Abrí mis ojos al sentir fría mi piel, pase una de mis manos por mi brazo para hacer fricción y generarme calor, pero en medio de mi consolación alguien irrumpío en el cuarto.
>>¡DEB! - grito y se escabullo debajo de las cobijas conmigo.
Por suerte tenía este serio problema de desconfianza y traia la camiseta larga de Caleb puesta, si no me habría visto desnuda.
>>Por dios incluso tuve que poner música...
Cerré mi ojos al escucharla, ahora incluso tendría que aguantar sus bromas.
>>>Cállate. - conteste y ella comenzó a reírse como loca.
>>Vamos, no tienes por que avergonzarte Deb, te tiras al mejor de la escuela, sin duda tienes que gritar. - soltó mientras una carcajada volvía a aparecer.
>>>Suficiente. - salí de la cama dejándola a ella sola.
>>¡Vamos Deb no te enojes! - me grito mientras yo cerraba la puerta del baño.
Me apresure a cambiarme, tome una ropa que se encontraba doblada estrategicamente en el tocador.
>>¡Espero te guste!, te veré abajo. - escuche sus pasos alejarse y la puerta cerrándose.
Sonreí al ver la ropa tan casual que había escogido, a pesar de todo ella era la que ya conocía más de mi, de mis gustos y adoraba esta parte de la "amistad" donde no es necesario hablar porque ya conocen todo de ti, o al menos un poco.
Me vestí lo más rápido que pude y baje las escaleras para dirigirme al comedor, sentí ese ligero aroma a comida mexicana, incluso cerré mis ojos cuando me acerque lo suficiente a la puerta y se intensificó el olor, puse mis manos en la manija y la abrí cuidadosamente, parpadee mucho cuando vi la mesa llena de comida que conocía y amaba con mi alma.>>¡Sorpresa! - dijo mientras extendía sus brazos al costado.
Ni siquiera podía moverme o reaccionar, ella estaba ahí parada detrás de la mesa, esperando mi reacción pero la verdad era que yo no sabía como reaccionar ante estas cosas, ante regalos o sorpresas echas para mi, era por es que no me gustaban.
Mierda Debora muévete.
Me estaba obligando a responder algo cuando sentí sus brazos rodeándome.
>>No tienes que decir nada Deb, espero que te guste... - me abrazaba con fuerza, jamás lo había sentido así era como si....no se, algo hubiera cambiado. - Jamas estarás sola otra vez.
>>>¿Que? - le susurre.
>>Tus padres.. me dijiste que no vendrían. - contesto rápido y valbuseando.
Asentí con mi cabeza al entenderlo, claro ella pensaba que..
>>Igual que mi padre, nos dejan solas en el día más importante.. - me abrazo aun más fuerte y recargo su cabeza sobre mi hombro. - No importa, yo no te dejaré sola nunca más.
Era un gesto lindo a pesar de todo así que le puse mi mano en su espalda y comencé a darle ligeras palmaditas, después de unos segundos más ella finalmente se alejo con una gran sonrisa, si les soy sincera me sorprendí ante eso lector.. era como si me conociera a la perfección, sabía cuanto debía durar el abrazo para no sofocarme o ponerme de malas, por primera vez me di cuenta que no era la única que observaba y conocía a los demás.
>>Ven, tienes que enseñarme a comer todo esto. - dijo mientras se sentaba en la silla y veía todo tipo de platillos extravagantes.
Le sonreí y me senté junto con ella muy entusiasmada, por primera vez hable con ella, hable hasta cansarme, sin ningún tipo de mentira, disfrute cada palabra y sonrisa que salían de mi boca, ella preguntaba algo acerca de la comida y yo gustosa le contestaba hasta con ejemplos, pasaron así más de tres horas, ya no podíamos más con los platillos y eso que aun nos faltaban los postres.
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UNA SOLA OBSESIÓN
Teen FictionCuando era pequeña, mi madre decía que el mayor error en la vida era confiar en alguien; podías hacer amigos, tener una vida normal pero jamás darle toda tu confianza a una persona, por que al final somos humanos, todos mienten ¿no es así?. Bienven...