Final

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La cabeza me dolía, también mi pecho, pero no era un dolor físico, era un dolor por no ceder.

Llevo un buen rato sentado en el piso de la entrada de mi departamento, escuchando las súplicas de Muriel a que habrá la puerta, quisiera abrir, sin embargo, mi mente me convence de no hacerlo.

Finalmente se despide, como si supiera que yo estaba ahí, desliza un sobre bajo la puerta y sus pasos comienzan a oírse a la lejanía.

Lo peor es que… no ví su carta, no hasta después de dos días, cuando su madre me llamó llorando porque encontró una carta de Muriel despidiéndose.

Esa tarde me sentí morir, abrí el sobre con lágrimas en sus ojos y leí cada palabra. Me explicaba que se junto con Han para estar libre de culpa y comenzar conmigo, y me culpe todo el tiempo por su partida. Nunca supe dónde se fue, o si está bien, los contactos con ella terminaron y todo me parecía insoportable.

Hasta ahora…

Escuché un rumor de Lino que Ji Sung se había comprometido con una chica de su escuela, y no pude evitar pensar que podría ser ella.

Han pasado dos años desde su partida, y aún la llevo en mi piel, en mis memorias, en mis labios. La extraño de puta madre.

— ¡Jungkook con calma! —exclamó mi entrenador agitando una de sus manos— aún con las almohadillas dolió —se quitó lo nombrado y empuño su mano una y otra vez.

— En serio lo siento —dije frustrado, me saque los guantes de box y tome asiento para beber un poco de agua.

— ¿Sucede algo?

— No es nada —respondí intentando no darle importancia.

— Debe ser un nada muy importante como para que te tenga así —se sentó frente a mi

— Ese nada lo es todo —se formó un nudo en mi garganta— Ji Sung se está comprometiendo en este preciso momento, y algo me dice que es con…

— Así que se trata de la chica linda, ¿volvió?

— Eso creo.

— Entonces me estás diciendo que no estás seguro que ella sea la novia —asenti— hay un 50/50. Deberías ir.

— No estoy invitado.

— ¡Y eso qué! Jungkook, vé, en el peor de los casos es Muriel la novia, ahora tendrías que entrar a olvidarla, y si no, seguro te la encontrarás, ella no faltaría a la celebración de compromiso de su amigo.

— Tiene sentido.

— ¡Claro que lo tiene! Ahora vé, asegúrate que no sea ella, y no la dejes ir.


La fiesta es hermosa, colores azules y blancos son los adornos en este servicio tierno

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La fiesta es hermosa, colores azules y blancos son los adornos en este servicio tierno. No pude haber elegido mejor.

— Me encanta como quedó todo —escuche a Hannie para luego sentir su mano en mi cintura— eres la mejor Yeobo —beso mi mejilla.

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