La primera semana del instituto fue como cualquier otra cosa, todos los profesores dejaban tareas aparentemente importantes para la educación, Giselle seguía juntándose conmigo, me sorprendió que no dejara de hablarme a los pocos días, su amigo Nathan seguía hablándonos cuando se daba la oportunidad, todo iba bien con ellos, todo iba bien con todos, y aquel chico de ojos marrones que me había cautivado con tan solo una mirada, solo se esfumó, no sabía dónde se encontraba, o que hacía, para ser verdad solo quería saber algo de él o acaso ¿Lo había imaginado?Sonó el timbre de la primera clase, filosofía, maravillosa filosofía me tocaba, tomé mis cosas y me dirigí hacia el salón, llevaba mi mochila en mi hombro derecho, estaba lista para otro día sin algún acontecimiento interesante, cuando toque el marco de la puerta con mis pies dirigí mi vista hasta la esquina izquierda del salón, donde se encontraba mi asiento, mis pensamientos se paralizaron mientras caminaba hacia mi lugar, era el, de verdad era el, pero no tenia sentido el era un grado mayor, ¿por que estaba en mi clase? mejor dicho ¿Por qué esta al lado mío? ¿tendría que cambiar de lugar? ¿Tendría que ignorarlo para no cometer ningún error?
Esfume todos esos comentarios cuando tome la silla con mi mano izquierda y comencé a jalarla hacia mi, tomé asiento y solo guarde silencio, ese era todo el plan que tenia.
-Un cordial saludo a la señorita Débora, ¿así o más amabilidad? – sonrió pero yo no era capas de mirarlo.
Solo tenia que soportarlo una hora, era todo.
-¿A si que ahora me evitarás?
Si, el plan se fue a la mierda.
>>>No se de que me hablas Caleb.
-Me lo contó todo. – contesto tranquilamente.
Mierda….>>>No voy a tolerar groserías de absolutamente nadie, si a eso te refieres.
-Todas quisieran que les dirigiera la palabra Deb, incluso si de groserías se tratara. – suspire al escuchar tal estupidez, claro que de niños ricos se trataba.
>>>La única actitud de mierda que soporto es la mía, así que Caleb evítate un problema – respondí de mala manera, ya no quería hablar más.
-Si el problema es así de bonito, puedo soportarlo. – gire a verlo inmediatamente cuando soltó eso de forma seductora.
No dejábamos de mirarnos, nos retábamos con la mirada, el no podía ganar siempre, y yo le enseñaría eso.
– Si sigues retándome así, no se si pueda parar. – quería formarse una sonrisa en su rostro porque pensaba que me ponía nerviosa pero la verdad es que el no causaba eso en mi.
>>>No necesito que pares. – se me comenzaba a formar una pequeña sonrisa en mi cara, me daba tanta satisfacción ganar en el juego de los demás, sacarlos de su zona de confort, en ese momento Caleb finalmente formó su pequeña sonrisa y después de esto giro para poner atención en aquella clase.
Bien este pequeño juego había comenzado Caleb y no lo había iniciado yo.
- Deja de mirarme pequeña Deb. – aun estaba mirándolo fijamente.
>>> Como si fueras tan importante. – finalmente gire y pusimos atención a la clase.
Terminando esta, solo tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la salida. Estaba por terminar mi tortura, cuando oí su terrible voz, su terriblemente y perfecta voz.
- Nos veremos en la siguiente clase Deb.
Apenas cruzaba la puerta volteo a verme y guiño el ojo mientras su cautivadora sonrisa salía nuevamente a la luz, odiaba pensar cuando ego tendría esa persona, pero no podía negar que me gustaba cada ves más y eso estaba muy mal.
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UNA SOLA OBSESIÓN
Teen FictionCuando era pequeña, mi madre decía que el mayor error en la vida era confiar en alguien; podías hacer amigos, tener una vida normal pero jamás darle toda tu confianza a una persona, por que al final somos humanos, todos mienten ¿no es así?. Bienven...