Capítulo 18

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Tay yacía en su cama como un lobo, su mente estaba atrapada por los poderosos demonios que se enfrentaban dentro de él mientras convertían su cuerpo aún más. Sólo era vagamente consciente de los sonidos del mundo exterior.

Ahora veía las cosas en infrarrojo mientras dormía. Cada diminuto insecto en su cuarto. Cada criatura que caminaba por delante de su cuarto en el corredor. Era consciente de todo a un nivel que nunca había imaginado, pero estaba incapacitado para responder. Parecía un espectador externo que no podía traspasar la vitrina sin importar con cuánta fuerza la golpeara.

—¿Tay?

Off. Reconocería esa voz profunda de barítono en cualquier parte. Pero en la mente de Tay, Off no era nada más que una silueta rojiza de pie al lado de su cama. Había un hombre con él. Uno que olía dulce y del todo a humano. Se mantenía tan cerca de Off que parecía arropado por él.

Tay trató de tender la mano a su hermano, pero no pudo. Era casi como estar de vuelta en el Reino de las Tinieblas donde sólo las voces podían alcanzarle. Sólo que ahora él no podía entender las palabras que su hermano le estaba diciendo. Éstas estaban desordenadas y mal construidas cuando él y él humano las decían.

Agachando la cabeza, Tay suspiró cansadamente.

—¡Ay! ¿Qué va mal, lobito? ¿No puedes despertarte?

Tay se quedó rígido como una baqueta al oír la voz chirriante de un demonio.

—Alastor.

No sabía cómo es que conocía el nombre de la criatura, no obstante lo sabía.

Su cuerpo directamente adoptó el comportamiento de un depredador letal. Tay bajó la cabeza y miró al demonio acercarse con su visión periférica, preparado para abatirle con precisión mortal cuando llegara el momento.

Pequeño y nervudo, el demonio era feo y tenía la piel grisácea. Y lo peor, apestaba a azufre y sangre. Su nariz aguileña y la cabeza calva le hacían parecer una gárgola. En la oscuridad de su ensueño algo plateado destelló.

Tay reaccionó por instinto. Agarró la mano del demonio para ver una daga sostenida allí. Riéndose de la audacia, o más bien de la estupidez, envolvió su otra mano alrededor de la garganta del demonio y le levantó de sus pies.

En el momento en que lo hizo, vio los pensamientos de Alastor en su mente. Oyó a su propia madre convenciendo al demonio para que secuestrara al compañero de Off y se lo llevara a ella, de modo que Gun no pudiera completar el ritual de apareamiento con Off. Este era un pacto que su madre había hecho con el demonio para capturar a todos sus compañeros para impedir que tuvieran ni siquiera una pequeña posibilidad de ser felices.

O para ser más directos, para impedirles procrear y propagar sus naturalezas animales las cuales su madre despreciaba tanto.

Una furia cruda explotó en su interior.

—Tú, bastardo putrefacto —gruñó mientras la sed de sangre de su demonio se abría paso en su interior rugiendo a la vida.

Le dieron ganas de arrancarle la cabeza al demonio con sus manos desnudas y darse un banquete con sus entrañas. Nunca había experimentado algo como esto.

—Sólo estaba haciendo lo que me dijiste.

El lloriqueo de la voz del demonio fue como una silla chirriando a través del suelo. Provocó que los pelos de la nuca se le erizasen y no movió un dedo para contener su fiebre de sangre.

Antes incluso de que Tay se diera cuenta de lo que estaba haciendo, hundió los dientes en la garganta del demonio a fin de poder probar su sangre.

¡Para!

˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora