Destiny
Los días pasan de una forma estresante.
Si antes no salía, luego de lo que Dominick me contó, sobre lo que encontraron en la casa del bosque, menos salgo. Christopher tiene a sus hombres rodeando el edificio, no hay forma de que alguien entre aquí sin que ellos lo sepan. O por lo menos, eso se supone.
Me dan escalofríos de sólo pensar en esas fotos que encontraron, no quiero saber como son ni de que momentos son, no me interesan, ya me hago una idea. No pensé que eso estuviera pasando ni una vez, todo se veía tan normal con Alekser... que no pensé que estaba así de demente, de enfermo.
Dios, yo sólo tenía siete años, él debía tener treinta o quizás más...
He intentado durante todos estos días mantenerme tranquila, no quiero asustar más a Nelly, ella ya a estado muy nerviosa, llorando en las noches por miedo, temblando cada vez que escucha un ruido que la asusta. No sé qué hacer para que se tranquilice.
Ya he hablado con mi terapeuta sobre eso, y Nelly ha estado hablando con ella ya en dos ocasiones, aún así, no ayuda mucho.
Tomo la pelota de lana que mamá le trajo a Athena hace días, la lanzo lejos de mi haciendo que la pequeña pantera corra detrás de ella. Me encanta tenerla, cuidarla, bañarla no tanto porque de vuelve loca, pero sí hacerle todo lo demás. En las noches se acurruca contra mi o se duerme encima de mis piernas como si no pesara nada.
Cuidarla, jugar con ella y pintar es lo único que me ha entretenido estos días sola. Creo que he pintado más en estos días que en toda mi vida, cada lienzo que he terminando Dominick lo lleva a la galería por petición mía, eso me mantiene un poco conectada con lo que sucede en el exterior.
Me levanto para ir a la cocina y prepararme un té cuando noto que Athena se entretiene por su lado y no regresa a traerme el juguete como hace un rato. Dejo el agua calentar, decidido de una vez preparar la cena, ya que son casi las seis de la tarde.
Sería algo para Nelly y para mi, ya que Dominick se quedaría hasta la madrugada en la central, quizás ni siquiera llegue hasta el amanecer.
No lo he visto mucho, ni a él ni a nadie de mi familia por varios días. A mi novio solo por unas cuantas horas en el día o durante la noche cuando llega dormir. Y si es que llega a dormir. A veces, como en esta ocasión, se queda en la central durante las noches.
Me entretengo preparando la comida con Athena jugando a mi lado, haciéndome casi tropezar varias veces.
Me asomo varias veces a la habitación en donde Nelly se encuentra viendo una película, lo único que he encontrado que puede distraerla por un rato. Ella se encuentra tranquila acostada en la cama, arropada con una sábana grande y caliente.
—Estoy preparando lasaña de berenjenas. —le aviso haciendo que me mire.
Ella sonríe un poco, más cuando Athena salta a la cama junto a ella.
—Suena bien, mami.
—Ya está en el horno, así que por favor ve a darte un baño y a ponerte la pijama antes de cenar.
Asiente quitándose las sábanas y saliendo de la cama. Va hacia la que es su habitación para buscar su pijama y su bata de baño.
Regreso a la cocina, tomando mi celular de encima de la mesa, lo había dejando ahí en silencio mientras preparaba todo. Tenía dos mensajes de Bratt y una llamada. Tengo la intención de llamarlo para saber que sucedía, cuando escuché golpes en la puerta.
Me tenso, no me muevo de donde estoy ni digo nada.
—Des, soy yo. —puedo respirar tranquila al escuchar que se trata de mi amigo.
