Capitulo 4

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Al llegar al estacionamiento los tres bajamos del coche, Giselle y Nathan comenzaron a discutir sobre a que tienda debería entrar primero, mientras ellos estaban concentrados en su divertida pelea yo comencé a observar el lugar.

Era muy grande el estacionamiento para ser verdad, comencé a distraerme viendo los carros que ahí había e inconscientemente comencé a caminar, no podía imaginarme el dinero que tendrían todos estos chicos, la vida resuelta de cada uno de ellos, que solamente con chasquear un dedo tendrían lo que quisieran y entonces comencé a preguntarme el porqué ¿Por qué no tuve una vida así? ¿Por qué la gente mala tenía cosas buenas? No estaba juzgando a todos, pero no me vas a negar, que aunque en este mundo hay gente mala y gente buena, la vida se encarga de ponerte a las peores personas, es como si, el mundo conspirara contra ti y te quisiera hacer creer que todos son así. 

Mientras yo seguía hundida en mis pensamientos, un ruido de algo cayendo me despertó, provenía de un ascensor que se encontraba a mi lado derecho, voltee ligeramente mi cabeza para poder ver. Era un señor mayor de edad que se encontraba de rodillas, recogiendo unas cosas que se habían caído de las bolsas que parecían de mandado, estaba en medio del ascensor y las puertas estaban por cerrarse, iban a lastimarlo a si que me acerque rápidamente deteniendo las puertas con mi mano y parte de mi cuerpo.

-Muchas gracias señorita – giro para verme mejor – si no fuera por usted estaría en medio de estas dos puertas – sonrió mientras decía aquello lo cual me hizo reír a mi también.

>>>Por mi es un placer ¿Qué le a pasado, por que esta en el suelo? – pregunte mientras le ayudaba a levantarse.

-Fue un accidente hija, tropecé por que llevaba las bolsas en mis manos y obstaculizaban mi vista.

>>> Déjeme ayudarle – me puse de rodillas y comencé a recoger lo que había caído de las bolsas; había pan, fruta, papel y muchas cosas más, en cuanto todo estuvo en la bolsa me puse de pie y le sonreí, era un poco más pequeño que yo, tenía canas y su piel estaba muy arrugada, iba vestido de manera formal con un pantalón de vestir color negro y una camisa blanca, también llevaba unos zapatos perfectamente boleados y un sombrero scala clásico negro.

-Eres muy amable pequeña, pero mi carro es ese al frente – señaló una enorme camioneta color negro, mientras la observaba se abrió la puerta del piloto, bajo un señor de traje muy formal y entonces lo saludo, el señor al verlo le sonrió y le dijo fuerte.

-Me encuentro bien Javier, si pudieras ayudarme, por favor – dijo señalando las bolsas.

El señor sonrió y le contesto a su propuesta. 

-Esto no habría pasado si lo hubiera acompañado – se agacho para agarrar aquellas bolsas que parecían no pesar para él.

-No quiero regaños esta tarde Javier, evita que la pequeña se sienta incómoda.

>>>Oh, no se preocupe, yo ya me tengo que ir, vine con mis amigos, se deben preguntar donde estoy.

Y en ese preciso momento ellos dos aparecieron, me olvidaba que estaba en el único ascensor del estacionamiento.

>>Aquí estas Deb.

-Te estábamos buscando – dijo Nathan gritando un poco ya que seguían algo lejos de mi.

-Solo estaba ayudando a este pobre anciano, tropecé y ella amablemente me ayudo – mientras decía aquello se colocó su sombrero, lo cual me pareció tierno. – Muchas gracias pequeña Deb ahora tengo que irme – dijo caminando detrás del gran hombre.

>>>Por favor tenga más cuidado cuando camine, y para ser sincera no estaría mal que Javier lo acompañará. – el señor asintió con la cabeza mientras me daba una pequeña sonrisa, se dio la vuelta y se fue junto con él.

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