Un nuevo rumbo (Parte II)

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Capítulo 18

Daltharna, Estación Permanente de Invierno

Samantha

Todos miramos de forma atenta como Morina intercambia palabras que no obtienen respuesta verbal con la pequeña ardilla con cuerpo de roca.

—¿Qué es? —Katy me mira al escucharme.

—Es uno de los tres Puntos mágicos de Morina. —Zaiden, que se había separado de nosotros inspeccionando el bosque, había vuelto con su rostro inexpresivo y sus manos en los bolsillos de su pantalón—. Están esparcidos por tres zonas diferentes de mis tierras.

—Ala, que guay. —la pequeña criatura sube corriendo por el hombro de Morina hasta detenerse en su oído.

—Tof me ha dicho que al oeste, cerca de la costa, hay un grupo de Sombríos. —no sé que quiera decir eso, pero a mis acompañantes no les agradó escucharlo.

—¿Cómo de cerca se encuentran? —pregunta Gastón, alerta.

Morina le pregunta a la criaturita y luego asintie en respuesta, otra vez sin respuesta verbal. ¿Se comunicarán a través de pensamientos? ¿O solo se miran y ya está?

—No tienen nuestro rumbo, se dirigen al sur.

—Querrán cruzar el Bosque de Cuervos y así llegar a  Darktenas. —añade Katy.

Zaiden estaba en silencio, sopesando lo que escuchaba. Mi mirada viajaba por los rostros de mis acompañantes analizando la situación.

—La cuestión es ¿qué buscan aquí, en Daltharna? —el castaño, que desde un inicio estaba atento, ahora tiene semblante oscuro.

—Seguiremos nuestro camino. Antes de caer el Sol llegaremos al Valle Blanco —indica mientras se acercaba al Mytros que estaba estirando su cuello hacia un tronco con hongos de colores rojos—, allí montaremos una fogata para mantener a Sam caliente y que podamos descansar.

Todos asentimos en silencio, volviendo hacia los Mytros y retomando nuestro camino. Yo estuve un buen rato alejada de nuestro camino, solo divagando en mis propios pensamientos.

La preocupación que reflejó el rostro de Gastón había despertado un lado de mi mente que no había activado desde el ataque en el bosque. No conocía qué eran los Sombríos y no me habían dado detalles sobre ellos, pero eran lo suficientemente peligrosos para hacer que Katy, Gastón, Morina y Zaiden se tensaran y decidieran adelantar el paso y llegar cuanto antes a nuestra siguiente parada.

—¿En dónde estás? —parpadeo al escuchar la voz baja de Zaiden.

—Justo aquí. —mi respuesta lo hace entrecerrar sus ojos. No dice nada al respecto y solo apunta hacia el frente.

—Pues mejor, así no te pierdes de nada. —Sigo su mirada al frente descubriendo qué le robó el aliento.

—Bienvenida al Valle Blanco.

Hace unos pasos dejaron de haber cuerpos de pinos para dejar espacio a un hermoso e inmenso valle bañado de luz. El atardecer que se cuela por las copas lejanas de los pinos le dan vida a la tierra cubierta de nieve. Las rocas cercaban, junto con los pinos, la enorme circunferencia. Había un cause de agua helada con hielos flotantes que poco a poco se ensanchaba y atravesaba el lugar. El olor de las lilas me hizo sonreír cuando la brisa fresca envuelve cada parte de mi cuerpo, habían cientos de ellas esparcidas por todo el lugar junto con hongos de todos los tamaños. Un grupo de conejos sobresalía en la nieve mientras masticaban y movían sus pompones. Otros tipos de animales que desconocía reposaban en diferentes áreas junto con sus familias.

Esencia de Vampiro I (INMORTAL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora