Nelly
Me quedo escondida dentro del armario, detrás de varias ropas viejas de quién sabe quién. No quiero salir, no quiero ir con ese hombre malo. Llevo tres días aquí, quiero irme ya con mi mamá.
¿Cuando van a llegar por mi? Dom dijo que vendría por mi siempre, pero no me dijo cuánto tardaría. Tengo mucho miedo, me quiero ir de aquí.
Llevo mi manita a mi boca para no hacer ruido cuando la puerta de la habitación se abre. Me han mantenido aquí cerrada desde ayer en la noche que golpee al hombre feo ese que me trago aquí.
Él me golpeó muy fuerte en mi mejilla primero, y mami siempre me dijo que de la defenderme si alguien me hace algo, y lo hice. Con mucho miedo, pero lo hice, porque me dolió y mi sigue doliendo.
—Más vale que salgas ya, mocosa. —escucho que abre la puerta— Eres igual a tu madre.
Hace a un lado las ropas de donde estoy. Me hecho más para atrás, pero el hombre me toma de mi cabello con mucha fuerza sacándome de donde estaba. Intento empujarlo, pero cuando lo hago me duele más así que ya dejo de hacerlo.
—¡Ya suéltame! ¡Me duele!
Me saca del armario y me deja en el suelo. Lo miro mal cuando me pongo de pie, me voy a la cama rápido, subiendo a ella para tomar una almohada, no quiero que se me acerque, si lo tengo que golpear con esto lo haré.
—No te atrevas a llorar. —me señala enojado— Si lo haces, el golpe que te di ayer será una caricia para lo que te haré ahora.
Bajo la mirada apretando mis labios cuando tiemblan.
—Vendrá una mujer a vestirte, para cuando regrese más vale que estes lista, mocosa.
—No...
No quiero que nadie me quite nada ni me vean. Mamá me dijo que jamás debo hacer eso, y no me voy a dejar.
—¡Soy tu padre y harás lo que yo te diga!
—¡No! —le lanzo la almohada— ¡Tú no eres mi papá! ¡Mi papá vendrá por mí y me te matará por lastimarme!
Salto de la cama rápido cuando veo como me mira, muy enojado, furioso. Agarro la lámpara que hay en la pequeña mesa y la alzo lista para tirársela a la cabeza si se me acerca.
Ríe.
Esa risa me asusta.
—Ya aprenderás a respetarme. —dice— Por las buenas o por las malas.
Yo no lo creo.
No lo haré nunca. Por como me trata y por como trató a mi mamá. No sé bien lo que le hizo, pero sé que mamá le tiene mucho miedo.
Se acerca quitándome la lámpara con fuerza antes de que pudiera tirarla, lanzándola él hacia otro lado. Me toma de la mandíbula.
—Y que sea la última vez que llamas papá a ese hombre. —hace fuerza haciendo que duela mucho— Porque tu único padre soy yo.
Quiero decirle que sólo lo es biológicamente y por mala suerte, pero no lo hago por miedo. No quiero que me haga otra cosa. Me duele mi rostro y mi cabeza.
Me suelta lanzándome al piso. Me quejo, un vidrio se clavó en mi mano.
El hombre feo se va azotando la puerta. Aprieto los ojos no queriendo llorar, pero lo hago.
Quiero irme con mi mami.
Quiero irme con mamá y papá.
Este lugar es muy feo.
