Capitulo 31

16 1 0
                                    

Pensé aquello.

-No tienes que responder nada..

Me susurro ya que yo no había contestado ni echo ningún ruido.

-Solo quería que lo supieras...

Su mano acariciaba mi cabello con delicadeza como siempre lo hacía, siempre con tanto tacto, era como si tuviera miedo de lastimarme, de romperme, casi como si fuera de porcelana.

-Se que están pasando muchas cosas por tu cabeza ahora mismo Debora, no sabes cuanto daría por poderte sacar todos esos pensamientos yo mismo pero...no puedo – suspiro cansado – No se que fue lo que pensaste cuando te hiciste todo ese daño cariño, pero por favor solo mirame..

Me puso ambas manos en la cintura y me alejo ligeramente de el para que pudiera hacerlo, aquellos ojos verdes me miraban con tanta tristeza que me avergonze por un momento.

-Estoy aquí junto a ti...háblame, no me iré a ningún lado.

Despues de tanto aun lograba impresionarme cuando lograba descifrarme, sabia como me sentía, como pensaba, solo que ahora era mucho más vergonzoso, incluso el sabía lo sola que me quedaría por eso me estaba diciendo aquello.

>>>Ahora todos lo saben, esto será...será insoportable. ‐ dije sollozando mientras imaginaba todas las burlas con las que tendria que convivir si me quedaba.

-No. – hablo firme y claro. – Eso no pasará mientras yo esté aquí, no lo permitiré...

>>>¿Me ocultaras de todos acaso? – solte con enojo mientras me safaba de su agarre.

Sabia que el no tenía la culpa, que el lo unico que quería era calmarme, ayudarme como siempre pero.. era inútil que se supone que haría el.

Hubo tanto silencio que tuve que voltear para poder mirarlo, estaba viéndome a detalle, siempre con aquella mirada tan bonita, tan calmante.

-¿Me dejaras curarte ahora? – susurro.

Yo solo asentí con mi cabeza apenada y me acerque de nuevo a el, nos sentamos ambos en la pequeña cama y entonces tomo uno de mis brazos.

-¿Aun duele? – me pregunto mientras tocaba con su dedo indice distintas partes de mi brazo.

Yo negué con la cabeza al no sentir nada de dolor, el con mucho cuidado comenzó a hacerlo todo, en mi brazo derecho termine vendada hasta mi codo, tenía tantos rasguños tan grandes que me era difícil entender como lo había echo solo con mis manos, fue entonces cuando mi vista bajo al suelo en busca de algo mas, no tarde ni un minuto en dar con aquel objeto lleno de sangre, era un pequeño gancho de metal, aquel de una marca bastante cara que me había regalado nada más y nada menos que Giselle, el vestido qué supuse se encontraba en aquel objeto estaba en el piso junto con mas cosas echas desastre.

Vaya, todo esto es lo que puedes causar si tu mente divaga.

Pensé.

-Listo. – dijo mientras cortaba la última venda de mi mano izquierda.

Alce mis manos, las vi con tristeza, ambas estaban vendadas, era como si me hubiera quemado con algo muy caliente, como si hubiera tenido un gran accidente, todos eso pensarían, pero que triste se siente saber la verdad solo tu ¿no es así lector?... saber que no fue un accidente si no tu, que simplemente querías lastimarte.

-Ahora si podemos irnos... – hablo mientras se ponía de pie.

>>>¿Irnos? ¿de que hablas? – pregunte con mi seño fruncido.

-Te quedaras conmigo estos días.

>>>¿Por que?

-¿Por que? – suspiro – De verdad quieres que te responda esa pregunta...

UNA SOLA OBSESIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora