Esencia de Vampiro I (INMORTAL)

La nueva huésped

Capítulo 22
Daltharna, Montañas Zhamuras Corte Vampírica

Samantha

La imagen frente a mi me hace retroceder y volver por el pasillo. La adrenalina de presenciar algo prohibido me ardía en las venas y junto a una sensación fría en el estómago me hicieron correr sin mirar por donde me dirigía.

Una muralla dura impacta contra mi cuerpo haciéndome caer. Caigo al suelo en un ruido amortiguado por las alfombras rojas de felpa del pasillo y gracias a ellas no me dolió el impacto.

—¿Sam qué haces en los pasillos sola a estas hora? —Gastón se inclinó ayudándome a ponerme en pie.

Katy apareció a un lado saliendo de la puerta en la que percibí su novio también había salido y yo no había visto.

—¿Sam? —insistió ahora mi amiga cuando seguí callada.

—Emm... ¿Cómo se alimentan? —pregunté de pronto con la imagen de Zaiden pegado a esa mujer grabada en mi memoria.

Gastón y Katy se miraron confundidos por mi repentina curiosidad.

—Hay Donantes y Sueros preparados por Hechiceros que nos ayudan a menguar la sed. —Katy me explicó.

—¿Los Donantes son humanos, cierto? —asintió.

—¿Te sucedió algo antes? —sus ojos me detallaron percatándose de algo que se filtraba en mis expresiones.

—No. —respondí demasiado rápido, por lo que me aclaré la garganta y me enderecé—. Tengo sueño. Me iré a dormir.

Pasé por sus lados y me detuve al Katy advertirme que estaba yendo hacia el lugar equivocado del castillo.

—¿En serio estás bien? Estás nerviosa y colorada y tus pensamientos son un torbellino. —dijo y deseé que no fueran tan claros como para que supiera qué sucedía.

—Sí, es que me he perdido. ¿Por dónde dices que es mi alcoba?

—Sam, dos pasillos a la izquierda la única puerta a la derecha. —me volví a despedir y llegué a mi alcoba sin tener otro insidente.

Logré dormirme pasada la medianoche escuchando aullidos y aleteos de pájaros afuera de los muros. Helena me había despertado en la mañana y había vuelto a dormirme cuando se fue a traerme el agua para la tina.

No sabía en qué época habían creado las tuberías y el castillo, pero no había avanzado mucho si la mansión del Bosque tenía duchas y aquí solo tinas con cubos de agua. Aunque no me quejaba, las vistas desde mi ventana eran espléndidas a la ciudadela y el cielo nevado.

—¿Puedo tomar el desayuno en algún lugar del Castillo? —quería conocer de día más sobre el Castillo de vampiros. Y esta era una oportunidad para ello.

—Claro, los Jardines de Sangre son un perfecto lugar. —sus palabras salieron tan normales que me tomó un segundo procesar si era un jardín lleno de sangre y muerte como mi mente imaginó o solo era el nombre tan espeluznante y las vistas hermosas.

Helena río al ver la expresión en mi rostro y me guío segura hasta el lugar. Atravesamos el Ala Sur del castillo hasta dar con un patio donde habían trabajadores humanos cumpliendo sus labores. Un arco inmenso de enredaderas daba la entrada a una inmensa extensión de jardines. Habían senderos de piedrecitas de colores que iban muy bien con el verde de los arbustos que custodiaban los sembrados de las flores. Inmediato entendí porque el nombre era Jardines de Sangre, y no, no era por mi tonta idea al contrario.

Millones de Príncipes Negros estaban erguidos con poder y belleza junto a estaruillas de duendes con regaderas que simulaban ser los cuidadores del lugar. Fuentes naturales sobresalían de las rocas y bañaban los riachuelos que bordeaban los senderos y los arbustos. Faroles en forma de campana floral servían de luces en las noches y bancos de mármol blanco. Cuatro senderos de diferentes direcciones nos guiaban hasta una glorieta blanca adornada con rosas adheridas a las columnas. Un conjunto de escalones de mármol blanco ascendían hasta la misma donde en el centro, esperaba una mesa redonda servida con mi desayuno.