Capítulo 04

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Tres semanas después

—¿Entonces?

New miró por encima del libro que estaba leyendo recostado en la cama y vio a su madre de pie en la puerta. El estómago se le anudó en respuesta. Había temido esta visita todo el día con la esperanza de que su madre la olvidara.

Debió pensarlo mejor. Maman tenía una memoria superada solo por la de New.

—No sentí nada, Maman. Discúlpame.

Maman produjo un sonido grave, de disgusto, con la garganta mientras se adentraba en la habitación cerrando la puerta.

New se levantó, haciendo espacio en la cama para que su madre pudiera sentarse junto a él, y dejó el libro en la mesita de noche cuidándose de no perder la página. Se había reunido con el otro clan de osos por la tarde, tan optimista como siempre.

Y como todas las veces anteriores...

Nada.

—Lo intenté, Maman. Te juro que lo hice, es solo que... —Suspiró apesadumbrado al recordar la mirada expectante en el rostro sumamente apuesto de Randy. Él había querido que lo aceptara, tanto como él mismo, pero fue seguida por otra mirada de desilusión extrema cuando New negó con la cabeza. No había sentido nada por el otro oso.

Absolutamente nada.

—Quizás sentí la excitación pero simplemente no la noté.

Maman rió por lo bajo.

—No, ma petite. No hay forma de confundir la sensación. Cada parte dentro de ti despierta y se aviva. Te atraviesa el cuerpo como fuego. La urgencia de aparearte es tan intensa que poco puedes hacer para luchar contra ella. Es una necesidad que lo consume todo.

New apartó la mirada cuando una ola de terror lo azotó. Él único hombre por el que había sentido eso...

Era un lobo.

—Debo comunicar a su Regis que no estás interesado. De cualquier manera, ellos pueden solicitar una prueba de apareamiento.

New se horrorizó ante la idea de acostarse con un hombre al que no conocía, uno por el cual no sentía deseo.

—Randy es atractivo, pero...

—Pero ¿qué?

No quiero acostarme con él. Pero había más que eso. Además guardaba un amargo secreto que no se atrevía a compartir con nadie.

New se mordió el labio, temeroso de decir a su madre la verdad.

Soy Arcadiann...

Intentó con todas sus fuerzas pronunciar esas palabras en voz alta. Llevaba años intentando decirlas. Pero una vez más, se ahogó con ellas. Su madre quedaría devastada al oír la verdad. New nació Katagaria, al igual que su madre. Sin embargo durante la pubertad, se había convertido en Arcadiann, como su padre.

Era su secreto más guardado. Absolutamente nadie conocía la verdad de su forma básica.

Nadie.

Yendo al caso, nadie, fuera de la familia inmediata, sabía que Papá Oso Peltier era un Arcadiann. El escándalo consiguiente había dejado marcada a su madre, sin embargo Maman se había apareado con él para así poder tener los cachorros que siempre había deseado. Para poder seguir manteniendo el asiento de los Peltier en el Omegrión, asiento ocupado por la línea de su madre desde el primer día.

Era el animal en su madre quien la impulsaba a aparearse y procrear.

Pero la orgullosa parte humana en ella se resentía.

Su madre se inclinó hacia él.

—Estás a punto de entrar nuevamente en celo. Por décadas has rechazado pretendientes. Ya es hora...

—Maman, por favor. Conozco mis obligaciones. — Y las conocía. El problema era que los osos son diferentes a los otros animales. Aún en época de celo, la parte gestante elige al macho. Si él no le atraía, si no le conquistaba, no había sexo y por consiguiente ninguna oportunidad de emparejamiento.

Si no se apareaban, no podría haber cachorros.

El ilustre linaje de su madre moriría y otro clan ocuparía el lugar de los Peltier en el Omegrión, otra razón por la cual su familia era increíblemente sobreprotectora con él. Si New lograba emparejarse con un oso Katagari, entonces habría una oportunidad de que tuviera una hija u hijo fértil Katagari quien podría tomar el lugar de su madre en el Omegrión, cuando Maman fuera demasiado vieja para esas obligaciones. Entonces nadie tendría que saber la verdad acerca de New.

Era la única esperanza que tenían y todo el peso de esa responsabilidad nunca abandonaba del todo sus pensamientos.

—Seguiré intentándolo.

Maman asintió.

—Tendremos más Katagaria aquí mañana. Este es un clan proveniente de Canadá. Tienen docenas de machos para que los examines. Ruego para que encuentres digno al menos uno de ellos.

También New.

—Haré mi mayor esfuerzo.

Maman inclinó la cabeza, asintiendo.

—Es todo lo que te pido. —Levantándose de la cama, se dirigió a la puerta y salió.

New pasaba las páginas de su libro mientras los pensamientos corrían por su cabeza. ¿Qué iba a hacer?

No es culpa tuya. Su madre se había emparejado con un Arcadiann. Nadie podía evitarlo. Boun, Remi, Cody y Kyle eran todos Arcadiann y su madre lo sabía, y aún así los amaba a pesar de sus formas básicas. De acuerdo, su madre estaba en negación respecto a esto, pero ellos nunca se lo habían ocultado.

Solo al resto del mundo.

Es tu madre. Nunca te haría daño.

Eso no era del todo cierto. Su madre era una osa, con todos los instintos de un oso. Para proteger su cubil, su madre mataría a cualquiera de ellos que amenazara su seguridad y bienestar. Era la naturaleza de su especie.

New nunca se permitía olvidarlo. Su madre tenía más compasión que cualquiera, pero cuando Maman odiaba a alguien, como en el caso de Max, no había forma de razonar con ella. Una vez que Samantha se aferraba a una idea, nada podía disuadirla.

Y eso era en verdad aterrador.

—¿Qué voy a hacer?

Te aparearás con uno de esos osos mañana y rogarás a los dioses que ese uno te produzca las marcas de emparejamiento.

Era su única esperanza.

De lo contrario...

No, ni siquiera podía contemplar eso. La supervivencia de su clan era lo único que importaba. Por encima de su propia felicidad y, aún más, por encima de su propia vida.

Se emparejaría con un oso Katagari aunque le fuera la vida en ello.

˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora