Mundos Diferentes

13.

-¿Mamá? – pregunto entrando a casa y aparece Rosa –
- Señorita, su mamá tomó unas pastillas para dormir y todavía no baja – responde Rosa y asiento –
- Gracias Rosa – digo y dejo mi maleta para caminar hasta las escaleras –

A diferencia mía, Pepe se fue para encargarse del velorio de papá y todo el papeleo, también para hablar con la CICPC sobre el asesinato de papá. Subo las escaleras y camino hasta la habitación de mamá, toco la puerta varias veces y nunca abre, así que abro y me asomo cautelosa, miro la cama y mamá sigue durmiendo, me adentro y cierro la puerta, me acerco a mamá para sentarme a su lado.

-¿Gerardo? – pregunta y siento mi corazón romperse –
- Soy yo mamá – susurro y se sienta de golpe –
- ¿Y tu papá? – pregunta y sus bellos ojos cafés se cristalizan –
- Mamá – susurro y comienza a llorar –

La abrazo fuerte y se aferra a mi pecho, nombra una y otra vez a papá mientras llora y la abrazo más fuerte, siento un nudo en la garganta y lloro en silencio mientras le dejo besos en la cabeza a mi madre, debimos estar aquí y capaz así no estaríamos llorando a mi padre.

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Lo lamento, dice la gente cuando se acerca a mí o para saludar a mamá y a Pepe, ya odio esa frase y es que es una frase muy falsa, no lo sienten porque capaz ni lo trataban, pero aquí estamos asintiendo y sonriendo de lado como si esa gran parte de gente realmente fuera parte del día a día de papá, a excepción de sus socios y trabajadores.

Las horas pasaban y Paulina me llamaba para saber de mí, quería regresar pero no se lo iba a permitir, es su luna de miel y Marian tampoco se lo merece así que prefiero decirle que todo está relajado, aunque la verdad nada está relajado pero así la tranquilizo mientras esté en su luna de miel para que pueda disfrutarla.

-Deberías ir a descansar mamá – dice Pepe –
- No, yo de mi marido no me alejo – dice mamá y miro a Pepe –
- ¿Un calmante? – pregunto y asiente –
- Es lo mejor – susurra y asiento –

Pepe se disculpa y va por algún calmante para mamá y así poder llevarla a casa, ya es de noche y no es justo que esté aquí, además la funeraria va a cerrar en un rato y ya la gente se esta yendo, pensaba quedarme pero mamá me necesita más, así que Pepe y yo decidimos irnos al igual que el resto de la gente.

Un rato después mamá está más calmada y logramos llevarla al coche, Pepe se sube al piloto y yo al copiloto, nos ponemos los cinturones de seguridad y mi hermano enciende el coche para irnos, mi celular comienza a sonar y lo saco de mi abrigo, veo un número desconocido y miro a Pepe, suspiro y atiendo.

Llamada
-Hola – susurra y me tenso –
- Hola – susurro y hay un pequeño silencio –
- ¿Llegaste? – pregunta y sonrío irónica –
- Debes saberlo porque tu jefe todo lo sabe – respondo y suspira –
- Karla – susurra y niego –
- Adiós – digo y cuelgo –
Finalizada Llamada 

-¿Quién era? – pregunta Pepe y volteo a verlo –

Por más que ahora mismo odie a todos esos delincuentes incluyéndola a ella, no puedo decirle a nadie sobre lo que ella hace y aunque me duele pensar que ella sabe y que capaz nunca me dirá, también sé que la quiero y no puedo dejar que le pase algo malo, no sé si me equivoco pero espero que no, suspiro y niego.

-Nadie – susurro suavemente y Pepe asiente sin creerme –
- Luego me dices que mujer te tiene tan mal hermanita – dice el castaño y niego mientras volteo a ver a mamá –

Hace unos años le dije a Pepe sobre mis gustos y me apoya pero papá y mamá no sabían, sé que para una seria difícil y para el otro hubiese sido complicado aceptarlo, ambos a su manera me mantenían de alguna forma enjaulada en cuanto a mis gustos personales, me hubiese encantado decirles y saber que me apoyarían pero la verdad es que no.