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ʟᴀ ғᴀᴠᴏʀɪᴛᴀ

—¿cuál es la respuesta seis?.—susurra Therrence volteando.

—estamos en eso Therrence, las respuestas no llegan del cielo.—responde Jaz algo irritada detrás de nosotros.

Terminé de copiar las respuesta de Therrence, volteé esperando que mis compañeras terminen por resolver lo que les había tocado. A mí me tocó resolver algo sencillo de la práctica grupal de inglés, era solo para unir palabras correctas. Era lo único que me dieron para no demorar más y que no nos alcance el tiempo.

—chicos, me falta responder la conversación, no entiendo algunas, ayuda. —Rose nos mira preocupada.

—cinco minutos y recojo las prácticas. —advirtió el profesor.

—¡Nooo!. —exclamé asustada. Therrence y yo nos levantamos de nuestros asientos para ayudar a Rose aunque no éramos buenos.

—¿Qué significa esta palabra?. —susurra Therrence señalando la palabra.

—no te arrimes a mí. —respondo encogiéndome de hombros.

Rose golpea su frente en la carpeta.

—anda pregúntale a Paul, él te lo dirá. —susurra mi amigo.

—terminó. Dejen sus lápices y hojas en la carpeta. —ordenó el maestro.

Los cuatro comenzamos a ordenar las copias en el folder, Rose intenta buscar la respuesta preguntando a algunos compañeros.

—señorita Martins, quédese en su asiento o dejo su práctica descalificada. —ordenó el profesor recogiendo los folder en cada grupo.

Rose volvió a su lugar apenada. Miré a Paul que entregó el folder de su grupo, me miró y miró al profesor que estaba acercándose a mi fila. Fruncí mis cejas al intentar leer sus labios, sujeté un lápiz rápido y miraba de hito en hito a Paul tratando de escribir lo que me deletreaba. La punta de mi lápiz se rompe cuando la práctica fue arrebatada de mis manos.

Levanté la mirada y me encontré con la mirada seria del profesor.

—le dije que había terminado, señorita. Que pena por su lápiz, ya está en otra vida. —comentó con seriedad y sigue caminando para recoger los demás trabajos.

—dele puntos menos, teacher, por no respetar lo que indicó.

Mi mirada se dirigió hasta la persona que habló. Meiggs. Por alguna extraña razón la castaña rubia me miraba con superioridad desde inicios del año.

—nadie pidió tu opinión, Meiggs. —refuté mirándola furibunda.

—seguro por ser delegada crees que tendrás beneficios. —sonrió con malicia. —Es que es la primera vez que tiene tanta responsabilidad la pobre.

—cállate el hocico, Meiggs. Hablas puras...

—silencio. —La voz del profesor fue firme y clara. Recogió el último folder y caminó hacia su escritorio. —cuando pida su opinión señorita Meiggs, encantando estaré de escucharla.

El timbre para el receso hizo que el ambiente tenso disminuya. El profesor hizo un ademán para salir a relajarnos. Todos comenzaron a guardar sus útiles y salir en grupos al campus.

—Señorita Luana, usted se queda para que me ayude con las prácticas.

Su voz sonó tan firme que no chisté. Miré a mis amigos y asentí para que se vayan tranquilos a comer.

El salón se quedó en completo silencio, sólo habíamos quedado él y yo. Me acerqué a su pupitre, él abrió el primer folder, levantó la mirada, en ese momento sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo. Su mirada era muy intensa y me generaba cierto temor y vergüenza.

Love me like you do ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora