Juan se quedó limpiando las tazas de café mientras a su lado estaba Spreen mirándolo con un signo de peligro en sus ojos amatistas.
— Deja de mirarme así. — dijo dejando las tazas limpias a un lado, cerrando la llave de la canilla sacudiendo sus manos salpicando gotas de agua.
— ¿Por qué dejas que Quackity hablé así de mi? — dijo con un toque de tristeza en su voz.
— Lo dejo porque es gracioso verte enojado. — lo miro, sonriendo. — ¿Por eso estás así, de verdad?
— Si. — se acercó a Juan sosteniendo lo de las caderas. — ¿Algún problema?
Juan negó. Empezó a jugar con el mechón suelto de Spreen.
— No, ninguno. — acercó lentamente sus labios a la punta de la nariz de Spreen, dándole un besito en ese sitio tan tierno para dejarle un “piquito”.
Spreen se sonrojo un poco. Bufó molesto.
— No hagas eso. Es vergonzoso. —
— No estamos en un lugar público. — lo miro a los ojos.
— Eso no tiene nada que ver. — aferró sus dedos contra las caderas de Juan, acercándolo más a él hasta dejar al castaño mirando sus labios. — Quiero... Tener otro...
Juan se rompió en miles de pedazos en ese momento. Al escuchar eso solo puso un dedo contra los labios de Spreen, silenciando lo.
Tener otro niño podía ser una felicidad. Solamente cuando no tenías ninguno aún. Pero tener otro hijo cuando ya casi tenías como seis a cinco hijos en casa era... Completamente diferente y mucho más difícil de decidir para el pobre Juan que ya estaba como burro todos los días en la cama tratando de pararse para alimentar a su pequeño bebé que todavía no podía dar su primer pasito.— no te atrevas a pedirme otro más. — ordenó.
— ¿Por qué no? — apartó el dedo de Juan de sus labios. — ¿Ya no me amas?
— Tener diez hijos en casa no es sinónimo de que no te quiera. — frunció el ceño.
Se apartó de Spreen y camino hacia la sala con el híbrido de oso siguiéndolo.
— ¿Por qué no quieres tener uno más? ¡Quiero otro! — se acercó a Juan y le rodeo la cintura con sus brazos, recibiendo un gruñido por parte de Juan.
— Si de plano no aguanto a cuatro niños en mi casa mucho menos voy a aguantar a uno más. — justifico.
— Entonces sos un mal padre. — dijo contra su cuello.
— No lo soy, solamente ya tienes demasiados “ositos” y “maguitos” para pedir otro. Inmaduro. — Spreen gruñó, sacándole un susto a Juan.
— ¿Cómo me llamaste, mago de cumpleaños? — el miope se giró para mirarlo, el pelinegro lo acorraló contra la mesa mirándolo a los ojos.
— ¡Inmaduro! ¡Pides tantas cosas que pareces un niño mimado! — dijo, asustado por lo que podría pasar a continuación, Spreen era capaz de todo.
Spreen rió bajo, una risa ronca y perturbadora.
— ¿Querés quedarte en cama otra vez, Juanito? — acercó sus labios al cuello del miope, sintiendo su respiración agitada contra su mejilla. — Estás nervioso de tenerme cerca.
El castaño desvió su mirada, tapando parte de su cara con su mano, sonrojándose por el tacto en su cuerpo causado por Spreen y su mano debajo de su ropa.
— Ya basta de jugar conmigo de esa manera... — su pecho comenzó a subir y bajar al sentir los labios de Spreen besar su hombro, haciendo un camino de besos hasta su cuello.
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⌗ ┆HECHIZOS MÁGICOS ★ ₊ ˚⟡ ( Spruan ! ) | 2da Temp
Fanfiction" La probabilidad de encontrar algo normal en este lugar es 0,001% " ✧◝___________________________◜✧ J:-I said, do you think you'll kill for me one day?... S:-Yes, of course I will, my darling... And I want It all...~