Capítulo 25

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Paseó por todas las habitaciones de la casa mientras abría las ventanas a su paso con el objetivo de ventilar su hogar. Tardó más de lo que esperaba cuando se dirigió al salón y comprobó que la ventana estaba atascada. Después de unos minutos usando la fuerza, uno de los hombres que le acompañaba en ese momento se acercó para echar una mano. El mayor movió con gracia y delicadeza sus dedos consiguiendo que apenas unos segundos después la ventana se abriese sin problemas. El dueño de la casa sonrió cálidamente en agradecimiento y continuó con sus labores. Se movía de un lado para otro sin dejar de hablar mientras sus invitados le observaban curiosos a medida que el anfitrión comenzaba a explicar su plan.

-¿Un viaje? -Preguntó Zoro levantando una ceja.

-¡Sí! ¡Será genial y la mejor forma de despedir a Sabo! -Gritó Ace entusiasmado.

-¿Así que tu plan es organizar un viaje sorpresa? ¿Lo sabe Luffy? -Quiso saber Law.

-Claro que lo sabe. Ha sido idea de los dos. 

-Entonces estamos perdidos... -Susurraron los dos hombres mientras negaban con la cabeza.

-¡OÍ IDIOTAS! ¿Cuál es el problema?

-Vamos Ace... Sabes que Luffy es incapaz de guardar un secreto.

-Roronoa-ya tiene razón. Lo más probable es que ya se le haya escapado.

-Sé que Luffy a veces puede ser un bocazas pero no dirá nada esta vez ¡Ya lo veréis!

-Estoy seguro de que has convencido a todos para que te ayuden a mantener el secreto a salvo. -Inquirió Law.

-Y eso significa que todos somos responsables del descerebrado de Luffy ¿Verdad? -Zoro miró a su amigo con una mirada acusadora.

El pecoso se rascó la nuca nervioso mientras comenzaba a reírse. -Sabía que me ayudaríais.

Antes de darles tiempo de replicar, el bombero se dirigió con rapidez a la cocina para comenzar a preparar algo para sus invitados dejando al peliverde y a Trafalgar a solas. Tras unos segundos en silencio el ojeroso decidió hablar.

-¿Cuánto tiempo vas a seguir fingiendo, Roronoa-ya?

El aludido alzó una ceja al tiempo que emitía un indescifrable sonido como respuesta.

-Creí que después de hacer de celestina para tus "amigos" te darías cuenta pero ha pasado más de un mes y tu estupidez me resulta de lo más tediosa. -Agregó el tatuado.

El peliverde frunció el ceño mientras se acercaba al contrario molesto. -¿De qué cojones estás hablando?

Law dejó escapar una pequeña risotada de aire por la nariz al ver la confusión en el rostro ajeno.

-La única persona además de ti que no sabe que te mueres por Kuroashi-ya es el mismo Sanji. -Dijo de forma directa y certera.

-¿Tú también, Torao? No sabía que tu relación con Ace significaba que ahora en lugar de un sermón recibiré dos. -Respondió serio.

El cirujano sonrió. Sabía que al igual que le sucedía a él, Zoro se sentía incómodo cuando los demás se metían en sus asuntos privados.

-Está bien Roronoa-ya. Te dejaré ser un idiota terco todo lo que necesites pero será mejor que no pierdas demasiado el tiempo. Podría volverse en tu contra. Como llamarme Torao.

Trafalgar susurró las últimas palabras cambiando su aura a una más amenazante. El espadachín tronó su lengua molesto al ver cómo el otro volvía a ensanchar su sonrisa unos segundos después olvidando aquel mote que tanto odiaba y se marchaba en busca de Ace

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