Karla Parmesino
-¿Lo recuerdas? – pregunto asombrada y sonríe –
- Sí, bueno fue cuando tuviste que irte por tu papá – responde y asiento alejándome –
- ¿Por qué no me dijiste? – pregunto confundida –
- Porque no dejas que me acerque a ti – responde y desvío la mirada – ¿Por qué Karla? – pregunta y sale aquella voz ronca que me eriza la piel –Volteo a verla y me quedo pensando ¿Le vas a decir qué es por dolor de no tenerla? Frunzo el ceño y me volteo para acercarme a la señora Rita, le pido agua y asiente sonriendo, le agradezco y espero, escucho los pasos de Alejandra y me tenso, siento su mano en mi espalda y siento como se me eriza el cuerpo.
-¿Quién eres? – pregunto – porque para que unos maleantes me secuestren es porque trabajas… - dejo mis palabras al aire porque no quiero aceptar que ella también sea parte de ese mundo –
- Dilo – susurra y niego –
- Gracias – le digo a la señora Rita –
- Hasta luego – se despide y tomo mi agua –
- Gracias Rita – dice Alejandra y no escucho nada más – tu amiga no se ha dignado de saber más de mí que tenerme en su cama pero sé que tú eres diferente Karla – dice y me giro para verla –
- ¿Eres una delincuente? – pregunto y resopla para alejarse –
- No recordaba que te conocía porque esa noche viví el peor trauma que una persona puede vivir – dice seria mientras mira el suelo y se aleja lo suficiente para apoyarse de la pared, alza la cara y ve a la nada – cuando volvía con mamá, una vecina la llamó y se fue con ella por mis hermanos – su voz se quiebra y siento un nudo en la garganta – llego el “Pran” del barrio y – se queda en silencio y puedo ver esos ojos verdes cristalizados –
- ¿Y qué pasó? – pregunto titubeante –
- Abusó de mí, esa noche – responde seria y fría –
- Alejandra – susurro y me pongo de pie para acercarme a ella y abrazarla –Alejandra se tensa al principio pero con el transcurrir de los segundos se va relajando y finalmente siento sus manos rodear mis caderas y me abraza, suspiro y cierro los ojos, no puedo imaginarme que alguien tan joven deba sufrir algo tan horrible como el abuso, ¿por qué Carmela la niega tanto?. Me alejo y me mira con un brillo que no logro descifrar pero Alejandra ahora me pasa por un lado y se sienta frente a la barra, me giro y la admiro mientras mira la cocina.
-Una semana después encuentran a mi mejor amiga en el barranco cerca de mi casa, solo la tapaba una bolsa negra y estaba muerta – dice tan seria que me aterra – ese día el odio en mi cuerpo creció el doble, un narcotraficante había asesinado a mi hermana de la vida – su voz se quiebra esta vez y me acerco cautelosa para luego sentarme a su lado –
- Lo lamento – susurro y niega –
- Sabía que había sido Jorge Llanos, él más buscado y no pensaba en nada más que matarlo – dice ignorando mis lamentos y lo recuerdo, me tapo la boca asombrada – sí, yo lo maté y ese sería mi primer muerto – dice como leyendo mi mente –
- Recuerdo ese caso, un día antes lo había conocido – susurro pensativa y Alejandra se gira a verme –
- Que bueno que lo maté y así no se acercaba a ti – susurra y volteo a verla, sonríe y niego –
- Mi hermano le debía mucho – susurro y ella asiente –
- Deberle a un narco es peor que darle el alma al demonio – dice pensativa y asiento –
- ¿Qué sucedió luego? – pregunto y resopla –
- Planee todo y asesiné a quien abusó de mí, en la sala de mi casa – susurra y la miro asombrada – no sabía como sentirme pero sabía que había acabado con el maldito que arruinó mi vida – dice fría y aunque quiero abrazarla me aguanto – luego llegó el tercer muerto cuando el marido de mi mamá me dijo que ella me quería ver, ya que yo no vivía en casa para no buscarle problemas – a mi mente viene el recuerdo de Carmela hablando de Alejandra –
- ¿Fuiste? – pregunto y asiente –
- Sí, fui con él a casa de ella y no estaba, así que algo me decía que era una trampa – la veo tensarse – busqué en todos lados a mi madre y hermanos pero ninguno estaba así que llegué a la cocina y agarré un cuchillo, ya se me hacía costumbre – susurra irónica – llego a la sala y estaba él, una cosa llevó a la otra, me llené de rabia y le atravesé el cuchillo en el cuello – se ríe y niega – mi madre llegó en ese momento y yo estaba sin creer lo que había hecho – susurra y la abrazo, más por instinto –
- Te defendías – susurro y asiente –
- Abogada usted sabe que igual debería pagar con cárcel – dice y me alejo –

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Mundos Diferentes
RomanceAlejandra Santiago: Una joven que le tocó vivir una versión de la vida que nadie querría vivir, algo que se le sale de las manos cuando la venganza se vuelve su lema, muchos tenemos sueños y Santiago no era la excepción pero la vida escogió por ell...