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— ¡Ji Sungie! —grito Muriel corriendo en su dirección— espérame, ¡oye!

— Déjame Muriel —corrió lo más rápido que podía para alejarse de ella.

La pequeña vio aquel acto que el niño nunca había tenido con ella, y su pequeño corazón se apretó con fuerza.

— ¿Estás bien? —preguntó una vocecita a su lado, ella asintió lentamente.

Jungkook sacó un pañuelo de su bolsillo y limpió las lágrimas de Muriel.

Yeppeun —susurró mientras se reía arrugando su naricita.

Muriel se quedó en silencio mirando los ojos en los que se reflejaba, aquellos dientes que lo hacían ver cómo un conejito y olvidó la desconocida que le había hecho su mejor amigo.

— Lindo conejito —le dijo y acarició con ternura su cabello, Kook tomó su mano con fuerza y juntos caminaron al interior de la escuela.

Hoy estuvo muy estresante, y no lo digo por el trabajo, eso es fácil y mientras más lo hacemos más nos acostumbramos y menos errores cometemos, me refiero a que, a pesar de mi trabajo, Jungkook no dejaba de verme en momentos con molestia y seriedad

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Hoy estuvo muy estresante, y no lo digo por el trabajo, eso es fácil y mientras más lo hacemos más nos acostumbramos y menos errores cometemos, me refiero a que, a pesar de mi trabajo, Jungkook no dejaba de verme en momentos con molestia y seriedad.

Sé que las palabras de Ji Sung no le hicieron mucho eco en su persona, tampoco creo que sean celos de amistad, y definitivamente espero que no sea porque derrame sus café sin alcanzar a llevarlos.

Me he visto cojeando mientras camino en este momento, llevo una enorme caja donde debemos recibir los aparatos de sonidos de cada uno, y está me lastima la pierna dónde me queme con anterioridad.

Me detengo frente a la puerta de uno de los grupos y gritó.

—Vengo a recoger los aparatos de sonidos.

La puerta se abre de par en par y en el interior puedo ver a Lisa con otro muchacho de EXO muy cercanos, el manager me deja los aparatos en la canastilla y cierra de golpe la puerta.

— ¿Necesitas ayuda?

— ¡Mierda! —susurre y mire a mi lado— Jung Kookah, no hagas eso, casi se me sale el corazón.

— Espero que sea por mi y no por qué te asusté —dijo entre risas y tomó la caja que llevo conmigo, al menos siento un alivio porque mi pierna duele mucho.

— Noona

— ¿Mm? —comenzamos a caminar con lentitud.

— Lamento ocasionar problemas con Ji Sung

— No te preocupes, puedo con ese mocoso, lo tengo en la palma de mi mano —cojee y sentí un líquido correr por mi pierna.

Me queje de dolor y Kook se detuvo para verme, dejó la caja en el piso y miro mi pantalón en el muslo.

— ¿No te hiciste curación?

— No creí que fuera necesario.

Jeon levantó la mirada y justamente venía mi supervisor junto al productor del programa.

— Disculpe Señor —reverencio.

— Oh, creí que Bangtan se había ido —miré a Kook.

— Muriel tuvo un accidente temprano, le pedí que me trajera unos café y en el ajetreo se quemó, podría darle permiso de dejarla ir a casa, es mi amiga y me gustaría cuidarla.

— Claro que sí, —dijo sin cuidado— ve a casa, descansa el fin de semana y nos vemos el lunes.

— Pero debo …

— Ve —dijo el productor— le diré a otro que se encargue de eso.

— Muchas gracias —reverencio nuevamente y al levantarse me tomó en sus brazos como princesa.

— Oye, bájame, harás que se pongan a hablar —susurre al ver las miradas de todos, pero Jungkook solo sonrió con esa perfecta sonrisa que me enamoro.

Y no lo niego, estar en sus brazos me hacía sentir bien, pero a la vez, solo como su amiga.

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