❦ Deseo

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Sanha despertó, era de madrugada y hacía demasiado calor, necesitaba ir por agua y así lo hizo, caminó a la cocina y se sirvió un vaso con agua, regresó a la habitación y encontró Moonbin removiéndose incómodo, al acercarse a su novio se le secó la garganta.

El mayor traía puesta una camisa negra de seda, era tanto el calor que el sudor recorría cada parte a la vista del cuerpo del pelinegro, Dios, pero qué vista...

Traía desabrochados los primeros 3 botones, dejando ver un poco de su tersa piel, lucía un poco brillosa por el sudor y Sanha estaba siendo un poco tentado.

Moonbin giró su rostro hacia un lado y dejó ambas manos a los lados de su cabeza, las venas de su cuello se marcaron un poco más... Maldición pensó Sanha...

- ¿Por qué hasta dormido tienes que ser tan provocativo? - habló más para sí mismo que para su novio dormido.

No pudo resistir y pasó su lengua sobre el labio inferior, esa vista lo estaba poniendo mal, mejor dicho... Demasiado bien y su amiguito de abajo no lo dejaba mentir.

Bien, llevaba demasiado sin tener relaciones, quizá solamente era eso... Ese pensamiento cambió al instante de ver la boca del mayor, acababa de separar un poco sus labios, ¿Cómo podía verse tan sensual dormido?

Sanha se acercó, subió a la cama de rodillas y gateó hasta llegar al cuerpo contrario, se subió sobre él y empezó a desabotonar la camisa, faltaban otros tres botones para estar completamente abierta y necesitaba de esa vista.

Una vez abierta, pasó delicadamente sus manos por el pecho del pelinegro, la adrenalina estaba en todo su sistema.

Se pegó más al cuerpo sudoroso de Moonbin y colocó sus labios sobre el cuello, dio un leve mordisco que hizo removerse al mayor, una sonrisa apareció en él pues ya empezaba a despertar su novio.

Siguió repartiendo besos en su cuello y acariciando con sus manos desde el pecho hasta el abdomen.

Moonbin sentía un ligero cosquilleo en su cuerpo, y éste empezó a reaccionar... Abrió lentamente sus ojos y se encontró con la imagen más caliente jamás vista por sus ojos.

Sanha estaba sobre él, su mirada reflejaba un brillo candente, el brillo del deseo. Una punzada sintió en su entrepierna y el menor también la sintió debajo de él.

- S-Sanha - susurró roncó el pelinegro.

- Estás tan precioso - Sanha continuó acariciándolo, pero esta vez empezó a hacer pequeños movimientos sobre el miembro contario, quería sentirlo otra
vez.

- ¡Mmm! - suspiró - Dios, jamás me habían despertado de este modo... Podría acostumbrarme - su voz era más seductora de lo normal y el menor amaba cuando lo escuchaba así.

- Moonbin... ¿Podemos hacerlo? ¿Po-podemos tener relaciones?

- Se llama "Hacer el amor" - recalcó.

El mayor no respondió más que eso, colocó firmemente sus manos sobre las caderas contrarias y empezó a moverlo sobre él, sacándole jadeos, agitando su respiración...

Sanha mordía su labio inferior, estaba sintiéndose demasiado bien, deseaba completamente a Moonbin, cada parte de él.

Sus labios fueron atrapados en un beso necesitado del mayor, respondió al instante ese contacto, él también necesitaba sentir esos labios, se sentían tan bien, eran delicados, suaves y expertos.

Los movimientos de ambos cuerpos continuaron, despertando los dos miembros en el proceso, las pieles se
erizaron...

- Creo que... Tu camisa me sigue estorbando - susurró en medio de un
beso el mayor.

Tu me enseñaste ᴮⁱⁿˢᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora