Desesperadamente TUYO [Hyera x Jaekyung]

Capitulo 33

Luego de unos minutos Hyera finalmente regresó. Esta vez era Joo quien tenia ganas de ir.

Jk: ya regreso -encargandole las compras.

Hyera tomó su telefono y recostó la espalda en la pared mientras tanto.

Un grupo de jovenes pasaron por alado y un chico de su edad se detuvo al reconocerla.

— ¡hey! Hola.. - saludó. La peli rosa al escuchar su voz alzó la vista encontrandose a un compañero de clases.

Hyera: ¡vaya! No esperaba encontrarte.. ¿como has estado? -cruzandose los brazos.

— ..Bien.. aunque aún me quedan un par de materias por salvar -rascando su nuca.

Hyera: entiendo, yo también estoy atrasada en algunos trabajos.

— ¿enserio? ¡Pero si tu eres muy lista! Es difícil de creer -acercandose mas.

Hyera: Pero si tu también eres muy listo, deberías solo enfocarte en los estudios por ahora..

—Es verdad.. Oye, que tal si un dia nos reunimos a estudiar -llevando la palma a la pared justo encima del hombro de la peli rosa.

Jaekyung quién había salido recientemente estaba lavandose las manos tranquilo hasta que decidió mirar por Hyera a través del espejo. En cuanto vió a otro hombre acercarse y cubrirla no penso dos veces y fue hasta ellos.

Jk: ¿¡QUE CREES QUE HACES?! -Euforico lo jaló de la prenda para tenerlo en frente.

El joven castaño que apenas le llegaba al pecho estaba asustado al ver esa mirada de "Estas muerto" en los ojos de joo.

Hyera: Detente, es solo un amigo.. -Quitandole las manos de encima.

—No hay problema Hyera, nos estaremos hablando mas tarde ¡Adioos! -Largandose.

Hyera: ...

Jk: ¿¡porqué rayos siempre que te dejo medio segundo se te hacerca algun idiota!? -reprochó.

Hyera solo se encogió de hombro sin animos de responder.

Haciendo humos Jaek la tomó de la mano y se la llevó finalmente a su departamento.

En cuanto llegaron dejaron sus zapatos en la entrada y todo sobre la mesa. La de ojos escarlata colocó una cacerola de agua sobre el fuego y fue a cambiarse de ropa. Mientras tanto Jaekyung revisaba un par de mensajes en la cocina. Pasado unos minutos éste fue a ver que hacía su compañera quién permanecía recostada en el sillon de cuero aparentemente dormida.

El camison que traía puesto le acentuaba mucho el busto y sus curbas, era tan mansa y delicada que despertaban gran admiracion y sobre todo deseo. Conciente de que debia de estar muy cansada fue el mismo quien se encargó de preparar algo para cenar.

En cuanto estuvo todo servido se planteo si valia la pena despertarla.

De cuclillas llevó el menton a la palma  y suspiró con un dilema tras otro. Si estaba tan inmersa en el sueño no despertaría aunque la tocara. Esto provocó que una leve pero perversa sonrisa se dibujara en su rostro

¿Y si lo averiguaba?

Con su grandes manos tomó cada muslo, con ansias deslizó sus manos hasta sus caderas mientras mordía su labio inferior. Sus largos dedos alzaron la prenda liza hasta su abdomen mientras sus gruesos labios dejaban un rastro de besos desde el ombligo á la clavícula deteniéndose en su fino cuello solo para apreciar el dulce aroma de su piel.
Con timidez le dio un tierno beso en la punta de mentón, era más un cumplido hecho con cariño, pero sus mejillas se tornaron de rojo.
Mirando sus tentadores labios carmín decidió apostar su suerte a qué no despertaría por probarlos. Subiendo sobre ella llevó sus agarre al maxilar de la misma y comenzó a besarla. Al poco tiempo su ritmo cardíaco habia acelerado, Un calor subió por sus pectorales y biceps marcando aún más sus gruesas venas, mientras su cálido aliento pegaba en esa palida tés de porcelana.
Pero aún no había llegado a la parte dulce, de esa que lo hacía sentir tanto hombre como mortal. Bajando el éscote sacó a relucir uno de sus mamas con su brillante pezón rosa, cosa que erizo cada hebra de su pelo en cuanto sus labios chupáron con deleite hundiendo su rostro entre la masa cálida de todo su tejido.