Tay se sentó en el borde de la cama con los pies en el suelo, los codos sobre las rodillas y la cabeza entre sus manos. Estaba tan cansado de todo, cansado de tratar de resistir, cansado de lastimar. De anhelar cosas que no podía tener.
Solo quería un minuto de paz.
¿Por qué era algo tan difícil de encontrar? Seguramente debería ser fácil y, aún así, era el objetivo más difícil de alcanzar que había conocido.
Antes de que se pudiera mover, Off apareció ante él en la habitación. Levantó a Tay de la cama y le abrazó tan fuerte que sintió sus costillas quebrarse.
Tay luchó contra el agarre.
—¡Suéltame, maldito pervertido!
Off le soltó y le golpeó con fuerza en el brazo.
Haciendo una mueca, Tay le empujó y le habría devuelto el golpe con uno propio si Off no lo hubiera esquivado.
—¿A qué vino eso?
Off le gruñó.
—Por no decirme lo que te pasó, imbécil.
Esa última palabra estaba cargada con suficiente veneno como para derribar a un furioso elefante macho.
Completamente confundido, frunció el ceño.
—¿De qué estás hablando?
Off le agarró de la camisa y, furioso, le sostuvo con los puños.
—New me dijo dónde estuviste todos estos meses. Pensé que estabas en coma. Lo que más me molesta, es que debiste ser tú el que me lo dijera, no él.
Enfadado por su tono y su agarre, Tay lo empujó otra vez.
—Sí, bueno, tú debiste haber sido el que me ayudara a recuperar mi alma, no él.
—Pensé que estaba soñando.
Tay resopló.
—Off, ven a ayudarme —lo dijo fríamente, usando las palabras con las que había tratado repetidamente de conseguir la atención de su hermano—, no es exactamente sutil.
Un tic palpitó en la mandíbula de Off. Hizo gestos hacia la cama arrugada.
—Y cuando venía aquí a verte, parecías comatoso. Todos me dijeron que eso era lo que te estaba ocurriendo. ¿Cómo podía suponer otra cosa?
Qué convincente. Tay lo fulminó con la mirada y a su obtusa estupidez.
—Debiste haberme conocido mejor. ¿Cuándo me he recostado y lamido mis heridas? ¿Francamente?
Off miró hacia otro lado, sus rasgos avergonzados mientras se daba cuenta de la verdad, Tay no era un cobarde. Era un luchador hasta la médula.
—Tienes razón, debería haberlo sabido. Debí haber pensado mejor de ti. Pero sé cuánto significaba Anya para ti, asumí que...
Que Tay era débil e incompetente, lo que Off siempre había pensado de él, y ya estaba cansado de estar a su sombra.
—Mira, no quiero hablar de eso. Lo que está hecho, hecho está. Gracias a New y a sus hermanos, estoy de regreso.
Qué irónico, dada la forma injusta en la que Force y Off lo habían tratado. Pero para bien o para mal, estaba aquí en el reino humano.
Ahora que lo pensaba, básicamente negoció un infierno por otro.
Dime otra vez por qué peleé tanto para regresar aquí...
Una vez más, al menos aquí nadie estaba tratando de destriparlo.
ESTÁS LEYENDO
˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗
Fiksi Penggemar¿Que resulta de mezclar un lobo y un oso? ╭────➣⁀➷ ׂׂૢ │❝ Resúmen adentro ❞ ╰───────────────➢ೃ