Cup of Depresso (TRADUCCIÓN)

Capítulo 35 : Moka

Resumen:

Emiya sigue sintiéndose retraído. No hay disculpas exactamente, pero hay algo así como el comienzo de la comprensión.

Notas:

Spoilers continuos de Lostbelt 6: Avalon le Fae

Emiya pasó los dedos por el exterior de la olla. Todavía estaba caliente al tacto, pero el calor nunca le molestó mucho. Quizás eso fuera una mala señal; un niño nacido en el fuego que no pensaba que el contacto con el metal ardiendo fuera tan alarmante.

Suspiró para sí mismo. "¿Por qué sigo molestándome?"

Emiya no llamó, simplemente pulsó el comando de apertura en la puerta y entró. La habitación estaba calurosa, e inmediatamente se le puso la piel de gallina bajo el cuello de su camisa cuando salió del fresco pasillo y el contraste se apoderó de su piel.

"¿Entonces?" preguntó.

"Como un maldito sueño", respondió el ocupante de la habitación, mirando al fuego.

Lo que una vez fue la vivienda de Novum Chaldea se había convertido en otra cosa. La pequeña mesa incluida había sido empujada a un rincón donde no estorbaría, la computadora cuidadosamente doblada y guardada, cubierta de polvo por el desuso. La cama había sido retirada por completo y sustituida por un simple futón, enrollado formando un apretado rollo. Una vez quitados del camino, había suficiente espacio en el espacio para un yunque, una tina floja y una forja de carbón. Fue el verdadero negocio; un gran recipiente de ladrillo de 1,5 metros cuadrados lleno de brasas, con una campana y ventilación que llega hasta el techo.

"Supera a un tatara", dijo Senji Muramasa. "Te debo."

"Por favor." Emiya colocó su pequeña moka en el borde de la fragua. "Por muy divertido que hubiera sido verte trabajando como esclavo en un enorme recipiente de arcilla durante una semana seguida, incluso yo tengo mis límites".

"¿En realidad?" Muramasa levantó una ceja. "No veo por qué deberías seguir preocupándote por mí."

"Yo me preguntaba lo mismo", admitió. "Llámelo curiosidad profesional. No todos los días un entusiasta de la espada como yo tiene la oportunidad de conocer al herrero más famoso de la historia".

Muramasa se rascó la barbilla pensativamente. "Siempre es agradable poder hablar de negocios. Aunque todavía no estoy seguro de haberme ganado esa reputación. Creo que mi sensei Masamune todavía era muchísimo mejor que yo".

"¿Incluso ahora que has hecho el Tsumukari?" -Preguntó Emiya.

El herrero suspiró y se sentó en una silla, cubierta por una fina mancha de hollín, como todo lo demás en la habitación. En momentos como estos, casi parecía tan viejo como era en el cuerpo joven de Emiya Shirou. Estaba solo con su túnica forjada sin mangas para lidiar con el calor, pero su kimono sombrío colgaba visible en la esquina, casi como lo que solía usar Kiritsugu. Círculos oscuros colgaban bajo sus ojos, que habían pasado de un dorado brillante a un marrón cobrizo. Su cabello era blanco como por la edad y su piel bronceada, aunque no tan correosa como debería haber sido.

Hollín sobre todo.

La quemadura del circuito había vuelto blanco el cabello de Emiya y su piel bronceada cuando tenía veintitantos años. El cuerpo que habitaba Muramasa era aproximadamente media década más joven, pero en su corto tiempo en Chaldea ya lo había trabajado hasta ese mismo punto. Emiya estaba furioso el primer día que vio un mechón blanco en el cabello del anciano, el cabello de Emiya Shirou, en la cafetería, pero Sion le había asegurado que mientras un pseudo-sirviente como Muramasa necesitaba un cuerpo anfitrión para manifestarse a través del cuerpo de Chaldea, sistema DESTINO, y en consecuencia una conciencia huésped, ese cuerpo y conciencia eran, como cualquier otro Siervo, no el cuerpo y la conciencia literales de ese huésped arrebatados de algún otro tiempo y lugar; Tanto el viejo Saber como el cuerpo que habitaba actualmente eran copias instantáneas creadas por Senji Muramasa y Emiya Shirou para existir, efímeramente, en este tiempo y lugar en esta Tierra blanqueada.