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Destiny

Creo que casi era media noche, pero no me sentía para nada cansada todavía. Estábamos sentados en el suelo del balcón charlando con una botella de vino entre nosotros.

La noche estaba fría, el viento soplaba un poco fuerte pero nada exagerado. Creo que lloverá muy pronto, amaría eso. No me movería para nada, disfruto mucho sentir las gotas de lluvia caer sobre mi.

—No voy a entender cómo es que disfrutas tanto la lluvia. —murmura el alemán.

—Y yo nunca entenderé como tú no la disfrutas. —sonrío— La lluvia es hermosa.

—Me gusta verla, no mojarme en ella.

Aburrido...

Yo adoro la lluvia. De niña salía al jardín cuando llovía, me podía quedar sentada horas sólo sintiendo como llovía, me gustaba bailar, caminar, o sólo quedarme acostada o sentada, disfrutando el ambiente.

—Cuando era niña le decía a papá que la lluvia y yo estábamos conectadas. —río— Él odiaba que yo saliera y estuviera horas en el jardín, de quejaba de que me enfermaría.

Pero jamás lo hice, la lluvia sólo era algo positivo en mi vida. Me daba y aún me da mucha felicidad.

—¿Por...?

—Porque cada vez que me sucedía algo bueno o yo estaba feliz, llovía. —lo miro— La lluvia es mi lugar seguro.

Aún sucede. Sé que sólo son coincidencias, pero, me gusta pensar que estamos conectadas. Después de todo, cada vez que me he sentido tranquila y feliz a su lado comienza a llover.

Dominick siempre se queja de eso, yo sólo disfruto el momento.

—Ya es bueno entender muchas cosas. —sonríe mirándome a los ojos— Como cuando llovió en nuestra primera cita.

—Así es. —sonrío.

Me habla sobre la misión en la que estará la próxima semana. Escucharlo hablar sobre cómo planea las misiones, sobre su tropa, o algo relacionado a la milicia crea el mismo sentimiento que cuando escucho a Christopher, a mi padre o a mamá cada vez que deben hacerse cargo de algo en las centrales.

Felicidad y a la vez un poco de envidia. Soñaba tanto ser un soldado como mis padres, amaba ir a la central y ver a los soldados, deseando algún día ser uno de ellos. Amaba ver a mamá dando ordenes, se veía tan seria y fuerte, nada igual a la mujer dramática que vivía conmigo.

Pero, ese sueño sólo se fue una vez el desgraciado de Alekser abusó de mi. Dejé la academia, me aislé de todo el mundo. Con el tiempo sólo pude resignarme y aceptar que jamás tendría una vida como la había soñado.

—¿Ya no te pones nervioso en las misiones?

—No, luego de años ya estoy acostumbrado a todo lo que me encuentro.

—No te ponen nervioso las misiones donde puedes morir, pero sí te pongo nervioso yo... —me burlo— Interesante.

Aprieto los labios por la mirada que me lanza. No puedo evita molestarlo, me dio mucha gracia su expresión y la forma en la que lo dijo.

—No me pones nervioso.

—Claro... Lo que digas.

—No lo haces, Destiny.

—Si el negarlo te deja dormir por las noches, de acuerdo.

Río por su seriedad.

Al verlo así, lo que me dan son más ganas de seguir molestándolo.

A New BeginningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora