Tay se sentó en la pequeña celda, esperando morir. Había supuesto que Tong lo haría desaparecer de su vista de un plomazo, pero aparentemente era un castigo demasiado fácil.
En lugar de eso el bastardo, le estaba haciendo sufrir incluso más por atemorizarlo. No era que el temor lo atormentara más.
Era la pena. Aquellas heridas eran las únicas que rasgaban atravesándole igual que trozos de cristal. Deseaba que muchas cosas fueran diferentes, en éste punto la muerte sería probablemente un alivio.
Sólo deseaba poder ver a New una vez más. Conjurando una imagen de su sonrisa, se llevó la mano al bolsillo para tocar el guardapelo. No era tan agradable como tocarlo a él, pero lo consolaba a un nivel que nunca había experimentado antes. Incluso aunque no estaba aquí, lo sentía igual que un tangible ángel.
Maldito si las palabras grabadas en el medallón no eran ciertas. Estaba en su corazón y el conocimiento de que estaba ahí, pensando en él, siendo una parte suya, le hacía sentirse menos solo.
Solo en una diminuta celda espartana, con un lavabo, sentado en el duro camastro con los codos sobre las rodillas. Podía oír el mar fuera junto con los graznidos de las gaviotas. Pero era la cara de New la que veía y sería su olor el que llevaría con él a la próxima existencia.
—¿Estás listo?
Alzó la mirada para ver a Tong con unos pantalones verdes de bolsillos y una camiseta blanca abierta. La cara del hombre era completamente estoica.
No es que Tay esperara simpatía de nadie.
—Sí.
La clara puerta se deslizó cuando Tay se levantó. Tong lo dirigió a la brillante playa y a lo que parecía un viejo bloque de tortura. Sería casi pintoresco si no fuese a morir allí. Había incluso un verdugo de pie tras éste.
Vestido con armadura negra y llevando un yelmo con la forma de un espíritu maligno en el rostro, sostenía una espada de gran tamaño. Estaba tan quieto, que parecía una estatua.
Tay estaba tan impresionado como asqueado por la elaborada representación.
—¿Simplemente no vas a lanzarme al olvido?
Tong sacudió la cabeza.
—Demasiado humano para los crímenes que has cometido. —Arrastró una sospechosa mirada sobre Tay—. ¿Vas a volverte gallina, saltar y hacer que te cace?
—No. No quiero que vayas tras mi familia.
—Lobo inteligente. Apesta el que tu familia pague por tus crímenes. Acéptalo de alguien con experiencia de primera mano. —Tong gesticuló hacia el bloque de piedra negra que estaba manchado por sitios por sangre seca.
Los manchones más grandes estaban justo donde Tay tenía que poner la cabeza.
Su estómago se encogió ante el conocimiento de que pronto su propia sangre se añadiría a ello. Y esto le hizo consciente de lo que estaba a punto de sucederle.
Iba a morir...
Honestamente, quería huir. Cualquier cosa por tener un día más...
Pero no iba a mostrar su miedo a nadie, especialmente a los que iban a matarlo. En cambio, recurrió al sarcasmo que lo había acompañado en los momentos más oscuros de su vida.
Éste solo encajaría ahora que lo veía a través de su muerte.
—Sabes, podrías lavar esa repugnante cosa entre uso y uso.
Tong se encogió con indiferencia.
—¿Por qué molestarse? No es como si fueras a coger una infección los tres últimos minutos que vivas.
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˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗
Fanfiction¿Que resulta de mezclar un lobo y un oso? ╭────➣⁀➷ ׂׂૢ │❝ Resúmen adentro ❞ ╰───────────────➢ೃ