XIII

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ᴄᴏʀᴀᴢᴏɴᴇs

La clase de ciencia había comenzado, el profesor estaba explicando algo en la pizarra. Asentí sin entender, bajaba la mirada por algunos ratos terminando de dibujar corazones en una hoja blanca de mi cuaderno.

Hace mucho no tenía este sentimiento bonito de amor. Mi dopamina estaba a mil y se me estaba haciendo un poco difícil aguantar mis ganas de abrazarlo, no quería cruzar la línea en la preparatoria, causarle problemas no está en mi lista de deseos para él.

Con plumón rojo terminé de rellenar el corazón, hice unos cuantos más de diferentes tamaños. Sonreí bobolicamente cuando su imagen apareció en mi mente. Sujeté el plumón gris para iniciar otro vez el camino de corazones.

Era la primera vez que me atraía una persona mayor, hasta cierto tiempo estuve saliendo con chicos de mi edad o que me llevasen dos años. Tampoco iba conmigo el de tener un crush con algún maestro. Siempre fui de las alumnas que hacía bromas y era conversadora con ellos para llevarnos bien, pero nunca crucé la línea de profesor-alumna. Criticaba mucho el comportamiento obsesivo de algunas compañeras con los profesores que consideraban "guapos" en la preparatoria. El profesor Anderson, del área de matemáticas es un claro ejemplo. Tiene cuarenta años pero tiene un porte muy masculino y era considerado el más guapo. Todas estaban detrás de él y le coqueteaba descaradamente, mis amigas y yo no las pasábamos bromeando con él.

Recuerdo cuando le dije a Rosé lo siguiente:

—el profesor Anderson es guapo, lo acepto, pero nunca estaría con alguien mayor. ¿Qué tipo de fantasía tienen las chicas?. —pregunté mientras calculaba unos problemas.

—no lo sé, pero deberían respetar que está casado. —comentó Jaz.

nunca estaría con un profesor o con alguien mayor, no me veo. -negué.


Debe ser algún tipo de karma, me pregunto. La conversación fue exactamente a inicios del año, mi mente solo pensaba en una cosa, mi graduación pero llegó el profesor Evans... Olvidaron al profesor de matemáticas y yo terminé enamorada de él.

—¡Holman! —Vociferó mi profesor de ciencia. Observé su pantalón gris frente a mis ojos, levanté la vista cerrando mi cuaderno lo más rápido.

Él Frunció sus cejas, su semblante era serio. Acercó su mano e intentó sujetarlo. Lo impedí sujetando con más fuerza. Éramos un tira y afloja.

—¡Holman dame ese cuaderno!

—profesor, sólo tomaba apuntes. —mentí descaradamente.

—entonces ¿por qué no me permite verlos?

—¿no me cree acaso profesor?

—Holman, el cuaderno ahora mismo. —soltó con seriedad. No pude contra él, dejé de forzar y aparté mis manos del cuaderno. Él de inmediato se puso a revisar todas las hojas hasta dar con los corazones que estaba dibujando en su clase.

Dejó el cuaderno en mi pupitre y me señaló la salida.

—fuera de mi clase ahora mismo.

Solté un suspiro cansino, me levanté de mi asiento y arrastré mis pies hasta la salida. Sabía que esto me iba a bajar algún punto en su clase, no había nada más por hacer, solo resignarme y gritarme mentalmente por lo tonta que soy. Me senté en los escalones de la escalera esperando que termine la clase.

Observaba a cada alumno caminar por el campus, uno que otro maestro caminar por allí. Todo estaba muy aburrido. Me rasqué mi cabeza, de cierta forma estaba enojada conmigo, no podía creer que estaba como una niña atontada dibujando corazones, se me había olvidado todo por completo, suele pasar cuando pienso en el profesor de inglés. Eso era demasiado malo.

—estúpido corazón —susurré señalando mi pecho

—¿señorita Luana?

Giré rápido al escuchar su voz.

—hola profesor. —mostré una sonrisa amigable

—¿Qué hace fuera de clases? —se queda parado detrás de mí

—me acaban de botar de la clase de ciencia...—me encogí de hombros algo apenada

—¿Por qué?

—me dormí...— mentí —Como antes lo hacía en su clase

—you looked so beautiful when you sleep, I don't want to wake up my Sleeping beauty

Fruncí mis cejas. —sí, lo que usted diga. —me levanté del sueño limpiando mis pantalones negros.

Ríe. —debe poner atención a todo, señorita, no descuide sus notas. —aconsejó con seriedad.

Hice un mohín de tristeza formando mis labios como puchero.

—I keep you quiet with a kiss. —susurró y sus ojos parecían transmitir deseo.

—a mí también me gusta Kiss. ¿Por qué la pregunta?

—no haga ese mohín, se ve muy tierna

Me acerqué a él, posé mis manos en su pecho y volví a hacer el mohín de tristeza formando mis labios como puchero.

—guess what I tell you, Luana, I don't see like a student. It's not possible that you don't see that you like me

—oiga no, eso es demasiado inglés para mí, habla muy rápido. —lo señalé acusándolo

—you're lovely. —ríe

—Love es amor, Ly es...¿AmorLy? ¿Qué?. —mi rostro de confundida le causo mucha gracia.

—you're beautiful

Mis ojos marrones se quedaron mirando los suyos, volví a sentir que el tiempo se detuvo, no había nadie al rededor, volvimos a ser solo él y yo en este pequeño mundo. Mis pies parecían flotar, acorte los pasos, posé mis manos sobre su pecho intentando una vez más controlarme.

Había entendido aquellas palabras, él me tenía colgando en sus manos, pero...

Desperté de mi sueño, me alejé mirando a otro lado. Era una estudiante intentando conquistar el corazón de alguien que podía destruir mi amor inocente de la forma más dolorosa. Dicen que el amor duele, yo no estoy preparada para conocerlo.

—nos vemos después, profesor...—mostré una sonrisa lánguida y caminé hacia el servicio higiénico. Mi corazón palpitaba con fuerza, estaba feliz porque presentía que mis sentimientos estaban siendo correspondidos, pero mi razón gritaba que dejara de soñar.

Corazón, por favor, no sigas soñando.

Hace un momento podía estar en las nubes dibujando corazones, enamorada ingenuamente, pero, cuando estaba cerca de él sentí las miradas de algunos alumnos pasar por nuestro lado. Miradas que juzgaban, miradas negativas.

Mi razón despertó, no estaba lista para hacer que mi amor por él crezca.

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora