IX

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ᴇ́ʟ



Abrí mis ojos al sentir la luz de la mañana incomodar mi descanso. Fruncí mis cejas al mirar el techo, levanté mi cuerpo y miré las sábanas cremas que cubren mi cuerpo. Di un brinco saliendo de aquella cama, observé aquella habitación, no era mía. ¿Dónde estaba?.

Giré en mi propio eje asustada, caminé rapido hacia la puerta, confusa seguí mi camino por el pasadizo.

—¡¿teacher?!. —lo miro sentado en el sofá. Me percato que tiene el torso desnudo, lleva puesto solo un boxer negro.

Mi cuerpo despertó un deseo con solo observarlo de esa forma, estaba tentada a acercarme y ver qué sucedía pero preferí mantener mi serenidad.

¿Recuerdas lo de ayer?.

Lo miré confundida, llevé mis manos hacia mí rostro asustada. —¿pedí mi virginidad con usted?.

Escuché su risa, me extendió su mano para acercarme a él. Sin dudarlo lo tomé.


Abrí mis ojos abruptamente al golpearme con el suelo. Tenía la sábana enredada entre mis piernas y todas resbalaban de la cama. Me había caído.

Miré hacia la entrada de la habitación, Rose me miró confundida.

—me caí. —comenté levantándome. Me senté rápido en la cama, mi cabeza me dolía un poco y me sentía muy sedienta.

—que bueno que despertaste, Lu. Llamé a tus papás para decirles que estabas conmigo. —se sentó en su silla giratoria.

—ay...me duele mi cabecita...—mis pulgares hicieron masaje en mi cien.

—el teacher está llamando y mandando mensaje a cada rato preguntando por ti.

Ignoré mi dolor de cabeza y sonreí. —¿De verdad?

Ella asintió. —esta muy preocupado por ti. Me explicó lo que sucedió ayer antes que te desmayes.

—¿Me desmayé?

—del cansancio, estabas muy ida. Te cargó hasta mi habitación, mis papás se preocuparon al verte así y me hicieron preguntas por el profesor

—tengo vago recuerdos ...

—no sabía que Paul se drogaba, te estaba incitando a hacerlo. —comentó amarga. —no te vuelvo a dejar sola aunque me digas que no. Felizmente el profesor llegó y evitó que pase cualquier cosa peligrosa.

—él no tenía porque preocuparse, ni siquiera disfrutó de la fiesta...—comenté apenada.

—pero lo hizo, quiso que estés bien por eso se tomó el tiempo de traerte hasta aquí, llamar y acosar a cada minuto para saber si despertaste.

Lancé un suspiro cansino. —creo...él me gusta

Rose se tomó mi confesión de la forma más tranquila, asintió y se encogió de hombros. —sabes que es lo que pienso, que el teacher también siente algo por ti. Y ojo de loca, no se equivoca.

En ese momento tuve una esperanza en ese amor inocente que estaba sintiendo por él. Un cariño adolescente confundido por los actos de bondad, por sus enseñanzas, sus cuidados. Terminé enamorada de alguien que me llevaba siete años, que había vivido las etapas que apenas estoy por conocer, los deseos que comencé a descubrir y hacen despertar mi cuerpo.

Ambas nos asustamos al escuchar su celular interrumpir nuestro silencio.

—otra vez el viejo éste. —me extendió el móvil.

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora