Enero, 2004
El Santuario, Nueva Orleáns
—Así que este es el infame Santuario...Tay Kattalakis alzó la mirada desde donde estaba apagando su lisa Kawasaki Ninja para ver a Keegan mirando el edificio de ladrillo rojo de tres plantas mientras cruzaba la calle.
El cachorro apenas había alcanzado la pubertad, alrededor de los treinta en edad humana, pero ciertamente para su especie y en edad de los Were-Hunter, Keegan aparentaba dieciséis, lo que significaba que era tan excitable como un niño humano. Vestido de cuero negro para protegerse mientras montaba la motocicleta, Keggan casi dejó caer su moto en su entusiasmo por visitar el famoso santuario que pertenecía a una familia de Were-Osos.
Tay dejó escapar un largo suspiro exasperado cuando aseguró su casco a la parte trasera. Como castigo, a él y a su hermano Off, se les había asignado la tarea de vigilar a Keegan y a su hermano gemelo Craig.
Diversión, oh diversión. Prefería que le extrajeran las entrañas por las fosas nasales, cuidar de cachorros nunca había sido de su agrado. Pero al menos no tenían a su líder Stefan con ellos en esta excursión. Eso habría terminado en un completo baño de sangre ya que Tay no tenía respeto o tolerancia por Stefan ni siquiera en su mejor día.
El rubio cachorro se aventuró a marcharse, pero Off le cogió por el dorso del cuello.
Keegan se sometió instantáneamente, lo que reflejaba su edad e inexperiencia. Incluso cuando él había sido un cachorro, Tay nunca se había rendido sin luchar. No estaba en su naturaleza.
Off soltó su agarre sobre el cuello del chico.
—No dejes la manada, cachorro. Espéranos.
Eso era por lo que iban en motos. Tenían a dos cachorros con ellos y dado que los "inexpertos" jóvenes no eran realmente buenos tele transportándose hasta más o menos los cuarenta o cincuenta años, y que sus poderes de cachorro tendían a hacer estragos incluso en el más fuerte cuando estaba siendo tele transportado por otro, el mundano medio de transporte humano era lo mejor.
Así que, allí estaban ellos.
Aburridos. Inquietos. Y con apariencia humana. Qué asquerosa combinación.
Más que nada, Tay estaba cansado.
Y como estaban adiestrando a los cachorros para ser sociables y mantener la apariencia humana durante la luz del día...
El Santuario parecía el mejor lugar y el más seguro para sacarlos fuera del campo. Sólo los más fuertes lobos katagaria podían permanecer en forma humana a la luz del día. Si los cachorros no podían aprenderlo para cuando alcanzaran los treinta y cinco, su líder ordenaría a la manada que los matara.
Era un mundo áspero en el que vivían y sólo el más fuerte de su especie sobrevivía. Si no podían luchar y mezclarse, estarían muertos de todos modos.
No había necesidad de gastar sus preciosos recursos en criaturas que no podían defender a la manada.
Off echó un vistazo a Tay como si esperase que él le dijera algo a Keegan. Normalmente Tay habría hecho algún comentario jocoso al cachorro, pero estaba demasiado cansado para molestarse en ello.
—¿Qué os está llevando tanto tiempo? —Force se detuvo al lado de Tay, irritado por el retraso.
Force era delgado y arisco. Con ojos turquesa, Force tenía agudas facciones y todo en él hacía que a Tay se le pusiera el pelo de punta.
Deslizándose la mochila sobre un hombro, Tay le lanzó una burla con la que le decía lo que pensaba sobre el lobo... no del todo.
—Estoy guardando mi moto, gilipollas. ¿Quieres que te la guarde de modo que sepas que estará aquí cuando vuelva?
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˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗
Fanfiction¿Que resulta de mezclar un lobo y un oso? ╭────➣⁀➷ ׂׂૢ │❝ Resúmen adentro ❞ ╰───────────────➢ೃ