Destiny
—¡Dom!
Habíamos llegado a Londres ya de noche. La pista estaba alumbrada por unas cuantas luces, pero las que más iluminaban eran las luces del auto de mi novio que decidió pasar por nosotras.
Nelly baja primero que yo, corriendo hacia donde él. Frotaba sus ojos pues acababa de despertar de una siesta que decidió tomar sobre mi. Dominick la toma dejando un beso en su mejilla para que luego ella lo abrace con fuerza.
—Te ves muy linda. —le sonríe— ¿Te cortaste el cabello?
—¡Sí!
Nelly hizo que le cortaran un fleco estilo mariposa diciendo que quería verse más bonita, también le cortaron sólo un poco el largo del cabello.
Mientras que a mi me cambiaron las extensiones a unas más largas ya que mi cabello había crecido bastante. Jamás cometeré el error de cortármelo corto otra vez, llevo año y medio esperando que regrese a su largo normal para dejar de usar las extensiones.
—Hola, hermosa. —toma mi cintura besando mi mejilla, luego mis labios— ¿Cómo estuvo todo?
—Como cualquier otra exposición, pero estuvo bien.
—Muuuuy aburrida. —se queja la niña— Por suerte mi mami y yo fuimos de compras en la mañana, así que eso compensa lo de la exposición.
Dominick mira por encima de mi hombro, los hombres habían estado bajando las bolsas de las cosas que compramos todo este tiempo, nos voltea a ver con una ceja alzada.
—¿Compraron todo Milán?
—Casi...
No tengo la menor idea de a cuantas tiendas habíamos entrado, ni cuantas cosas en total habíamos comprado. Entre vestidos, zapatillas, tacones, blusas, pantalones que mayormente uso, y joyería... Probablemente debamos sacar varias cosas del armario una vez lleguemos a casa.
Eran tantas las bolsas y cajas, que tuvimos que ir caminando hacia el salón de belleza para que los hombres fueran a dejar las cosas al hotel, ya que el auto estaba repleto.
Creo que nos pasamos un poco.
Subimos al auto del alemán con las camionetas atrás de nosotros. Nelly se encargó de hablarle sobre estos tres días y lo bien que la pasó a excepción de las horas de la exposición.
Al llegar a casa le digo a los muchachos que suban las bolsas y cajas a mi habitación, ya luego me encargo de acomodar todo. Mis padres , tío y abuela están en la sala cuando encaramos, ya sabían que llegaríamos a esta hora, porque no hay otra manera para que mi madre esté aquí con papá por voluntad.
Mamá es la primera en ponerse de pie y recibirnos, como siempre de dramática me abraza con fuerza como si no me hubiera visto hace meses.
—Qué buenos que están bien, cariño.
—¿Y por qué estaría mal? —hago que me suelte, ella sabe que los abrazos de este tipo dramáticos no me gustan.
—No le hagas caso a tu madre, es una dramática. —se queja papá.
Mamá lo voltea a ver seria h enojada. Como de costumbre.
—Cierra la boca, Alex.
Me alejo de ellos cuando comienzan a mirarse horrible, saludo a mi tío y a mi abuela. Nelly hace lo mismo, corriendo hacia donde mí tío Reece.
Tomo la mano de Dominick, caminando hacia la sala, Nelly se encarga de contar otra vez lo que hizo hasta hoy en la tarde antes de tomar el vuelo de regreso, yo sólo me encargo de asentir dándole la razón cada vez que pregunta, ¿verdad que sí, mamá?
Luego de un rato hablando con mi familia, Nelly se queda dormida sobre Dominick. Está claro que estaba muy cansada, y el que se mantuviera despierta en este rato sólo era porque quería contar ella todo.
—¿Puedes traerla a su habitación? —asiente, miro a los cuatro— Venimos rápido.
Dominick sostiene a Nelly al ponerse de pie y camina a mi lado hacia su habitación. Abro la puerta, me dirijo hacia su armario sacando una pijama para ella. El alemán la deja sobre su cama.
—Nelly. —la muevo hasta que abre un poco los ojos— Déjame ponerte la pijama.
Era sólo la camisa de la pijama, pues ella decidió venir con unos pantalones esponjosos, por el frío.
Se sienta en la cama estirando los brazos hacia arriba, le quito la blusa y le pongo la camisa de pijama. Se deja caer hacia atrás con los ojos cerrados. Suspiro acomodándola y tapándola con las sábanas.
Dominick está recostado del marco de la puerta de brazos cruzados. Me levanto de la cama y camino hacia fuera de la habitación apagando la luz, cierro la puerta luego.
—¿Qué pasa? —pregunto al verlo con una sonrisa.
—Se nota que están siendo un poco más unidas que antes.
—Sí... un poco. —medio sonrío. Me acerco rodeando mis brazos por su espalda, colocando mi mentón sobre su pecho— ¿Te veré mañana?
—¿Ya me estás botando, hermosa?
—Claro que no. —río— Lo pregunto ahora ya que estamos solos.
Con esos cuatro de allá abajo no se lo podría preguntar, de meten en todo, y eso me pone demasiado incómoda. Ya sé que es raro y sorprendente verme con novio luego de todo lo que pasé y evité, pero lo hacen ver muy raro y, eso no me gusta.
—Quizás por la mañana te llame, pero desde las diez estaré en la central hasta muy tarde en la noche.
—Bueno, está bien.
—A menos que... —se queda callado unos momentos— ¿Quieres quedarte conmigo esta noche?
Sus palabras me sorprenden por varios segundos. Creo que me sorprende más el que no me sienta nerviosa ni tensa el pensar que puedo quedarme con él.
De hecho, la idea me gusta.
—Me gustaría.
Sonríe y suelta un suspiro relajado,o miro divertida por su reacción.
—¿Por qué te pones así? —río.
—Me pones nervioso cuando te quedas tan callada.
Sonrío.
—¿Te pongo nervioso? —enarco una ceja sin dejar de sonreír.
—Olvida eso...
—No gracias, es un buen dato.
Espero que esté consciente de que, lo molestaré por eso por muchos días.
Me pongo de puntillas dejando un beso en sus labios.
—Espérame abajo, me daré una ducha y haré un bolso. —asiente— Y no le digas a esos cuatro, o no te dejarán en paz.
Papá y el tío Reece son capaces de mandarme a encerrar, ya conozco lo dramáticos que son. Por suerte no está Christopher o sería mucho peor. Mamá armaría uno de sus dramas y mi abuela, pues ella no hace drama ni escándalo, pero querrá hablar con nosotros como si yo tuviera doce años.
—Ellos son muy sobre protectores contigo, es entendible, Des.
—Sí, pero ellos me abruman...
Y mucho.
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• Pasarán cosas en el próximo capítulo...
