16.

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Alejandra

-¿Quieren algo de tomar? – ofrece John y me cruzo de brazos –
- ¿Quién eres? – pregunta Paulina y volteo a verla –
- Mi hermano – respondo de inmediato y Karla me mira atenta – John, te presento a Karla y a Paulina – las señalo y la primera en extender su mano es la rubia –
-Mucho gusto cuñado, Paulina Tarragona – se presenta la rubia y viro los ojos –
- Hasta que la conozco señora Tarragona – responde John y me rio por lo bajito – ¿Y usted es? – pregunta ahora mirando a Karla y extendiendo su mano –
- Karla Parmesino, un placer – responde la morena y sonrío mientras me muerdo el labio inferior –
- Un placer señorita Parmesino, John Pérez – responde mi amigo como todo un caballero y veo que estrechan sus manos –

Después de unos minutos John les sirve unas cervezas a las invitadas y también se disculpa para irse a dormir, agradezco y lo abrazo para luego las chicas despedirse y el castaño irse a la habitación con Víctor. Paulina voltea a verme y Karla me evade, suspiro frustrada y me acerco al ventanal donde me quedo en silencio y pensativa.

-¿Qué es esto? – pregunta Paulina y me giro –

Veo a la rubia acercarse a la mesita del otro lado del mueble y me paralizo, allí esta mi arma y no recordé guardarla, tampoco sabía que ella vendría y miro a Karla quién se queda igual que yo de impresionada, Pau agarra el arma y luego la vuelve a dejar en la mesita, me mira aterrada y bajo los hombros cansada.

-Un arma – respondo y me mira de mala gana –
- Ya me di cuenta ¿Por qué la tienes? – pregunta y Karla me mira preocupada –
- Porque trabajo con ella – respondo cansada de ocultarlo – soy sicario Paulina Tarragona – finalizo y la rubia se queda consternada –
- ¿Alguien tan bonita es… - su pregunta queda en el aire y Karla se acerca a ella –
- No puedes decirle nada a nadie Paulina – dice la morena y Paulina se gira a verla –
- ¿Tú sabías? – pregunta y Karla asiente triste – ¡Están locas! – grita y se aleja –

Se acerca a la barra y toma su cartera para luego irse hasta la entrada y salir, en cambio Karla me mira apenada y niego, rodea el sofá y me abraza para finalmente darme un beso, suspiro cansada y se aleja, me avisa que me llamará y se acerca a la barra para agarrar su cartera e irse también, así que minutos después estoy nuevamente sola, salgo al balcón y ya no veo la camioneta, tal vez así Paulina me dejé en paz pero el problema ahora es que ella le diga a la policía y hasta ese día llega mi libertad, resoplo y por el frío entro al departamento, cierro la puerta y camino hasta la barra, agarro mi celular y me giro para entonces ir hasta mi habitación, al llegar entro y me encierro para entonces ir hasta el clóset y agarrar una pijama, me cambio y después de un rato apago la luz y me acuesto.

Mi celular comienza a sonar y lo escucho hasta que se va la llamada a buzón, me quedo mirando el techo y es que ¿Cómo no va a salir corriendo? Yo sé que cualquiera lo haría pero entonces ¿Por qué Karla no lo hizo? Lo sé, mi morena es especial y hay algo que nos une, un imán y estoy cien por ciento segura que ella es la indicada, vuelve a sonar mi celular y atiendo.

Llamada
-Dime – respondo de mala gana –
- ¿Estabas dormida? – pregunta y me siento de golpe –
- No, para nada – respondo y la escucho reír, me apoyo del respaldar de la cama –
- Perdón por ese mal rato – dice y suspiro –
- No es tu culpa – susurro suavemente –
- Pero es que yo lo permití – responde y sonrío de lado –
- Querías afirmar que no siento nada por ella – comento y se ríe –
- Perdón – susurra y niego –
- ¿Y qué piensas ahora? – pregunto y suspira pesadamente –
- Que si quiero que tengamos una oportunidad Alejandra, aunque no sé como se lo diré a Paulina – responde suavemente – quiero que nos conozcamos más y ver que pasa – dice y sonrío feliz –
- ¿Dónde estás? – pregunto y se ríe –
- En mi casa, obvio – responde y asiento levantándome –
- Te quiero – chillo y cuelgo –
Finalizada Llamada

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