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Moscú, Rusia

Destiny

La mujer frente a mi me pone nerviosa mientas escribe en su libreta. Arregla sus lentes cuando estos se resbalan por el puente de la nariz y suelta un suspiro.

No debe ser nada bueno...

—Estoy orgullosa de que hayas logrado superarlo, Destiny.

—¿Pero...?

Siempre hay un pero... No puede ser tan bueno esto.

—No hay ningún pero. Estás mucho mejor que la primera vez que te vi.

—¿Y por qué estás seria?

—Es la costumbre. —me sonríe— Llevas en terapia desde hace años, y en las últimas secciones he visto en ti una mejoría.

Sonrío, juego con un mechón de mi cabello por los nervios.

—Entonces... ¿crees que ya pueda volver?

—Si te sientes preparada para enfrentar todo, puedes regresar a tu casa.

Respiro profundo sintiendo felicidad. Llevo casi diez años lejos de casa y lo más que he querido ha sido regresar, pero mi miedo por encontrarme algo relacionado con lo que pasó no me lo permitía.

Pero ahora me siento bien, siento que puedo enfrentar lo que pasó. Siento que puedo volver a ser feliz, a relacionarme con personas.

—Tienes mi número, si algo sucede me marcas no importa la hora. —mi terapeuta se pone de pie cuando yo lo hago— Mucha suerte, Destiny.

Asiento con una sonrisa. Sin borrarla de mi rostro salgo de su consultorio hacia la camioneta que me espera para llevarme a casa. Necesitaba llamar a mi hermano y contarle esta noticia, estoy segura que se alegrará demasiado. Me lleva insistiendo mucho para que vaya a verlo aunque sea unos días.

El camino a mi departamento dura poco, bajo cuando estando frente a la puerta del edificio. Meto mis manos dentro de mi abrigo por el frío que está haciendo por las mañanas. El portero me saludó y le doy una pequeña sonrisa al pasar por su lado, presiono el botón del ascensor esperando a que abra, entro cuando lo hace y presiono el botón que da a mi piso.

Espero sólo unos segundos más, hasta que las puertas se abren y me dan paso a mi casa. Está todo en silencio y lo agradezco demasiado. Me dirijo a mi habitación, cerrando la puerta y dirigirme al armario para sacar mi maleta.

La dejo sobre la cama y voy poco a poco sacando la ropa de mi armario, feliz de irme de aquí y poder regresar a mi casa.

Enciendo mi computadora mientras hago todo, conectándome para llamar a mi hermano por video llamada. Se tarda varios segundos en contestar, pero lo hace.

Mi veneno mayor me recibe con una media sonrisa y cruzado de brazos. Se nota que está en su oficina.

Justo iba a llamarte. —es lo primero que dice— Hola, Des.

—¡Christopher! —río— ¡Adivina!

Dado que no tienes cara de odiar tu vida y que es la primera vez que te veo sonreír en diez años. —sonríe más— ¿Vas a regresar?

—¡Sí! ¿Puedes creerlo? La doctores dijo que me ve bien, que puedo hacerlo.

¿Y tú te sientes bien?

—¡Me siento muy bien!

En serio me siento bien. Lista para estar con él y con papá otra vez.

Las quiero aquí mañana temprano. —ordena— Pasaré por ustedes a la pista y... ¿Por qué esa cara? Sí la traerás, ¿verdad?

Trago.

—Sí, obvio. —asiento intentando poner una sonrisa otra vez en mi rostro— Nos veremos mañana, te adoro. Gracias.

Te veo mañana, Des.

La llamada no dura mucho, ya que sólo quería decirle que regresaría para poder ordenar todas mis cosas.

Suspiro.

No se me pasó por la cabeza en ningún momento desde que salí del consultorio de mi terapeuta.

Una vez acabo de empacar mis cosas, lo que me tardo casi dos horas en hacer, dejo las maletas a un lado de la puerta y me dirijo a su habitación. Son sólo las diez de la mañana, y ella sigue durmiendo.

Su habitación está a oscuras, intento no hacer ruido para no despertarla. Pero falló en hacerlo.

—¿Mamá? —cierro los ojos con fuerza y me detengo— Llegaste...

Me volteo a ella. Se sienta en la cama frotando sus ojos.

—Sigue durmiendo.  

—¿Qué estás haciendo? —me mira confundida— Nunca entras a mi habitación.

Entro a su armario para sacar su maleta azul y dejarla sobre su cama.

—Iremos a Londres mañana. —sus ojos de iluminan— Saca lo que te quieras llevar mientras arreglo tu ropa.

Ella asiente y sonríe mientras sale de la cama para dirigirse a su escritorio para comenzar a tomar varias cosas de él.

Nelly. Mi hija de diez años. Una niña de cabello rubio y ojos grises como los míos. Ella nunca a ido a Londres, nació allá pero nos fuimos cuando sólo tenía ocho meses, así que para ella es algo nuevo esto. Siempre quiso ir porque quería pasar tiempo con Christopher y con mi padre, a quienes a ama mucho, pero eso jamás a pasado hasta ahora.

Empaco varias cosas en su maleta, ya luego le compro lo que necesite una vez lleguemos. Dejo sus cosas a un lado de las mías, al lado de la puerta.

Nelly sale vestida de su habitación con ropa casual luego de un rato.

—¿Te ayudo en algo? —me pregunta al verme limpiando la sala.

—Ve a tu habitación y deja todo limpio y ordenado. Nos iremos mañana muy temprano. —pido sin mirarla.

—De acuerdo. —se apresura a hacer lo que le pido.

Quiero dejar todos bien, sin ningún desorden cuando me vaya. Quizás no regrese en bastante, mucho tiempo, pero si lo hago no quiero ver un desorden. Ya luego llamaré para que alguien venga a limpiar el polvo por lo menos dos veces al mes.

Deseo en serio que todo salga bien.

Amo Londres, quiero quedarme allá para siempre o el mayor tiempo posible. Estar otra vez siempre con mi padre y con Christopher, no verlos sólo de vez en cuando por una pantalla o una o dos veces al año cuando vienen a verme.

Quiero olvidar por completo todo lo que sucedió.

Sólo quiero un nuevo comienzo.

•<~~~>•

Aclaración: Como todas mis historias, la protagonista tiene problemas y traumas que poco a poco irá superando. No será de un capítulo a otro, será con el tiempo, así que deben tener paciencia y no insultarla a cada nada porque en el capítulo 6 todavía no ven evolución.

• Interés amoroso: Dominick Parker.

A New BeginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora