Capítulo 23

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—¿Qué fue eso?

Tay dudó decírselo. El demonio en él quería soltar al tigard sobre Samantha y dejar que matara al oso. Eso arreglaría muchos de sus problemas.

Pero al final, Samantha era la madre de New y él la amaba. Sólo eso hizo que las partes no demoníacas de él ganaran la lucha.

—Es Max. Creo que va tras tu madre.

New jadeó cuando alzó la mirada hacia Tay.

—Tienes que detenerle.

¿Ahora?

¿Había perdido la cabeza?

Bajó la mirada hacia su pecho desnudo que estaba presionado contra el suyo. La única cosa que llevaba era unas finas bragas. Bragas que había intentando quitarle con los dientes antes de lamerlo hasta que estuvo rogándole piedad.

Pero New ya se había secado sobre él.

Incluso más frustrado sexualmente de lo que lo había estado antes, gruñó.

—Dejemos que se la coma.

—¡Tay!

—De acuerdo. Ya voy. —Haciendo aparecer un par de pantalones sobre el cuerpo, dejó la cama y maldijo al tigre con cada paso que daba. A este paso Max tendría suerte si no lo mataba él.

Abrió la puerta.

En forma de tigre, Max estaba acechando a través de las escaleras del piso de arriba del Santuario. Era obvio que estaba de caza.

—Mierda —jadeó cuando se dio cuenta que el tigre se dirigía realmente directo a la habitación de Samantha.

Tan pronto como lo oyó maldecir, Max se volvió y se agazapó como si estuviese listo para atacar.

Se había detenido de precipitarse a la acción. De modo que pudiera permanecer de pie ante Tay.

—Saca el culo de aquí, —Chasqueó Tay—. ¡Ahora!

Max comenzó a alejarse lo cual no ayudaba a su actual humor. Si no lo escuchaba, lo haría girones.

New se precipitó a su lado, salió, rodeándolo.

—Escúchale, Max, por favor.

El tigre se congeló ante la voz de New. Esperando que no estuviera todavía desnudo, Tay echó un vistazo sobre el hombro y se dio cuenta que un lado del rostro estaba rojo y los labios magullados de los juegos. Pero al menos estaba vestido.

Antes de que cualquiera de ellos se moviera, se abrió otra puerta. New salió disparado antes de que lo vieran, cuando su hermano pequeño Etienne se congeló en el umbral de la puerta. Alto y rubio al igual que el resto de los hermanos, el oso sólo era unos pocos años mayor que Max, pero no parecía mucho mayor en forma humana.

Al instante destelló a su forma de oso.

Tay maldijo en voz baja.

—No se permiten peleas en el Santuario. —Siseó entre dientes, cerrando la puerta para proteger a New mientras se movía para quedarse entre ambos—. Ambos conocéis las leyes de eirini que nos gobiernan.

—Está marcado, lobo. Hazte a un lado.

Se detuvo ante el sonido de la profunda voz de Papá Oso. Normalmente el oso era amigable y jovial. Pero el tono era completamente serio y letal.

Max destelló a su forma humana para enfrentar al famoso Papá Oso.

—No hice nada malo. Esto es una mentira y todos lo sabéis.

˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora