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— Mañana es tu cumpleaños —recordó con emoción Kook, mientras caminaban— ¿Qué te gustaría de regalo?

— ¿Qué me gustaría de regalo? —aspiro entre dientes dudativa— ¿Qué me gustaría? —repitió en un susurro para sí misma.

— ¡Yeobo! —escucharon a la distancia

Jungkook miró a Muriel como el rostro se iluminaba, sus ojos brillaban de una manera inusual, su sonrisa era la más espléndida y la felicidad la expresaba en su rostro.

Sintió un poco de celos, ver aquello, le gustaría que esa felicidad fuera con él, y para cuando Han llegó junto a ellos se sintió desplazado completamente.

— Mañana es tu cumpleaños —canturreo— tengo tu regalo listo, y si no te gusta una segunda opción.

— ¿Y? —miro inquisitiva al muchacho, esperando algo más.

— Aish, esperaba que lo olvidarás —se quitó la mochila de su espalda y se hincó— Su carruaje la espera madmuasel.

Muriel sonrió nerviosa, se apoyó de Han quien la cargó por sobre su espalda y se levantó acomodando bien.

— Come on —gritó Hannie y comenzó a casi correr jugando en círculos.

Muriel se aferró a él y comenzó a reír a carcajadas, ese chico la hacía feliz con tan poco, Jungkook comenzó a caminar hacia la entrada de la escuela, está vez, ignorando a los adolescentes que gritaban y reían como locos.

— ¿Has hablado con Ji Sung?

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— ¿Has hablado con Ji Sung?

— Le dejé un par de mensajes, pero no me ha contestado.

Hace dos semanas que había ocurrido aquello de la cena en la que se comprometieron, mismo tiempo que Han desaparecido de la vida de Muriel.

Ella recordaba la promesa de nunca alejarse y no podía evitar pensar que él rompió esa misma, pero también comprendía que debido a lo que sucedió él no quería saber nada de ella, pues, no le contó que estaba en una relación y se enteró en ese preciso momento.

Había ido a su casa, a la casa de sus padres, los lugares que más visitaba y finalmente, en su empresa, ahí le dijeron que se tomó un tiempo libre.

Un doctor que lo revisó le dijo que sufría de ataques de pánico cada que se veía rodeado de personas, la ansiedad se comenzó a presentar luego que volvió de su viaje de Busan, por lo que la empresa le recomendó que se aislará un tiempo, hasta que se sintiera mejor, y simplemente, desapareció de la faz de la tierra.

— Ya lo hará —le dijo Jeon para tranquilizarla.

El también había intentado encontrarlo, ver a Muriel tan mal y llorar por su amigo le dolía en el alma, y aunque no lo quisiera, ella tenía una conexión fuerte con el rapero.

Salieron del elevador del edificio de Kook tomados de la mano, caminaron lento hasta el carro de él y antes de subir, él la beso en sus labios con ternura.

— Vamos a dar un paseo —le dijo y abrió la puerta para que ella subiera.

Ji Sung veía su teléfono los mensajes recibidos por parte de ambos, su cabello se movió con el viento que corría en un recóndito lugar de Busan, dónde encontró la venta de una casa, modesta, y no dudo en comprar.

En otra ventanilla del aparato, miro el post anónimo que estaba dispuesto a entregar aquella página del canal tvN, solo para que el rumor del amor entre Jungkook y Lisa se hiciera público y así, derrumbar el mundo de ambos que le traicionaron.

Porque así lo sentía, una traición, no era tanto que había perdido a la única mujer que ha amado, es que Jungkook por segunda vez se quedó con la chica que le gusta, y pensaba que lo hacía a propósito solo para molestarlo.

Además, Muriel no le contó de ese romance, y le vieron la cara quizás por cuánto tiempo. Acercó el dedo pulgar al botón publicar y luego bloqueó el teléfono suspirando frustrado.

Muriel reía a carcajadas siendo perseguida por Jungkook para que esté le abrazara y girará en su lugar al atraparla.

Se besaron en el movimiento y se sentían los más felices del mundo.

Caminaron tomados de la mano risueños, bajando las escaleras del cerro Namsan, decidieron no tomar el teleférico solo para no encontrar alguna fan, además, la tarde estaba hermosa y necesitaban respirar el aire que les regalaba Seúl, lleno de aromas.

— Mamá me estuvo preguntando con quién salgo.

— ¿Le contaste?

— Aún no, es muy pronto decirle, primero quiero hablar con Ji Sung.

— ¿Necesitas su aprobación?

— No dije eso —contestó risueña pero a Jeon no le hacía gracia.

Tomó aire y la soltó en un suspiro corto para nada tierno, detuvo sus pasos y la miró fijamente.

— Entiendo que sean amigos de años, Muriel, pero sales conmigo, y no me gusta que sean tan cercanos.

— Tú lo dijiste, es mi amigo, mi mejor amigo.

— ¿No recuerdas lo que dijo su madre?, ese idiota está enamoradisimo de ti

— Jungkook, eso fue cuando éramos pequeños.

— No, ahora también, y temo que si él te dice que no está de acuerdo con lo nuestro, me dejes.

— Yo no te dejaría Kookie —se acercó para acariciar su mejilla— mi conejito celoso, deja de pensar idioteces.

— Me da celos que siempre haya sido él.

— Él es mi mejor amigo, tú, eres el amigo que me confundió —salieron caminando— Muchas veces quise decirte mis sentimientos pero nunca pude.

— Nos habríamos ahorrado mucho.

— ¿Y tú, por qué no lo dijiste?

— Miedo a perderte —respondió— si te decía y no sentías lo mismo te alejaras de mi lado.

Ella asintió lento pensando en Han, lo que debería estar sintiendo en esos momentos, ¿Que estará haciendo? ¿habrá comido? ¿Dormirá bien?, miles de preguntas que no le encontraba respuesta.

— Vamos a cenar.

— Prefiero volver a casa, mañana debo trabajar.

— Entiendo, entonces te iré a dejar.

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VerSus       -terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora