XXVI

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ʏᴏᴜ ᴋɴᴏᴡ ɪ ʟᴏᴠᴇ ʏᴏᴜ s


Siempre fui una persona muy observadora, algo callada, no tan sociable. No me importaba mucho encajar en grupos, no me gustaba meterme en problemas ni llevarme mal con alguien, mientras todo esté tranquilo podía quedarme. Cuando era pequeña pensaba muchas veces en mi futuro, creí que mi talento era enseñar, le dije a mis padres que quería ser maestra, entonces tienen algo preparado para eso, pero sinceramente no es algo que quiero ahora.

En mis ratos libres dibujaba, pintaba, me gustaba buscar en internet que podía inventar con tela o algún accesorio que consiguiera en casa, la música fuerte siempre me ponía de buen humor. Veía a mi padre tocar la guitarra y cantar, mi hermana heredó ese gusto, yo tengo el sueño de poder formar parte de una banda. ¿Todo se puede cumplir?

Miré a mis compañeros reírse mientras intentan juntar los mejores recuerdos de la promoción, Paul les indica cómo podría estar decorado nuestro afiche. Una compañera hace recordar el primer día del año escolar, donde nadie se conocía. Entonces recordé a mis mejores amigos.

Llegué al salón de clases y me senté al costado de Rose, en ese momento no sabía que se volvería mi mejor amiga. Yo inicié la conversación cuando observé que tenía un cuaderno de los Jonas Brothers. Tenía una debilidad por el muchacho de rulos, Nick Jonas, de cierta forma me empezó a gustar su música y los empecé a seguir. Rose me dijo que le gustaba el muchacho de cabellos locos, Joe Jonas. En ese momento se nos acercó una chica de cabellos largos y mejillas redondas. Nos preguntaba si teníamos algún lapicero para prestarle porque al parecer se le había perdido o caído. Rose buscó en su mochila y le extendió una. Yo solté un comentario sobre el penúltimo hermano, la chica de cabellos largos me dijo que también le gustaba. Una guerra por quién en el futuro se casaría con Nick Jonas comenzó. Así inició la amistad con Jaz

Las tres nos volvimos inseparables, comenzamos a pasar tiempo fuera de la universidad, cumpleaños juntas, noches de karaoke en la casa de alguna de las tres, contarnos nuestros secretos y hacernos cartitas de la amistad. Puedo decir que a esta edad y en este tiempo pude conocer lo que realmente era tener mejores amigas.

Ahora que lo recuerdo, la llegada de Therrence fue porque un maestro nos dejó una tarea grupal, llegaba fiestas patrias, debíamos presentar algún plato típico o una danza. En ese momento todos ya habían formado grupos de cuatro, nos faltaba un integrante para danza. Therrence era una persona sociable y el gracioso del salón, lo recuerdo haciendo chistes y molestándose con todos, pero en ese momento se había quedado solo. Lo invité a nuestro grupo, de inmediato nos llevamos bien.

Estoy a punto de iniciar un viaje a lo desconocido, siento que de alguna forma todo pasa rápido. No creí crecer tanto en este pequeño tiempo.

Desperté de mis pensamientos cuando escuché su voz, se encontraba parado en el marco de la puerta llamando a nuestra tutora quien estaba conversando con algunos compañeros. Sus ojos pardos me miraron por unos segundos y se fue por unos segundos con la tutora a conversar fuera del salón.

Les había comentado a mis amigos lo que él me había confesado hace unos días, tengo miedo aún. Rose me dijo que lo mejor era disfrutar cada día, sin pensar mucho en lo que podría pasar, la vida es para disfrutar, aprender y seguir. No debía estancarme en pensar mucho, no ayudaría en nada.

Estoy tan enamorada de él, no hay forma de no intentar que nuestra relación funcione y avance. Estoy dispuesta a todo, saltar, correr a su lado, sin olvidarme.











Corrí hacia el auto negro, abrí la puerta y de inmediato me subí cerrando ésta, miré a todos lados de forma rápida. Escuché su pequeña risa, giré a mirarlo mientras él estaba carcajeándose en su asiento relajado.

—¿Siempre se burlará, profesor? —dejé mi mochila en los asiento traseros.

—te ves muy linda asustada, mi amor. —me mostró una preciosa sonrisa, apresó mis labios con necesidad, una de sus manos caminó hacia mi nuca. Me estremecí de solo sentir su tacto, su forma posesiva de tomarme me encandila.

Avanzaba un poco más pero los espacios eran incómodos, necesitaba más de él y eso me ponía muy nerviosa. Separó nuestros labios y sus ojos pardos me quedaron mirando.

—only you make me crazy —susurró acariciando mi mentón.

Sentí una corriente oscilar todo mi cuerpo, mi piel se erizó con esas pequeñas palabras pero junto a su mirada potente me dejaba sin aliento. Mis mejillas se sonrojaron, me acomode en mi asiento tratando de calmar mi necesidad de atacarlo a besos y posiblemente más.

—por cierto, baby —Encendió el auto para ponernos en marcha. —ya está quedando todo listo para la fiesta de graduación ¿Tienes compañero?

Negué

—algunas alumnas me invitaron a ser su compañero para el baile

Fruncí mis cejas —eso está prohibido, si fuera así irías conmigo

Asintió mostrando una sonrisa— lo sé

—la única persona que me invitó fue Paul... y no quiero ir con él

—con Garagatti

Hice una mueca de asco— me cae mal tu alumno

—por lo menos sé que no tiene intenciones de besarte como Montana —suelta una pequeña risa

—pro y contras, profesor

—¿algún día podrás decir "Teacher"?

—salud. En realidad suena como si estuvieras estornudando.

Volvió a reír

Me acerqué a su mejilla dejando un pequeño beso y susurré en su oído mientras mi pequeña nariz acariciaba su lóbulo. —Teacher

Observé como sus brazos se tensaron y sujetó el timón con fuerza, soltó un leve respiro. Giró a mirarme y susurró:— you know i love you so

Mis ojos brillaron al escucharlo, extendí mi diestra mientras me acurruqué sobre su brazo. Levanté mi mirada observando como estaba atento manejando. Su calidez me proporcionaba demasiados sentimientos, de los más bonitos. Claramente no estaba por mi mente que él me haga daño, mi confianza está plena en él, por alguna extraña razón, me sentía segura y cuidada.

Con él todo era diferente, quizás había encontrado al amor que me iba a enseñar de la vida y ser feliz.

—¿Todo bien, baby? Te quedaste muy taciturna de pronto— bajó la mirada por unos segundos y volvió la vista al frente

Me separé de él y asentí. —solo estaba pensando en nosotros, en disfrutar cada minuto, recordar momentos bonitos... quiero pasar más tiempo contigo

El auto se detuvo, vi que habíamos llegado a mi casa. Bajó las manos de volante y me miró.

—yo encantado, baby —sus dedos largos acariciaron mi mejilla

—¿te parece si salimos este fin de semana? —pregunté animada

Él asintió. —claro que sí, déjamelo a mí, será sorpresa en ese caso, pero... ¿tus papás qué pensarán?

—les inventaré que iré a casa de Rose, algo así. El único detalle es no llegar muy de noche a casa, mis papás son estrictos con los horarios, no quiero estar castigada hasta los ochenta.

—Uh no, yo estaría mas viejo

Solté una pequeña risa al escucharlo. Lo miré antes de bajarme del auto, sus ojos parecían sonreír, volvía ese brillo encantador que iluminaba sus ojos pardos. Estaba tan enamorada de él, me gustaba el ambiente que formábamos cuando estábamos solos, éramos nosotros mismos.

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora