano, no pudo evitar alzar la mirada hacia aquel hombre con diversión. Quería ver la reacción de Law. 

¿Pero qué-?

Esa cara...

Mierda. Otra vez el maldito alcohol haciéndole ver cosas que no son. Ni siquiera podía enfocar con claridad. 

Alejó sus pensamientos para pensar de forma objetiva. Sabía bien que al final de la noche, sólo Law, Robin y él serían capaces de salir de allí sin problemas. Lo más probable es que Chopper se marchase en menos de dos horas. Nami, Ace, Brook, Usopp y Luffy estarían durmiendo. Y Franky... Con suerte se encontraría por alguna calle paseando en tanga así que no debía perder los nervios. Sin embargo, algo le hizo dudar y sus ojos buscaron de nuevo al rubio. 

Su cabello también podría ser el de Kuroashi.

Maldición

Basta

Compórtate

Volvió a mirar pero esta vez se centró en Law. ¿No había discutido con ese tipo? ¿Ni siquiera le había amenazado de muerte? No solía ver a su ojeroso amigo aceptar tan rápido a alguien.

Qué decepción. 

Joder

Realmente se parecían... 

Se acercó de forma inconsciente a la mesa para poder observar con más detalle al recién llegado de la forma más cautelosa posible. Cuando se quiso dar cuenta de la bandeja que se encontraba al borde del mueble de madera oscura, ya era tarde. 

Lo que le faltaba

Todos le observaban

Se rascó la nuca con suavidad. -¿Qué? -Soltó con su habitual rudeza.

Una carcajada llenó el lugar. 

Qué cálido

Zoro fijó sus ojos en los del chico nuevo. Eran azules. Muy azules.

Como los de ella.

¿Por qué no dejaba de sabotearse a sí mismo? Volvió a concentrarse. Antes o después debía presentarse con ese tipo así que mejor quitar la tirita de golpe. 

-Qué marimo tan torpe. -Dijo entre risas el contrario adelantándose. -Soy Sanji, encantado de conocerte. Supongo que eres Zoro. Tu pelo es tal y como Nami lo describió. -Volvió a reír.

El peliverde miró con odio a la mencionada mientras ella giraba sus ojos evitándo su mirada. 

-Maldita...

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