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— Noona —grito afuera de la casa de Muriel— Ya vamos a la escuela.

Han tenía la costumbre de pasar a buscar a su mejor amiga como cada día, le quedaba de paso de camino a su colegio, además, disfrutaba de la compañía de la chica que siempre le ha gustado.

Ese día en particular, Muriel se demoró un poco más en salir, su rostro no era el mejor, pálido y sus labios secos, abrigada a pesar de el día estar solo con camiseta.

— Vamos —le dijo pasando por su lado sin saludarlo como cada día en la mañana.

— Espera —la sostuvo de su mano, se acercó a ella y se le quedó viendo unos segundos, algo le sucedía.

— No quiero ir —dijo ella con sus ojos llorosos.

— ¿Estás enferma?

— Algo así —murmuró quitando la vista de él avergonzada.

— Si no me dices que tienes no sabré qué sucede.

— Tengo cólicos —murmullo casi inaudible.

— ¿¡Qué!?

— Que tengo cólicos, ¿si?... —lo miro enojada, a Han se le enrojeció su rostro completamente.

— ¿Primer día? —ella asintió.

— Primera vez —confesó y Han la abrazó escondiendo su vergüenza, no se guardaban secretos, nunca, pero tampoco esperaba que ella le contará eso tan privado para una mujer— quiero quedarme en cama y no levantarme en todo el día.

— ¿Y qué te lo impide?

— No quería que fueras solo de camino —él sonrió con orgullo.

Se alejó de ella para mirarla fijamente y acarició su cabello, dejó un beso suave en su frente y volvió a mirarla.

— Ve adentro, quédate en casa y me conseguiré tu tarea, cuando regrese, te traeré golosinas.

— ¿Por qué golosinas?

— Mm.. no lo sé, cuando mamá está con su periodo papá siempre le trae golosinas, creo que te hará sentir mejor.

— Eres el mejor amigo del mundo, Yeobo.

Han sintió una espinita incrustarse en su pecho ante las palabras, sí, le hacía sentir orgullo también, pero, agradecería que Muriel lo vea con otros ojos.

Por la tarde cumplió su palabra, con una compañera que le pidió una cita a cambio, se consiguió la tarea de ese día para Muriel, pasó por la tienda y compro dulces, golosinas, chocolates y helado y al llegar a casa, vieron una película mientras comían todo aquello.

De vez en cuando, Muriel miraba el perfil de Han, perdiéndose en su mejor amigo, y por un momento deseo que esos sentimientos por Jungkook, fueran por Han, su alma gemela.

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