Imaginación imprudente

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Capítulo 10

Daltharna, Estación Permanente de Invierno

Zaiden

Dos toques en la puerta se escuchan dentro de la habitación. Algo innecesario ya que la he escuchado desde que empezó a subir las escaleras.

—Adelante. —

—Señor. — saludó mi hechicera cerrando la puerta.

—¿Qué me tienes? —me siento en el sillón de mi escritorio con la espalda recta, recostada al espaldar del asiento.

Morina se acerca hasta quedar al otro lado de la mesa con sus manos unidas en lo bajo de su espalda. Su pelo mágico reluce en la luz de la Luna mientras que se paraba erguida y recta, pero con su cabeza sumisa.

—Nos están acechando. —confirma lo que ya llevaba días sospechando. Asiento para que prosiga—. Mis Puntos Mágicos me informan cada vez que una presencia sobrenatural está cerca. Por ahora no se han acercado a la mansión, solo se mantienen en lo profundo del bosque.

Los Puntos Mágicos de Morina han sido los mejores y más fiables desde todos estos siglos que ha estado a mi lado. Están repartidos en puntos estratégicos de mis territorios, funcionan como escudos pero a la vez son informantes directos con la magia de ella.

—¿Tienes lo que necesitas para mantenerlos activos?

Sé de primera mano que esos puntos mágicos solo funcionan cuando Morina está cargada. Según gasta su energía, se van reduciendo las radiaciones de magia hacia los puntos y más débiles se vuelven. Razón por la cual nunca sale de la mansión, los Puntos son mis ojos allá afuera, si la pierdo a ella pierdo a mis vigilantes mágicos.

Soy perfectamente capaz de destruir a cualquiera que se atreva a pisar sin permiso mis tierras con solo mover el cuello. Pero no solo me ocupo de estas tierras, me ocupo de la Corte Vampírica allá en las montañas Zhamuras.

Como Rey Purasangre y supremo líder de los vampiros tengo bastantes ocupaciones que no puedo manejar solo, razón por la cual Morina me apoya con los Puntos. Hunter se encarga de mantener bajo control las ciudades Vampíricas con la ayuda de Annika, ella se encarga de mantener el orden en la Corte mientras yo estoy ausente.

La pelirroja es bastante intimidante y fuerte, así que nadie, ningún vampiro, se atreve a mirarla mal ni a sus espaldas. Hunter es bastante diplomático así que le va bien cuidando de mis ciudades y encargándose de la justicia.

—Todo está bajo control. Lo de Dexter no volverá a ocurrir. —la culpa azotó en sus iris violetas.

Esa rata había logrado entrar en mi casa ya que Morina había gastado demasiada magia despistando a Atina y Alnorth, necesitó demasiada magia para poder con ambos.

—¿Crees que lo saben? —miré hacia la Luna, esperando a que se le pasara la culpa y pudiera responderme.

—Si no fuera así no estarían atacando nos. No habría nada más que les interese aquí, si no fuera por ella.

«Ella» Humana estúpida, tan patética que siempre acaba metiéndose en problemas.

—¿Cómo les fue en el entrenamiento? —pregunté luego de unos segundos en silencio.

—Excelente diría yo. —su voz subió un poco de tono. — Es una arquera nata, tiene muy buenos reflejos.

Asentí. No tenía nada más que decirle o preguntarle, así que se marchó y la escuché cerrar la puerta de su habitación al otro lado del pasillo.

Esencia de Vampiro I (INMORTAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora