Como entrenar a tu dragon inutil (TRADUCCIÓN AO3)

Como detener una guerra

Izuku surca los cielos. El peso de Kacchan sobre su espalda es igual que nada mientras bate sus poderosas alas, atravesando las nubes. Va lo más rápido que puede sin usar su peculiaridad; si lo hiciera, sus amigos no podrían seguirle el ritmo.

Detrás de él, el dragón sabe que Mina está volando con Kirishima, Hitoshi trae a Denki y Ochako tiene a Sero aterrorizado en su espalda. Todos ellos están haciendo todo lo posible para no pensar en las consecuencias de lo que están a punto de hacer porque las consecuencias de no hacerlo podrían ser aún peores.

Izuku no se quedará de brazos cruzados y verá a los villanos destruir la aldea que lo recibió con calidez y amor desde el momento en que puso una pata allí. No verá a personas que le importan tanto, como los padres de Kacchan, resultar heridas o algo peor mientras luchan para proteger a los débiles. Para el dragón, no se trata sólo de ayudar a Kacchan a mantenerse firme como guerrero; Esto es lo que Izuku siempre ha soñado hacer, la razón por la que deseaba con todas sus fuerzas poder controlar sus poderes: poder proteger a sus seres queridos.

“¡Deku! ¡Deberíamos estar cerca! ¡Baja más! La voz de Katsuki suena cerca del oído de Izuku y el dragón hace lo que le indica.

El dragón nunca se había adentrado tanto en el campo. Ha oído que el continente es vasto, los dragones más antiguos decían que era más grande que mil islas juntas; pero es muy diferente ver su inmensidad por sí solo. Es como el mar pero hecho de campos, bosques y montañas.

Es una vista hermosa e Izuku desearía poder explorar estas tierras en mejores circunstancias. Pero, en este momento, es imposible pasar por alto el espeso humo a lo lejos, elevándose hacia el cielo. El ejército de Shigaraki realmente está quemando las pequeñas aldeas casi vacías en su camino hacia Musutafu. Izuku no puede creer que alguien pueda ser tan cruel al atacar lugares cuando solo los ancianos y los que no pueden viajar quedaron atrás.

Necesitan detener al ejército de Shigakari y deshacerse del fuego. Con renovada convicción, Izuku bate sus alas aún más rápido para alcanzar a sus enemigos. Los ojos del reptil escanean los campos debajo de él en busca del ejército de Mitsuki, ¡necesita encontrarlos y no dejar que salgan lastimados!

Finalmente, Izuku ve el ejército de Shigaraki: deben tener al menos trescientas personas. Los luchadores parecen enojados y sedientos de sangre, el tipo de descripción que Izuku solía escuchar de los humanos en general antes de conocer a Kacchan. Se ven sucios y portan armas oxidadas. Sus gritos combinados hacen que a Izuku se le hele la sangre en las venas, son realmente aterradores.

El ejército de Mitsuki, por ahora, está formado por unas treinta personas y sus caballos. Parecen más fuertes y mejor formados, con mejores armas y armaduras; pero tener que enfrentarse a enemigos en una proporción de diez a uno no hace que sus probabilidades parezcan tan buenas. La caballería galopa hacia el enorme ejército con una valentía incomparable, sabiendo muy bien que esta no iba a ser una batalla fácil.

Izuku ve a los ejércitos chocando en la distancia. Es una pelea feroz, el caballo de cada vikingo está rodeado por varios soldados de Shigaraki pero estos siguen adelante. Un granero que debe estar lleno de grano se quema cerca y la caballería de Mitsuki probablemente tiene la intención de salvar la comida. El invierno se acerca rápidamente y no pueden permitirse el lujo de perder tanto.

Por el grito que proviene de Katsuki, el dragón no es el único que ve cuando la brillante cabeza rubia de Mitsuki se cae de su caballo y la mujer se ve obligada a luchar sola contra los mercenarios sedientos de sangre. Es completamente por instinto que Izuku enciende su peculiaridad y acorta la distancia a la batalla.

El dragón ya no piensa, por lo que no escucha los jadeos y los gritos aterrorizados de la multitud mientras se acerca a ellos. Izuku está demasiado concentrado en la lucha de Mitsuki contra otros seis soldados, ella es mucho más hábil que ellos, pero es una pelea muy injusta. Izuku ve cómo la mujer aleja a sus enemigos de ella y no se da cuenta de que un séptimo soldado decidió unirse a la pelea.