Capítulo 1

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Condujo su vista por todo el lugar mientras una mueca se formaba en su cara. No era un secreto para nadie que no quería estar ahí. La única razón para que se encontrara en un sitio como ese era la insistencia del pequeño moreno que le había arrastrado hasta allí después de semanas de súplicas para que le acompañase junto al resto de sus amigos.

Al principio se negó en rotundo. Cada día recibía una llamada diferente por parte de las personas que formaban el grupo con excusas varias para ir allí a festejar. Todos sabían que el aniversario de la muerte de sus padres se encontraba cerca. Sin embargo, cada año llegaba la única reunión a la que no podía faltar. Esa era la razón por la que no había podido negarse a la petición de Luffy. El cumpleaños de Ace se acercaba y habían decidido organizar una fiesta sorpresa para él.

Eso era juego sucio.

Todos sabían que el Ace era su mejor amigo. Lo habían sido desde que tenían cuatro años y se conocieron en el colegio. Fueron inseparables hasta que cumplieron la mayoría de edad y Zoro decidió estudiar mecánica mientras el pecoso comenzaba a entrenar y estudiar para convertirse en bombero. Aquel idiota siempre había tenido una extraña obsesión con el fuego pero el peliverde jamás pensó que llegaría a convertirse en el mejor bombero de su promoción en tan sólo tres años.

En el caso de Zoro la mecánica cambió su vida en muchos aspectos y sin duda el más importante de todos fue conocer a Eustass Kid. Desde el principio se llevaron bien y que una persona consiguiera ser del agrado del espadachín con tanta rapidez era cuanto menos extraño. Podría decir que su carácter no era precisamente fácil de llevar. Sin embargo aquel pelirrojo con cara de asesino en serie era tan insoportable o más que él. Puede que esa fuera razón más que suficiente para que cuando, ambos consiguieron su titulación, decidieran abrir su propio taller.

A pesar de que con el tiempo, sus vidas tomaron caminos diferentes, Ace y Zoro mantuvieron su amistad aunque al igual que ellos, maduró con el tiempo. Habían pasado más de veinte años desde que se conocían por primera vez. Maldita sea estaban más cerca de los treinta que de los veinte y ya no era necesario verse a diario o frecuentarse con tanta continuidad pero, jamás se perdería su fiesta de cumpleaños. Es por eso que cuando Luffy le llamó hacía una semana por teléfono para explicar que darían una sorpresa al bombero por su cumpleaños no pudo negarse.

-Siento que te hayan arrastrado hasta aquí. -Susurró Ace.

Le miré unos segundos para después dedicarle una sonrisa. No quería que se sintiera mal en su cumpleaños y menos por mi actitud así que decidí guardarme todo lo que pensaba para mí e intentar disfrutar de la fiesta.

En ese momento, nos encontrábamos en un bar conocido por los diferentes espectáculos LGTBIQ+ que daban cada noche. No tenía ningún problema con ese tipo de shows. Apoyaba con determinación la existencia de lugares que visibilizaran a las personas pertenecientes al colectivo. Sobre todo teniendo en cuenta que yo era parte de ese colectivo como persona bisexual que me consideraba.

Sin embargo, aquel lugar estaba a rebosar de gente. Miles de voces se entremezclaban con la música provocándome dolor de cabeza. Me incomodaba estar ahí en esos momentos. Y aunque estaba acostumbrado aquel año se cumplían veinte años de la muerte de su familia. Demonios, veinte putos años reviviendo cada maldito 12 de enero.

-¡TORAO!

El grito de Luffy le sacó de sus pensamientos y le hizo girar la cabeza para encontrarse con el mencionado. Trafalgar Law acababa de llegar y lo único bueno de aquello era que ahora no sería el único incómodo ahí. El tatuado era aún más introvertido que Zoro y por un momento, ese pensamiento provocó que una sutil sonrisa de dibujara en la cara del espadachín.

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