XI

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sᴇɴᴛɪᴍɪᴇɴᴛᴏs



—¿En qué momento? .—preguntó Therrence mirándonos preocupado.

—no importa en qué momento, no pudiste cuidar de nuestra niña. —Rose lo señaló furibunda.

—pero...—Therrence seguía confundido. —no vi nada, ni siquiera ese altercado...

—felizmente él pudo sacarla de allí, porque yo sí te cortaba lo que te hace hombre. —Rose le lanza una mirada asesina y se va a su asiento.

—como es posible, Therrence. —Jaz lo miró negando.

—no le hagan sentir mal a Therry. —lo abrazo por la espalda e inclino mi cabeza junto a la ajena.

—a la próxima no te dejamos sola. —comentó Jaz. —aunque tengamos que llevarte a rastras.

La voz del profesor de inglés se oye en el salón, todos caminamos a nuestros asientos. Intenté no mirarlo, después que anoche estuve a punto de lanzarme a besarlo, con qué ojos puedo mirarlo ahora. Me acomodé un mechón detrás de mi oreja e intenté esconder medio rostro con mi mechón.

La clase comenzó, abrí mi libro y levanté la vista prestando atención a las indicaciones. Esta mañana se veía muy lindo en su traje azul marino, daba vueltas en el salón leyendo el libro, sentía ese aroma tan peculiar en él, me traía recuerdo sobre la noche de la fiesta donde estaba arropada con su casaca. Sonreí inconciente.

Al escuchar que teníamos que entregar la tarea asignada cuando termine la hora de clase, desperté.

El salón se quedó en silencio, uno que otro murmuró de vez en cuando, todos estábamos concentrados. Aunque parezca extraño, yo estaba resolviendo la tarea asignada sin necesidad de pedirle a mis amigos que me pasen la respuesta. Me sentí orgullosa, las clases de inglés estaban sirviendo.

—¿Alguien resolvió la número cinco?. —pregunta Rose musitando.

—está muy extraño, por que puede caer la g) como la c), entonces no sé cual se leería mejor. —Responde Therrence volteando.

—es la opción g)  —susurré.

—¡Oh Dios mío!. —exclamó Rose asombrada.

Levanté la mirada ante las palabras de Rose, todos mis compañeros voltearon a mirarla, el profesor frunció sus cejas confundido. Sus ojos me miraron y agaché la cabeza mirando el libro.

—Lu ¿Eres tú?. —Jaz se río por lo bajo.

Volteé y susurré—: li, iris ti...

—¿Qué pasa señoritas?.

El rostro del profesor me hizo dar un brinco del susto, lo observé inclinándose hacia nosotros con rostro de interrogación.

—Holman está resolviendo la tarea, me siento orgullosa. —Rose finge secarse una lágrima de sus mejillas.

—muy bien. —irguió su espalda, colocó sus brazos detrás, quedándose parado cerca nuestro.

—la tarea está fácil, sólo exageran. —comenté.

—ahora lo ve fácil porque está aprendiendo. La felicito.

Escuché sus pisadas alejarse, levanté un poco la mirada y suspiré.




Mis compañeros dejaron todos sus libros en mi carpeta formando una torre. Avisé que ya estaba yendo al área de inglés para que se apuren a terminar.

—Lu ¿Puedo hablar contigo? —Paul de acercó cuando estaba por cargar los libros.

—contigo quiero hablar. —Therrence apareció dejando su libro de forma brusca haciendo un sonido estrepitoso.

—Dime Paul.

—a solas... —aclaró él.

—¿Qué dices?, Mira Paul yo...

Miré a Therrence y le hice un ademán de calmarse. Asentí mirando a Paul, cargué los libros para después irme al área de inglés. 

—¿Te ayudo?. —intentó cargar los libros.

—no gracias, puedo hacerlo. —sonreí amable.

Nos quedamos en el pasadizo. Secó  sus manos en su jean oscuro y aclaró la garganta. Esperé a que hablara.

—lamento lo del sábado. —comenzó a decir. —Estaba fuera de mí, sé que hice mal, soy consciente de ello ahora.  —tomo un respiro y siguió— Suelo consumirlo para relajarme, pero nada de eso daña mis estudios, procuro no juntarlo.

—Paul, no necesitas aclararme nada

—claro que sí

—no es necesario, si consumes algo o no, tú solo sabes lo que haces. Por lo del sábado, no te preocupes, todo bien. —sonreí.

—quería aclararlo y que queden bien las cosas entre nosotros

—no tienes por qué, Paul, tranquilo

—claro que sí, Luana. —Se quedó en silencio unos segundos, sus ojos parecían querer confesar algo. Después de unos segundos, vi que apretó sus puños y relamió sus labios. —quiero hacer las cosas bien contigo

—¿Hacer las cosas bien?. —lo miré confundida.

—sí, porque quiero demostrarte que puedo ser alguien bueno para ti.

Fruncí mis cejas

—quiero que todo esté bien entre nosotros porque me gustas, Luana.

Sujeté con fuerza los libros antes que se me cayeran. Caminé hacia el área de inglés dejándolo solo. Me sentía confundida, mis piernas no reaccionaban bien después de la confesión, me sentí torpe cuando intenté abrir la puerta principal, se me cayeron algunos libros y no había ningún profesor que pueda ayudarme. Maldecí entre dientes.

—señorita, la ayuda.

Apareció el profesor de inglés, recogió los libros que se me había caído y me ayudó cargando todos. Caminamos juntos hasta su área. Estaba cansada y aún no despertaba de aquella confesión.

—señorita, le estoy hablando ¿Todo bien? —preguntó él mirándome inquisitivo.

Asentí

—estoy por ir a mi siguiente clase, le aviso cuando los libros estén revisados.

Asentí

—Luana ¿Estas bien?

Lo miré al escuchar mi nombre.

—me estabas esquivando en el curso, lo pude notar. ¿Pasa algo?

Negué.

Su mano acunó mi barbilla. —¿Es por lo de ayer?

Los recuerdos volvieron aparecer y no pude evitar sentir vergüenza por mi atrevimiento.

— I don't know If what I feel is ok, I feel weird, this never happened to me

—profesor, yo...

Sus labios dejaron un beso suave en mi frente. —¿Nos vemos en la salida?

Sonreí encantada. —sí...

—me encanta cuando sonríes de esa forma...—susurra con ternura juntando su frente con la mía.

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora