Siete años después...
Los años pasan, pero las búsquedas no acaban.
No hay un sólo día que grupos de soldados quemen ciudades para encontrar a la niña que en esos momentos debía tener dieciocho años.
Quizás sí....
Ay no se crean, ¿cómo voy a dejar secuestrada a Nelly tanto tiempo?
Cuatro días luego....
Narrador Omnisciente
Luego de días de trabajo duro, investigación, amenazas y todo lo necesario para dar con la niña, al fin dieron con la ubicación exacta de donde se encontraba.
Destiny ya había sido notificada de esto. Estaba ansiosa, feliz, pero a la vez muy nerviosa. Nerviosa en saber en que estado se encontraba la niña, no quería pensar lo peor, sabía que Nelly era más fuerte que ella y que a pesar de todo, intentaría estar bien, intentaría defenderse de todo, pero el solo pensar que en una de esas Alekser le terminara haciendo un daño terrible...
Los soldados habían partido desde muy temprano hacia Rusia. Lo único que importaba era sacarla a ella a salvo, ya todos tenían la orden de matar a todo aquel que se le cruzara, a excepción de Alekser, el ministro y el coronel lo querían vivo para hacerle todo lo que ese hombre se merecía.
El capitán Parker tenía otros planes respecto a eso, planes que le prometió a su novia y pensaba cumplir.
—Christopher no te dejará. —murmura Miller— Quiere encargarse de Alekser él mismo.
—Y Destiny no quiere que pise Londres. —Parker enarca una ceja— Se lo prometí, y es lo que haré.
Mientras ellos llegaban, Nelly caminaba en silencio por el pasillo, intentando no ser escuchada ni vista por nadie nadie. Cojeaba, pues se había doblado el tobillo izquierdo bajando las escaleras la noche anterior, cuando escapaba de aquel ruso y del castigo que le había a poner por haber escuchado una conversación que no debía.
Miró hacia todos lados antes de bajar las escaleras e irse por el pasillo que daba hacia la habitación en donde la habían mantenido encerrada todo este tiempo.
Llegó y cerró la puerta. Esta vez no podría poner seguro ni mover algo que la bodoquera. Habían sacado todo y sólo le habían dejado aquella manta y almohada.
Lo único que la mantenía "segura" era dormir dentro del armario escondida entre la ropa vieja. Se sienta en el suelo sacando una daga que había guardado, la utiliza para quitarse la venda de su brazo, ya no salía sangre de la herida que le habían hecho con esa misma daga.
Había llorado tanto esas semanas que ya no quedaban lágrimas en sus ojos, ya no lloraba por lo que el hombre que biológicamente era su padre o lo que los otros hombres le hacían sólo por diversión.
Tenía todavía un poco de esperanza de que llegaran por ella en algún momento, sólo por eso resistía. Pero sólo era un poco.
Traga hondo escuchando que abren la puerta y rápido guarda la daga, mira por encima de su hombro. Era la mujer que la atendía esos días, o algo parecido a eso. Por lo menos era la única que no la trataba mal.
—Tienes suerte que tu padre está ocupado, o se hubiese dado cuenta de que no estabas. —le dice agachándose y tomando su brazo para pasarle una toalla con alcohol en la herida y vendarla otra vez.
—Ya te dije que no le digas así. —dijo seria— No es mi papá.
—Daleska, ya deja de...
—Y no me llames así a mi. Soy Nelly, no ese feo nombre que él me quiere poner.