XVIII

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ᴀᴍᴏʀ ᴘʀᴏʜɪʙɪᴅᴏ



Sequé mis lágrimas, debía dejar de llorar para que no ser el centro de atención y me pregunten por mis ojos hinchados y rojos. Tomé aire intentando relajarme, me daba miedo salir de ese pequeño espacio.  Escuché voces de algunas alumnas, mis manos temblaban en el seguro de la puerta, estaba indecisa en salir. Aún caían algunas lágrimas, volví a secarme las mejillas con mis manos temblorosas.

Respiré hondo y me di fuerzas para salir del cubico. Aquellas chicas reían y parecía que estaban emocionadas hablando sobre la fiesta de graduación. Me acerqué al lavamanos y abrí el grifo. Junté mis manos y lancé el agua a mi rostro, se sentía refrescante. Me miré al espejo, mis pequeños ojos se veían aún rojos, intenté volverme a lavar.

—tú eres Holman ¿cierto?

Miré a la chica de cabellos negros mirándome con atención. Saqué un poco de papel toalla para limpiarme el rostro y salí de allí sin contestar. No presté mucha atención a esa pequeña escena, estaba ocupada en curar mi corazón.










Costó trabajo salir de la preparatoria, él me mandó muchos mensajes, insistía en vernos al terminar las clases. Vi su auto estacionado donde siempre, tuve que correr hacia otra dirección y buscar como llegar a casa buscando otra ruta. No pensaba verlo después de la confesión que le hice, si pretendía burlarse, no se lo iba a permitir.

Llegar hasta mi habitación para poder soltar todo el dolor que me había guardado en el día, era de valientes. Soporté el nudo en la garganta, las inmensas ganas de llorar y ocultar mi tristeza con una sonrisa. No quería que nadie sepa la historia que mi mente había imaginado todo ese tiempo. Ni siquiera tuve el valor de decirle a mis mejores amigos, era una niña tonta y patética. Estaba acurrucada entre almohadas y sábanas, escuchaba música a bajo volumen tratando de sacar todo los recuerdos para que dejara de doler. En ese momento nunca me había sentido tan identificada con corazón partió, mis lágrimas se resbalaban por mis mejillas, sentía que una parte de mí había sido partido.

para que me curaste si estaba herido... si hoy me dejas con el corazón partió... —susurré con la voz llorosa.

Dolía mucho

Intenté cerrar mis ojos que me ardían por mis insistentes lágrimas, pero el dolor de cabeza comenzaba, tenía que descansar para mañana ir a la preparatoria. ¿Cómo iba a verlo en clase? Tenía que armarme de valor para que no me duela, tenia que sanar, tenía que hacerlo. Respire profundo intentando controlar mi dolor. Era suficiente lagrimas derramadas por él.

Vamos Luana, no es la primera vez que te rompen el corazón... pero ¿por qué ahora duele mucho?

Rabie, me senté en mi cama limpiando mi rostro, mi celular vibró en ese instante. Dejé de tallar mis ojos y acerqué mi rostro a la pantalla revisando de quien era el mensaje. Sujeté el móvil lo más rápido abriendo el chat.

Estoy a fuera de tu casa, por favor, necesito hablar contigo. 11:15 PM

Mi corazón comenzó a brincar sobre mi pecho, estaba nerviosa. Era él, mi profesor de inglés estaba fuera de mi casa. Me comenzaron a sudar las manos, miré hacia la ventana, no sabía que hacer exactamente.

El celular vibró en mis manos, revisé el mensaje nuevo.

Si no sales, soy capas de tocar la puerta, ver la forma de subir a tu ventana, por favor, necesito hablar contigo. 11:15PM

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora