Alejandra
-¿Quieren algo de tomar? – ofrece John y me cruzo de brazos –
- ¿Quién eres? – pregunta Paulina y volteo a verla –
- Mi hermano – respondo de inmediato y Karla me mira atenta – John, te presento a Karla y a Paulina – las señalo y la primera en extender su mano es la rubia –
-Mucho gusto cuñado, Paulina Tarragona – se presenta la rubia y viro los ojos –
- Hasta que la conozco señora Tarragona – responde John y me rio por lo bajito – ¿Y usted es? – pregunta ahora mirando a Karla y extendiendo su mano –
- Karla Parmesino, un placer – responde la morena y sonrío mientras me muerdo el labio inferior –
- Un placer señorita Parmesino, John Pérez – responde mi amigo como todo un caballero y veo que estrechan sus manos –Después de unos minutos John les sirve unas cervezas a las invitadas y también se disculpa para irse a dormir, agradezco y lo abrazo para luego las chicas despedirse y el castaño irse a la habitación con Víctor. Paulina voltea a verme y Karla me evade, suspiro frustrada y me acerco al ventanal donde me quedo en silencio y pensativa.
-¿Qué es esto? – pregunta Paulina y me giro –
Veo a la rubia acercarse a la mesita del otro lado del mueble y me paralizo, allí esta mi arma y no recordé guardarla, tampoco sabía que ella vendría y miro a Karla quién se queda igual que yo de impresionada, Pau agarra el arma y luego la vuelve a dejar en la mesita, me mira aterrada y bajo los hombros cansada.
-Un arma – respondo y me mira de mala gana –
- Ya me di cuenta ¿Por qué la tienes? – pregunta y Karla me mira preocupada –
- Porque trabajo con ella – respondo cansada de ocultarlo – soy sicario Paulina Tarragona – finalizo y la rubia se queda consternada –
- ¿Alguien tan bonita es… - su pregunta queda en el aire y Karla se acerca a ella –
- No puedes decirle nada a nadie Paulina – dice la morena y Paulina se gira a verla –
- ¿Tú sabías? – pregunta y Karla asiente triste – ¡Están locas! – grita y se aleja –Se acerca a la barra y toma su cartera para luego irse hasta la entrada y salir, en cambio Karla me mira apenada y niego, rodea el sofá y me abraza para finalmente darme un beso, suspiro cansada y se aleja, me avisa que me llamará y se acerca a la barra para agarrar su cartera e irse también, así que minutos después estoy nuevamente sola, salgo al balcón y ya no veo la camioneta, tal vez así Paulina me dejé en paz pero el problema ahora es que ella le diga a la policía y hasta ese día llega mi libertad, resoplo y por el frío entro al departamento, cierro la puerta y camino hasta la barra, agarro mi celular y me giro para entonces ir hasta mi habitación, al llegar entro y me encierro para entonces ir hasta el clóset y agarrar una pijama, me cambio y después de un rato apago la luz y me acuesto.
Mi celular comienza a sonar y lo escucho hasta que se va la llamada a buzón, me quedo mirando el techo y es que ¿Cómo no va a salir corriendo? Yo sé que cualquiera lo haría pero entonces ¿Por qué Karla no lo hizo? Lo sé, mi morena es especial y hay algo que nos une, un imán y estoy cien por ciento segura que ella es la indicada, vuelve a sonar mi celular y atiendo.
Llamada
-Dime – respondo de mala gana –
- ¿Estabas dormida? – pregunta y me siento de golpe –
- No, para nada – respondo y la escucho reír, me apoyo del respaldar de la cama –
- Perdón por ese mal rato – dice y suspiro –
- No es tu culpa – susurro suavemente –
- Pero es que yo lo permití – responde y sonrío de lado –
- Querías afirmar que no siento nada por ella – comento y se ríe –
- Perdón – susurra y niego –
- ¿Y qué piensas ahora? – pregunto y suspira pesadamente –
- Que si quiero que tengamos una oportunidad Alejandra, aunque no sé como se lo diré a Paulina – responde suavemente – quiero que nos conozcamos más y ver que pasa – dice y sonrío feliz –
- ¿Dónde estás? – pregunto y se ríe –
- En mi casa, obvio – responde y asiento levantándome –
- Te quiero – chillo y cuelgo –
Finalizada Llamada

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Mundos Diferentes
RomanceAlejandra Santiago: Una joven que le tocó vivir una versión de la vida que nadie querría vivir, algo que se le sale de las manos cuando la venganza se vuelve su lema, muchos tenemos sueños y Santiago no era la excepción pero la vida escogió por ell...