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No podía resistirse, los labios de Marcus eran suaves, ambos hocicos se acariciaban con dulzura y pasión ardiente. Y Lucas olvidó por unos minutos que... Era su cuñado. Rápidamente se separó y lo empujó sin suficiente fuerza, le miró exaltado y agitado.

-Esto... no, no puedo, no contigo Marcus..-Mencionó Lucas en un tono serio y aprensivo.

-¿Y que tal conmigo?..-Preguntó Galileo. Estaba desnudo y abrazó a Lucas.

-¡¡No!!, Esto no lo quiero, esto yo de verdad yo no lo quiero..-Dijo Lucas, empujando también a Galileo.

Lucas se puso en una esquina del cuarto, con miedo y con confusión. Ya no queria estar ahi, estaba asustado, muy asustado.

-Quiero despertar, quiero despertar..-Se repitió a si mismo Lucas acurrucandose en la esquina de la habitación.

Sintió que una que otra lágrima podía recorrer sus mejillas, y que un silencio frío inundaba todo a su alrededor.

-Esta bien rabito, no tengas miedo..-Le susurró una voz suave y familiar.

Marcus ya no estaba, cuando Lucas levantó la vista estaba Dorian, con su rostro risueño y amable. Le tomó la mano y lo levantó de forma apacible, luego le limpió las lágrimas con la parte dorsal del dedo índice.

-¿Esta mejor asi?..-Preguntó Dorian tomándolo de la cintura.

-Si, mucho mejor..-Rió suavemente él.

Luego le besó con lentitud y aprecio, eran los labios tan suaves y cariñosos del gran gato los que le dieron la tranquilidad que hubiera deseado desde que empezó a soñar.

De un momento a otro Dorian le cargó y le recostó sobre la cama que tenia en su casa, ¿En que momento había cambiado todo el escenario?, no le importaba. Asi como tampoco le importó que Dorian empezara a penetrarlo y a entrar en él, sujetándolo por debajo de las rodillas.

Lucas sintió al gato moverse y entrar y salir de él, sintió sus labios sobre los suyos, sintió sus manos en sus nalgas, sintió su cuerpo sobre el suyo, sintió sus suspiros en su cuello y barbilla, y finalmente, sintió su esencia dentro de él, como nunca antes lo había sentido.

-Eso era lo que necesitaba..-Mencionó el conejo. Abriendo los ojos.

-Me alegra que te gustara rabito..-Era Galileo quien estaba encima suyo.-Hola otra vez..-

Lucas gritó tan fuerte que Liverpool y Blackpool podrían haberlo escuchado. Y siguió gritando hasta que se hayó parado de repente.

Traía ropa, una un tanto pequeña, no, él estaba pequeño. Media muchos centímetros menos que siendo un conejo adulto.

-Ay no..-Mencionó Lucas mirándose a si mismo.

Sentía los dientes algo apretados y más duros de lo usual, si, tenía brackets en su adolescencia. Tenía un corte de cabello muy usado en ese entonces, que se basaba en la elegante forma de no peinarse, llevaba una camisa de cuadros y una playera negra por debajo, también pantalones de mezclilla negro.

Lucas caminó, a su alrededor se formaban luces y formas que reconocia bien, en su mano apareció un vaso rojo de plastico muy barato, lleno de cerveza. Las luces parpadeaban y la música era ruidosa, pero las risas y platicas al rededor de los invitados de la fiesta lo eran más.

-¿Pasa algo Lucas?..-Preguntó Chelsea, quien media un metro y medio menos. También tenia brackets en los dientes.

-Oh, Chelsea..-Dijo Lucas sorprendido por verla.-Estamos en la fiesta donde nos besamos por primera vez..-Recordó el conejo.

Lucas Capítulo 2 (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora